Alvaro Obregon
Enviado por jjnn11 • 26 de Mayo de 2015 • 1.626 Palabras (7 Páginas) • 217 Visitas
Álvaro Obregón
(Siquisava, Sonora, 1880 - San Ángel, México, 1928) Revolucionario mexicano que alcanzó la presidencia de la República (1920-1924). Al general Álvaro Obregón corresponde gran parte del mérito de haber acabado con la violencia revolucionaria que conmovió la vida de México durante diez dramáticos años. Después de destacar como uno de los más hábiles estrategas en el campo de batalla, cuando ocupó la presidencia del país se mostró como un político inteligente y enérgico, iniciando la institucionalización de las conquistas sociales postuladas por la Revolución y logrando importantes avances en política exterior.
Álvaro Obregón
Hijo de Francisco Obregón, un modesto agricultor, y de Cenobia Salido, desde muy pequeño se familiarizó con las faenas del campo, tareas que alternó con sus estudios primarios. Acabados éstos y ya adolescente, trabajó en una hacienda de Huatabampo durante unos años. Al cumplir los dieciocho de edad entró a trabajar en un ingenio de Novolato, en el Estado de Sinaloa, donde permaneció muy poco tiempo, antes de volver a las labores agrícolas.
El joven Álvaro se mostró siempre como un muchacho trabajador e inteligente, dotado de una gran personalidad. En 1903, a los veintitrés años, casó con Refugio Urrea, y dos años más tarde adquirió un pequeño rancho a orillas del río Mayo. Los años siguientes fueron esforzados y también dolorosos a causa del fallecimiento de su esposa, que le había dado dos hijos, Humberto y Refugio. Si bien era un hombre hecho para el sacrificio, no lo era sin embargo para la soledad, y el 2 de marzo de 1910 contrajo nuevo matrimonio con María Tapia, una hermosa mujer que le daría siete hijos más.
El estallido en 1910 de la Revolución mexicana llevaría a la presidencia a Francisco I. Madero (1911-1913), a cuyo proyecto reformista y progresista se adhirió Álvaro Obregón. Fue elegido presidente municipal de Huatabampo y, en 1912, bajo el mando del general Agustín Sanginés, luchó contra el general Pascual Orozco en Chihuahua, con el grado de teniente coronel. El agricultor había decidido canjear el arado por las armas. Desde sus primeras acciones militares, Álvaro Obregón demostró gran talento como estratega, lo que le dio considerable prestigio dentro del ejército.
El general de Carranza
Cuando en febrero de 1913 Victoriano Huerta depuso a Madero e instauró una dictadura contrarrevolucionaria (1913-1914), Álvaro Obregón tomó partido por José María Maytorena y, reconociendo como jefe de la Revolución a Venustiano Carranza, combatió en el bando constitucionalista. En una serie de eficaces golpes y planificadas batallas derrotó a los federales del norte del país, asegurando con ello un amplio territorio fronterizo con Estados Unidos.
Nombrado jefe del Cuerpo de Ejército del Noroeste, el ya general Obregón invadió Sinaloa y tomó Culiacán en noviembre de 1913. Después de un intensivo entrenamiento de sus tropas y de que se repararan las líneas ferroviarias, que le aseguraban el transporte para la nueva campaña, Obregón marchó hacia el sur, sitió Mazatlán y continuó su avance hacia Jalisco. Con una serie de sorprendentes movimientos tácticos infligió a las tropas huertistas dos espectaculares derrotas en Orendáin y El Castillo y, poco después, tomó Guadalajara.
Álvaro Obregón
Tras firmar con Eduardo Iturbide, el 10 de agosto de 1914, los acuerdos de Teoloyucan, que establecían la entrada del Ejército Constitucionalista en la capital y las condiciones de rendición y disolución del derrotado ejército de Victoriano Huerta, Obregón entró en Ciudad de México. Venustiano Carranza ocupó la presidencia, pero los revolucionarios agraristas Pancho Villa y Emiliano Zapata rechazaron su autoridad.
El general Obregón intentó dialogar con Villa para resolver la conflictiva situación, pero el caudillo del norte logró apresarlo y estuvo, incluso, a punto de fusilarlo. Una vez concluida la convención de Aguascalientes, en octubre de 1914, Carranza se retiró a Veracruz, donde instaló su gobierno, y Álvaro Obregón le siguió en calidad de jefe del Ejército de Operaciones, permitiendo la entrada de Pancho Villa y Emiliano Zapata en la capital.
Después de derrotar a las tropas de Emiliano Zapata, Obregón entró nuevamente en Ciudad de México y, en un gesto que ejemplificaba su decisión de acabar con las insurrecciones, se dejó crecer la barba y anunció que no se la quitaría hasta no derrotar definitivamente a Pancho Villa. Obregón cumplió con su promesa tras vencer a los villistas en cuatro importantes batallas que tuvieron lugar en 1915. Los dos enfrentamientos de Celaya, ocurridos en abril, la batalla de Silao y León, en la que perdió un brazo, entre el 1 y el 5 de junio, y la librada en las proximidades de Aguascalientes, entre el 6 y el 10 de julio, fueron todas modelos de planificación táctica y estratégica.
Del ejército a la política
Pero más que su triunfo militar sobre las huestes del Centauro del Norte, lo que realmente consolidó la posición de Obregón y proyectó su figura como caudillo nacional fue la victoria política que obtuvo al decretar una ley de salarios mínimos en varios estados norteños. Tras sus fulgurantes éxitos militares y la pacificación
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