Los juegos en marcha: respuestas posibles a preguntas frecuentes
Enviado por carlaguidi99 • 13 de Marzo de 2017 • Apuntes • 1.783 Palabras (8 Páginas) • 256 Visitas
2.5 Los juegos en marcha: respuestas posibles a preguntas frecuentes
Sabemos que introducir conocimiento matemático en las salas del Nivel Inicial nos despierta, a los maestros, muchas dudas e inquietudes. Por eso, en el siguiente apartado desplegamos algunas de estas preguntas tratando de echar luz sobre ellas. Estas cuestiones suelen constituirse interrogantes recurrentes en el trabajo con los chicos. Las hemos organizado en cuatro ejes:
1. La selección de un juego/2. La organización de la sala para presentar un juego nuevo/ 3. La coordinación del trabajo en pequeños grupos./ 4. La puesta en común: preparación, desarrollo y cierre de la tarea.
1. La selección de un juego
¿Siempre somos los docentes quienes seleccionamos los juegos con los que van a jugar los niños? ¿Pueden elegir ellos mismos el juego que quieren jugar?
La elección de un juego está articulada en una perspectiva de trabajo que, por lo general, forma parte de un acuerdo colectivo con la institución en su conjunto.
Es por ello que, en principio, nosotros como maestros solemos proponer los juegos que consideramos más afines a dicha perspectiva de trabajo.
Pero decidir qué juegos ponemos a disposición de los chicos implica, además, repensar el grupo, evaluar las posibilidades individuales y colectivas de afrontar las dificultades de resolución que los juegos presentan y repasar mentalmente aquello que ya manejan con facilidad o los procedimientos que aun se les resisten.
De ahí la conveniencia de volver una y otra vez sobre lo dado buscando otras posibles entradas, y de ahí también la utilidad de permitir que los niños revean aquello que fue objeto de enseñanza en distintos momentos del año.
Como sabemos, en el Nivel Inicial hay momentos donde todo el grupo realiza la misma actividad –como jugar, por ejemplo, a “El árbol de los pájaros”– y otros en los que los niños tienen la oportunidad de poder elegir sectores de juego, materiales disponibles y amigos con quienes jugar (habitualmente encontramos en las salas de Jardín una organización del espacio físico que prevé lugares para dramatizar, construir, pintar, leer o jugar distintos juegos).
Los juegos que aquí proponemos pueden, una vez que ya son conocidos, quedar a disposición de los niños. Tal vez nos sea posible ubicarlos en un rincón, en el sector de “juegos tranquilos” o ludoteca para que puedan ser tomados libremente durante los momentos de juego-trabajo. Los niños tendrán entonces la oportunidad, si así lo desean, de volver a jugar con los juegos que ya fuimos presentando en forma grupal con anterioridad.
Cuánto mayor sea el repertorio de juegos de una sala más posibilidades tendrán los niños de elegir a qué quieren jugar. Por eso, formular varias propuestas lúdicas referidas a un mismo contenido implica abrir distintas puertas de entrada al aprendizaje esperado, cualquiera sea la elección que los niños hagan.
2. La organización de la sala para presentar un juego nuevo
¿Cómo presentar un juego? ¿Es conveniente hacerlo frente a todo el grupo o en grupos pequeños?
Para un mejor acercamiento de los niños a los juegos, es importante que podamos anticipar cómo los enseñaremos, atendiendo a las características de cada uno.
En ese sentido, los juegos más sencillos, con pocas reglas, pueden ser enseñados a todo el grupo en forma simultánea. Una opción es que el docente comience jugando en un pequeño grupo a modo de “muestra” mientras los demás niños observan. Al mismo tiempo se comentan las reglas y se manifiesta lo que vale y lo que no vale. Pero también otra opción es hacer una jugada grupal, es decir, con todos los niños a la vez organizados en una ronda. En estos casos se debe tener la precaución de que la jugada sea breve para evitar que la atención de los niños se disperse demasiado.
Sin embargo, cuando llega el momento de enseñar a jugar los juegos más complejos –aquellos que articulan varias reglas o que requieren muchos elementos en uso– es más difícil que podamos enseñar a jugarlos en forma simultánea a todos los niños. En primer lugar, porque no todos los chicos se disponen a escuchar del mismo modo ni mantienen su atención por períodos prolongados; y, en segundo lugar, porque es poco probable que recuerden las reglas cuando
llegue el momento de jugar en forma independiente.
Además, es importante tener en cuenta que la excesiva demora o aplazamiento del juego y la exigencia de grandes esfuerzos para escuchar las indicaciones del docente y para atender sin poder tocar los materiales, no favorecen –más bien perjudican– el acercamiento al juego.
A esa situación hay que sumarle también el hecho de que, por lo general, los materiales de los juegos (tableros, naipes y fichas) no están diseñados para ser visualizados a cierta distancia por una gran cantidad de jugadores.
En estos casos recomendamos, entonces, abordar los juegos más complejos, (por ejemplo, “El juego de los granjeros”) en pequeños grupos mientras los demás niños juegan a otras propuestas ya conocidas. Sugerimos que se organice a los niños de tal modo que al término de la semana todos hayan jugado por lo menos una vez.
Es importante tener presente que cuando los chicos comienzan a jugar no lo hacen como expertos. Seguramente habrá que recordar las reglas varias veces y responder con frecuencia a las demandas de ayuda o de resolución de conflictos que se susciten. Es conveniente que los maestros auxiliemos a los niños en una primera instancia y que, a la vez, las estimulemos paulatinamente para que sean ellos mismos quienes resuelvan los problemas.
3. La coordinación del trabajo en pequeños grupos
¿Cómo intervenir durante el desarrollo de un juego? ¿Cómo responder los diferentes requerimientos de los niños? ¿Qué hacer ante sus errores?
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