Siete hábitos de las personas muy eficientes
Enviado por Edgar Anchondo • 23 de Febrero de 2016 • Apuntes • 1.876 Palabras (8 Páginas) • 282 Visitas
Siete hábitos
Éstos son los siete hábitos de las personas muy eficientes:
1. Toman la iniciativa ( “Sea proactivo”)
2. Se enfocan en metas. (“Tenga en mente la meta desde el inicio”)
3. Establecen prioridades. (“Lo primero es lo primero”)
4. Sólo ganan cuando otros ganan. (“Piense en ganar/ganar”)
5. Se comunican. (“Primero trate de entender, luego trate de que lo entiendan”)
6. Cooperan (“Tenga sinergia”)
7. Reflexionan y reparan sus deficiencias. (“Afile el serrucho”)
Mucha de la literatura de las últimas décadas sobre el éxito en los negocios se enfocaba en
desarrollar una buena personalidad. Este énfasis está fuera de lugar. Desarrollar un carácter
firme es más importante y más productivo. Su personalidad puede surgir de manera natural
cuando su carácter está enraizado en principios, y está formado por ellos. Obligarse a
mostrar una personalidad que es inconsistente con su carácter es como usar una máscara.
Es engañoso, manipulador y, en última instancia, destructivo.
Para desarrollar un carácter firme, necesita un paradigma sólido, es decir, una nueva manera
sólida de ver las cosas. Antes de que la teoría de los microbios estableciera un nuevo
paradigma, por ejemplo, los cirujanos no se lavaban las manos. Cuando los pacientes morían
de infecciones, nadie sabía por qué. Los quirófanos esterilizados son resultado de un nuevo
paradigma, una nueva manera de ver cómo se desarrollaba la enfermedad.
En la actualidad, mucha gente tiene un paradigma determinista. Cree que su composición
genética determina la manera en la que actuará, o que los fracasos de sus padres debilitaron
permanentemente sus propias oportunidades y los formaron irremediablemente, o que su
entorno o experiencia han restringido su libertad de cambio. De hecho, el determinismo
es un paradigma. Para forjarse un carácter fuerte, deje de lado el determinismo y acepte
un paradigma de libertad. Este nuevo paradigma le permite ver que puede cambiar, que
el carácter es un hábito y que un hábito es lo que usted hace consistentemente. Actúe
consistentemente de una nueva manera; se formará un nuevo carácter y se convertirá en
una nueva persona.
Ciertos principios y valores básicos hacen que la gente sea más eficiente. Son justicia,
equidad, integridad, honestidad, dignidad y valor humano, excelencia, espíritu de servicio,
paciencia, perseverancia, dedicación, atención, valentía, ánimo y una actitud de “sí se
puede” que reconoce un potencial sin límites. La persona cuyo carácter crece a partir de
estos principios clásicos es un líder que se conoce a sí mismo, y así puede estimular y ayudar
a otros. El carácter es un hábito. Como dijo Aristóteles, somos lo que hacemos por hábito.
Para desarrollar el hábito de actuar según estos principios, usted debe:
• Saber – Entender lo que quiere hacer y por qué lo quiere hacer.
• Desarrollar habilidades – Adquirir la capacidad de hacerlo.
• Desear – Debe querer y desear hacerlo.
El trabajo más importante es el trabajo interior. Cuando conozca su interior, conocerá lo
que está fuera de usted. Muchas personas se concentran equivocadamente en la producción,
en marcar una diferencia mensurable y visible en el mundo exterior. No ven la capacidad
de producción, la fuente de poder que hace posible la producción. Son como el tipo que
corre varias horas al día y presume de los años adicionales que vivirá, pero no ve que está
dedicando todo su tiempo extra a correr. Podría vivir más años, pero no podrá hacer nada
más con ellos, y el tiempo que pasa corriendo podría dedicarlo mejor a tener relaciones más
profundas con su cónyuge, familia y amigos.
Hábito 1: “Sea Proactivo”
Las personas sumamente eficientes toman la iniciativa. Son proactivas. No se ponen límites
que les impidan actuar. Reconocen que tienen la libertad de determinar el tipo de carácter
que tendrán, porque pueden decidir cómo actuar. No podrán controlar sus circunstancias,
pero pueden decidir usarlas. Viven de acuerdo con los “principios de visión personal”.
Viktor Frankl fue prisionero en un campo de concentración nazi. Toda su familia, con
excepción de una hermana, fue asesinada en los campos. A pesar de sus horrorosas
circunstancias, Frankl vio que era libre porque podía decidir cómo pensar y actuar en medio
del horror. Incluso cuando moría de hambre como prisionero, se visualizaba dando clase en
un aula, contando a sus estudiantes sobre el horror y lo que había aprendido. Su disciplina
mental lo hizo más fuerte que los guardias del campo de concentración. Alentó a otros
prisioneros e incluso a algunos de los mismos guardias. Frankl era proactivo. Tomaba la
iniciativa y aceptaba la responsabilidad de su destino. Se dio cuenta de que él decidía su
destino. No tenía el poder de irse del campo, pero tenía el poder de dominarlo.
Empiece a ser proactivo con el lenguaje de la iniciativa y la responsabilidad:
• No, no puedo hacer nada – Pero pensemos en algunas opciones.
• No, así soy yo – Pero puedo cambiar mi manera de ser.
• No, me saca de quicio – Pero puedo elegir cómo permitiré que me afecte.
• No, no puedo o tengo que – Pero tomaré una decisión y elegiré.
Las personas proactivas operan en el reino de lo posible. Ven lo que pueden hacer y lo hacen.
Al asumir la responsabilidad y actuar, amplían el reino de lo posible. Se hacen más fuertes con el tiempo. Adquieren la capacidad de hacer cada vez más. Empiezan por comprometerse
a cambiar algo interno y, tal vez, a la larga, puedan cambiar el mundo que los rodea.
Hábito 2: “Tenga en mente la meta desde el inicio”
Piense en sus metas con detenimiento. Muchas personas pasan toda una vida tratando de
alcanzar una meta que no tiene sentido, que no las satisface o que es destructiva. Son las
personas que uno ve en las portadas de revistas sensacionalistas: ricos, famosos, destruidos
por las drogas o en conflictos matrimoniales. El poder, el dinero y la fama eran las metas que
querían y que alcanzaron, pero, ¿a qué precio? La eficiencia no es sólo cuestión de alcanzar
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