Comentario Crítico Sobre El Libro De Lectura Bueno Para Comer M. Harris
Enviado por LauraEleBe • 18 de Junio de 2013 • 1.107 Palabras (5 Páginas) • 2.151 Visitas
¿Realmente existe un criterio que establezca qué es bueno para comer y qué no lo es? Personalmente creo que no existe un único régimen alimentario, entendiendo por régimen no su acepción común de “dieta” si no como costumbre o pauta diaria de alimentación. Como bien defiende el autor desde diferentes posturas, existe tanta diversidad en costumbres alimentarias como culturas hay por el mundo; incluso, dentro de una misma cultura, distintas variantes que se diferencian en un mínimo como cuenta en el caso del budismo y la cultura vegana.
Respecto al trabajo encomendado tras la lectura del libro, he de decir que el libro me ha resultado muy interesante y sobretodo contrastado y respetuoso con todas las culturas y costumbres que se exponen. Únicamente comentaré algún aspecto en concreto de algunos capítulos que más me han llamado la atención.
Resulta curioso como hoy por hoy, largas distancias entre países lejanos nos resultan prácticamente insignificantes, mientras que la distancia entre culturas continúa siendo bastante abismal. Son muchas las diferencias de nuestra cultura centroeuropea con los países no tan alejados. Si preguntamos en nuestra sociedad a cualquier persona de a pie si nuestra alimentación es buena, su respuesta seguramente será que sí y si indagamos más en el porqué de su respuesta muchos coincidirán en que llevamos una dieta equilibrada, rica y variada. Razón tienen. El valor nutritivo en general de nuestra dieta es bueno y óptimo para el desarrollo humano de lo contrario no estaríamos aquí. Centrándonos en España, si además sugerimos que se introduzcan nuevas fuentes de alimentación como por ejemplo los insectos, la gente da un paso atrás en la mayoría de los casos. Reconozco no haberlos probado a pesar de parecerme un tema interesante nutricionalmente hablando. Como bien comenta el autor, poseen una calidad nutricional comparable con la mismísima carne que reina en nuestras neveras, con un elevado porcentaje de proteína y un bajo pero no despreciable aporte de grasa. Me gustaría unir aquí un tema que el autor trata en otro capítulo distinto, el hambre en el mundo. Recientemente se ha comentado en los medios de comunicación la existencia de un estudio que plantea la descabellada (para nosotros, finos y pulcros carnívoros) idea de reducir este gran mal terrestre enseñando a esas poblaciones nutricionalmente desfavorecidas a comer insectos, a saber valerse de ellos. El autor trata este tema desde un punto de vista proteico también ya que para que consigan un aporte correcto de proteínas a través de los alimentos que de forma general se dan a estos países tercermundistas (harina y legumbres) deberían comer cantidades inmensas de alimento. Es físicamente imposible. Nadie es quién para obligar a una comunidad a comer un determinado producto, al menos directamente, que para indirectas ya está la publicidad que nos ordena lo que quiere que consumamos. Pero
el planteamiento de esa idea de rebajar el hambre en el mundo introduciendo los insectos en la dieta me resulto cuanto menos interesante.
Volviendo a España y sin resultar tan escatológico está en tema “carne de caballo”. ¿Por qué tanta alarma social? Se trata de carne nutricionalmente excelente, mejor que el vacuno, pero su uso como alimento ha creado un revuelo considerable. ¿¡Cómo vas a comerte a un poni!? Conozco personalmente casos de gente que
...