Cuentos Ticos
Enviado por shamir9702 • 20 de Noviembre de 2013 • 315 Palabras (2 Páginas) • 913 Visitas
Cuentos ticos, cuentario en el que se incluye
este relato, aparece en 1901, siete años después
de que Ricardo Fernández Guardia afirmara que
él no podía escribir sobre cuestiones nacionales,
pues le parecían sandias, sin gusto alguno. Este
texto es, por ello, una interrogante para la historiografía
literaria nacional; sin embargo, es claro
cómo, desde la perspectiva teórica planteada, no
se aleja de aquellas aseveraciones en la primera
parte de la polémica. El “tico” es aquí representado
en su limitación…
“Un santo milagroso” narra cómo en una
comunidad rural de Alajuela se le levanta una
orden de captura a una imagen de San Jerónimo,
ya que en todos los rezos y actividades similares a
los que se llevaba (que eran muchas), terminaban
en pendencias. La imagen dejaba, pues, un rastro
de sangre a su paso. Hacia el final, con la captura,
se revela que la imagen tenía en el dedo gordo del
pie (el mismo que le besaban los campesinos) un
mecanismo que liberaba guaro de contrabando.
En “Un santo milagroso” se evidencia al sujeto
cultural colonizado, al menospreciar a los sujetos
“imperfectos” que representa, siempre en relación
con el «Otro» colonizador: Europa es la regla con
la que mide el sujeto cultural colonizado americano.
Las “gentes de los campos” son representadas
en relación con su “fanatismo grosero”, con,
se puede afirmar, su “brutalidad”. La “brutalidad”
del campesino ha sido una constante en muchas
de las representaciones durante la época de los
polemistas, y ésta tiene que ver, precisamente,
con su incapacidad en tanto sujetos incivilizados,
alejados de la ciudad.
Véase, por tanto, la siguiente caracacterización
a partir de este relato: mientras el citadino
es ponderado, cultivado, temperado, el campesino
es “fanático grosero”, “bruto”, “borracho”;
es decir, mientras uno es civilizado, el otro es
un bárbaro. Estos campesinos “alajueleños” no
se pueden, entonces, desvincular de la herencia
indígena, y ello es claro en tanto conservan rasgos
odiosos para Fernández Guardia, como lo es
su “intemperancia” en relación con el guaro de
contrabando.
Esta representación comunal revela, pues,
una gran falta en el mestizo-campesino, al cual
hay que sumarle la incapacidad que se le señala
para hablar “correctamente” y para practicar la
religión católica “civilizadamente”.
...