Demandas Laborales E Indemnizaciones En Alemania
Enviado por seminariodetesis • 21 de Mayo de 2012 • 1.403 Palabras (6 Páginas) • 592 Visitas
DEMANDAS LABORALES E INDEMNIZACIONES ALEMANIA
Las empresas alemanas, especialmente la industria, necesita más de 800.000 trabajadores para poder ocupar las vacantes laborales del tercer trimestre de 2010,
La recuperación económica alemana ofrece esperanza para los desempleados no cualificados, ya que en el tercer trimestre de 2010 Alemania necesitaba 23.000 de estos trabajadores. Además, según el estudio, tres de cada cuatro puestos vacantes pueden ser ocupados de manera inmediata
La demanda de empleo se ha duplicado en algunos campos como el de procesamiento de madera, en la industria del papel, las imprentas, editoriales y la industria del metal.
En otros sectores como el de la ingeniería mecánica, electrónica o la industria de vehículos, la oferta de trabajo es un 70% más elevada que la que tuvo lugar el año pasado,
Alemania busca sobre todo ingenieros, para los que hay más de 34.000 vacantes, aunque también existen oportunidades laborales para conductores profesionales (30.000 plazas), cocineros (28.000), personal sanitario de geriátricos (21.000) y personal administrativo (20.000).
Por el contrario las opciones de empleo disminuyen en los sectores públicos de servicios sociales, sanitarios y de educación, donde baja un 17% con respecto al mismo trimestre del año anterior.
DEMANDAS
Alemania es un país con muy pocas huelgas. Mientras que la cantidad promedio de días laborables perdidos debido a huelgas de 2000 a 2004 representó 234 por cada 1.000 empleados en España, 171 en Canadá y 101 en Francia, sólo 3,5 días se perdieron en Alemania. En las estadísticas de huelgas de la OCDE (OCDE significa Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico.), Alemania ocupa el tercer lugar empezando de abajo, sólo arriba de Polonia, con 1,6 días perdidos, y Japón, con 0,4.
Una huelga podría introducir un cambio de paradigma en el mercado laboral alemán por dos razones. Primero, otras operaciones estatales privatizadas, especialmente los servicios postal y de telecomunicaciones, podrían ser las siguientes. Antes, estas operaciones podían confiar en el hecho de que los empleados eran empleados públicos permanentes (Beamte), una anomalía alemana.
Si bien los empleados públicos permanentes alemanes no pueden ser despedidos, tampoco se les permite hacer huelga. La condición de empleado público permanente, caracterizada por una obligación recíproca especial de lealtad, fue creada por el Estado prusiano para ocupar puestos estratégicamente importantes con gente de plena confianza. Los maquinistas eran los ejemplos supremos de este credo.
Con la privatización de los trenes de Alemania, que en breve culminará con su cotización en la Bolsa, estos empleados públicos desaparecerán. Hoy, el 40% de los maquinistas alemanes siguen siendo empleados públicos permanentes que han sido cedidos por el Estado a las empresas de trenes privatizadas. Pero el derecho de los maquinistas restantes a hacer huelga es suficiente para amenazar a Alemania con un caos en el sistema de transporte.
La amenaza de huelga también es importante porque marca un alejamiento del sistema alemán de sindicatos industriales, que negocian para todos los empleados dentro de una industria sin importar su ocupación. La alternativa son sindicatos para actividades individuales dentro de una industria, que normalmente son negociadores agresivos y tienden a exigir mucho más de lo que es económicamente posible.
Estos sindicatos son comunes en los países anglosajones. Ellos fueron responsables, en gran medida, de la caída económica de Gran Bretaña en los años 1960 y 1970. Recién cuando Margaret Thatcher quebrantó su poder el país pudo respirar libremente y renovarse.
Existe una razón económica para explicar por qué los sindicatos basados en las ocupaciones individuales son perjudiciales. Este tipo de sindicatos actúan como monopolios que ofrecen productos complementarios. Como al cliente sólo le interesa el precio total que debe pagar por todos los productos en un bulto, y como la cantidad de unidades compradas de este bulto depende únicamente del precio total, los vendedores individuales se sienten alentados a pedir precios particularmente altos. Si aumentan sus precios, reciben toda la ganancia financiera, mientras que cualquier pérdida ocasionada por una caída en la demanda se distribuye entre todos los vendedores. Por este motivo, el precio total que surge es superior del que habría elegido un vendedor monopólico que representa a todos los productores y que tiene en consideración todas las desventajas mutuas de cualquier
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