Chávez y su socialismo del siglo 21

Al someter a la opinión este breve ensayo de corte alternativo, sobre la figura del presidente de Venezuela Hugo Chávez Frías, me anima por encima de cualquier otro aspecto, el sano propósito de poder terciar, positivamente, entre la multitud de adversarios, tanto locales como internacionales que tiene este caldeado debate político suscitado por el presidente Chávez. Opino desde una plataforma libre e independiente, definiéndome para lo cual, ajeno a toda pugna partidista, nacionalista o de cualquier otro rango. La tesis que planteo, (porque lo que está bien claro y no admite polémica, es que tanto nombre como empeño del teniente coronel, con el paso del tiempo, han ido adquiriendo más y más, una nítida relevancia mundialista nunca antes lograda por ningún mandatario en el trascurso de toda la historia política transcontinental), es la de proyectar a la persona de Hugo Chávez, como el líder natural, mundial, del cambio social de la Nueva Era del planeta. Considero que un hecho de esta excepcional envergadura, sea que se simpatice o no se guste del presidente venezolano, reclama por parte de todos, el merecido reconocimiento ganado limpiamente en base de trabajo honesto y presencia permanente al frente del compromiso contraido con todos los excluidos del planeta, lo cual sólo mentes necias y proclives, pretenderían desvirtuar. Ahora bien, en un tiempo de cambios radicales, globales, como en el que vivimos, quisiera exponer mi hipótesis sustentándola en lo metafisico (trascendente) y en algunos otros datos provenientes de fuentes nada vaporosas como veremos.

El fenómeno político que se conoce alrededor de todo el mundo como “Revolución Bolivariana”, “Socialismo del Siglo 21” o apropiadamente “Chavismo”, generado y liderado por el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, con mâs de una década de vigencia, cuadra “perfectamente” conformando parte integral del momento evolutivo por el que atraviesa la humanidad entera dentro de un período de tiempo que se referencia con el nombre de “el tiempo del no tiempo”.

En lo manifiesto, todo cambia, nada permanece inmutable a la prueba del tiempo porque el estado del Universo es la evolución. Apoyándonos en ese monumental compendio de connotables y trascendentales revelaciones, El Libro de Urantia, el que considero la Biblia del Tercer Milenio, podemos confirmar con mucho fundamento, la existencia de innumerables mundos materiales tiempo-espacio, habitados por seres mortales semejantes a nosotros los seres humanos de este planeta, de origen y naturaleza evolucionaria. Nuestro planeta, La Tierra, (Gaia, Urantia), actualmente se encuentra en etapa transicional (4D), de su ciclo evolutivo de ascensión hacia la quinta dimension (5D). A ese glorioso acontecimiento, la llegada de un planeta al nivel de quinta dimension, hacen referencia las escrituras con variados nombres como: la Edad de Oro; el Reino del Cielo en la Tierra; Edad de Luz y Vida, y otros, por tratarse de un evento único y majestuoso que encaja en lo que los astrofísicos describen como la entrada de un planeta y el sistema solar que lo contiene, en la órbita del sol central de la Galaxia, hecho que sólo tiene ocurrencia cada 26.000 años.

Todos los antiguos calendarios, tibetano, hindú, chino, egipcio y maya, vaticinan que en la época en que nos encontramos, se producirá un cambio definitivo en la vida de la Tierra. El calendario maya precisa que entre los años 1992 y 2012, se experimentará el “tiempo del no tiempo” que determinará el inicio de una nueva vida sobre el planeta. Se trata de toda una coyuntura evolutiva única y original en la historia de la humanidad, y hasta se puntualiza el 21 de diciembre del 2012, como la fecha crítica que marcará el inicio de un nuevo ciclo energético de vida para el planeta. Asi, en pantalla gigante y teniendo en cuenta la proximidad de la fecha del “sorteo” y la marcha apurada del tiempo, la opción que tenemos para creer ó no creer en dichos vaticinios, nos aupa de manera inclemente: como que se nos está acabando el recreo; nos llegó la hora de “votación” para decididir en que dirección enrumbamos nuestros pasos.

Entre tanto, bien sea por el masivo bombardeo informático en el cyberespacio o producto de una conciencia colectiva en expansión, se hace innegable la percepción en la atmósfera de una tendencia temerosa a calificar las catástrofes que vienen ocurriendo de orden mundial, casi todas de grandes magnitudes, incluído el levantamiento de los pueblos en el medio oriente, como presagio del advenimiento de ese escenario apocalíptico que sentencian dichas profesias. No obstante, como suele suceder con “especulaciones” de este tipo, se polemiza acerca de la cantidad de verdad o falsedad que encierran tan acreditadas predicciones. “Amanecerá y veremos, dijo el ciego, pero amaneció y no vio”.

En este tiempo de transición en el que nos encontramos de la 4D, el ser humano está llamado a dar el gran salto a la 5D al mismo tiempo que la Madre Tierra. De la vivencia en estos días, nos será posible a los seres humanos, reencontrarnos con nuestra esencia espiritual trascendiendo la experiencia en la carne; esto es, trascendiendo la cuota de animalidad con la que nacemos. Sin embargo, y aquí yacen los conflictos, habrá quienes por razones de “momentum evolutivum” individual y otras causas, no calificarían para dar ese salto evolutivo (salto cuántico), al no hacer las mínimas requeridas para sintonizarse con la banda de frecuencia establecida o plano de conciencia de la 5D, y de esa manera, poder asimilar y adaptarse a los cambios que sobrevendrán y en donde se hace riguroso resonar con las mismas altas frecuencias vibratorias que la madre Gaia en ese momento cumbre. Así las cosas, es conveniente enfatizar aquí en este punto, la naturaleza electromagnética de nuestros cuerpos sutiles que conforman nuestra realidad humana-espiritual, lo que otorga gran relevancia a cuestiones como campos, sistemas y patrones energéticos; chakras, aura, decodificación ADN, alineación con la matrix cósmica, reconexión, autoconocimiento, dominium YO SOY, y toda esa partida de enredos a los que normalmente no le paramos bolas por considerarlos más hacia “ocultismos”, pero que todos apuntan, finalmente, a la necesidad que tenemos de aprender a vivir desde el corazón, (corazón energético, sagrado corazón, chakra unificado); porque, “a la fin a la fan”, es el corazón el que alcanza la meta y la meta siempre será Dios, que es Amor.

Ante un panorama como el hasta aquí presupuestado, resulta razonable el que hagamos de todas maneras, una paradita en el camino (por si las moscas), para discernir sobre el monto de veracidad de este período de tiempo, como el gran momento histórico profetizado tanto por calendarios antiguos como por escrituras

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