Cortesanas Como Margarita Gautier

El Siglo XIX por primera vez en siglos trajo consigo una época de paz y armonía en donde desde hace mucho tiempo no se convocaba a la juventud francesa para gastar sus energías principales en el campo de batalla. Se restauró la Casa de los Borbones bajo la égida de las Potencias Aliadas y Francia obtuvo la libertad para practicar las artes y disfrutar de los placeres de la vida. La clase media ya no era ahora simplemente un elemento estable de la población francesa ya que disfrutaban de poder y lo disfrutaban en gran parte por su dinero.

El personaje principal, Margarita Gautier, es una mujer que vive cómodamente a cambio de placer, por lo que deja de lado su felicidad y respeto propio a cambio de una vida fácil.

Nació en el campo, pero abandonó a su familia para vivir en París, donde se destacaría por su vida licenciosa y sus grandes gastos, además de por siempre estar acompañada de un ramo de camelias; era una joven muy hermosa, pero bastante enfermiza. Aunque parece adolecer de superficialidad, con el avance de la obra se presenta como una mujer enamorada, sencilla y sobre todo abnegada.En la guarida del juego y las veladas lujosas, hombres mezquinos ejercen su voluntad y las mujeres se convierten en cortesanas regocijándose de placer. Una de esas mujeres es Margarita Gautier.

Es una dama de lujo, que no cree en el amor hasta que se cruza con Armando, tras perseguirla hace tiempo sin ella saberlo. Cuando la conoce, él se percata de los amigos que la rodean, más bien unos interesados compañeros de trabajo llenos de envidias y celos, por ello Armando ve lo importante que es estar al lado de Margarita, enferma ya. Ella a pesar de todo rebosa bondad y es injusta consigo misma hasta el final, pero por la mejor causa para ella que es Armando.

Margarita exponía, como casi la única manera para que una mujer ascendiera socialmente, la cual era casándose o haciéndose cortesana, mas bien esto último, porque para que una mujer ascendiera casándose, era muy muy difícil, y si se era bella y se tenía estilo, se podía ser una cortesana muy cara, y vender hasta una mirada por una estola de pieles o un juego de alhajas, claramente pagando un precio muy alto, nunca amar, sino saber administrarse fríamente.

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