Desarrollo del addolescente

                      “DE LA PRIMARIA  A LA SECUNDARIA”

En la primaria hemos podido observar que son más tranquilos, lo único en lo que se preocupan es en jugar y jugar, son amorosos y están muy apegados a su familia; le tienen más respeto a sus maestros y un mejor comportamiento dentro del aula.

         Con el paso de los años la sociedad cambia y con ella los jóvenes, en esa etapa enfrentamos cambios físicos, psicológicos, es la transición de niños a adolescentes. Pasan varias etapas, primero la pubertad (crecimiento de genitales, aparición de vello púbico, etc.) el cambio físico, lo que más les importa es su apariencia.

En la pre adolescencia comienza el pensamiento cognoscitivo, toman más interés por indagar a fondo sobre los temas, tratando de integrarse al mundo del adulto. Es una etapa importante, desde mi punto de vista necesitan de mucha atención por parte de padres y maestros, están en la época donde buscan convivir con jóvenes de su misma afinidad en: gustos, música, acciones, pensamientos etc. De igual manera surge el interés por el sexo opuesto.

Por eso lo más importante es ser aceptados en un grupo de amigos y si no se orientan de la manera correcta pueden buscar malas compañías que lo lleven por un mal camino. Nosotros como futuros docentes debemos conocer todo sobre el adolescente ya que por obvias razones para ellos lo académico pasa a segundo término.

Nuestra responsabilidad es buscar estrategias de aprendizaje para poder llamar su atención e interés por la escuela, aprovechar sus virtudes, entusiasmo y energía. Ser adolescente es la etapa más bonita donde encuentras a tu yo interno.

Ahora que ha pasado el tiempo y mis emociones, mi cuerpo, mi mentalidad a cambiado, todo lo veo con otros ojos, por ello me decidí  estudiar en la Normal en nivel secundaria, para orientar a los adolescentes en esa etapa tan difícil, comprender  el por qué de datos sentimientos encontrados (el sentirse como superman o un inmortal) ayudar a los jóvenes a responder tantas preguntas que revolotean en su cabeza. Mi meta es cambiar esa percepción que tienen sobre la escuela, inculcarles el amor por estudiar para que en un futuro sean alguien en la vida.

Recuerdo que en esa etapa lo que menos me importaba era la formación académica, era tan aburrida, lo peor de todo  es que no entendía nada de lo que me enseñaban, sólo observaba el reloj esperando la  hora de receso o de salida.

Esa apatía, ese desinterés por estudiar tenía mucho que ver. La falta de motivación se debía a la escuela porque en mi casa me animaban demasiado a estudiar y salir adelante; era algo extraño, al regresar a la escuela esas ganas se me desaparecían, hoy de acuerdo con Cikszentmihalyi (1975), el joven que afronta el trabajo buscando aprender se disfruta más con la experiencia de aprender.

Otra de las cosas por las que no me gustaba estudiar eran los temas que se nos daban, no eran de mi interés y con eso perdía la motivación por aprender,  se volvía algo obligatorio y cumplía con algunas tareas por obtener una calificación aprobatoria y, como ha señalado Elton (1990) satisfacer  la necesidad de asegurar  es previo a disfrutar el aprendizaje.

Aunque pasaba algo extraño, en química sólo esperaba la hora de llegada del profesor, era una emoción única, me encantaba la clase, le entendía a la perfección, cumplía con la tarea, participaba y lo mejor de todo no se me olvidaba lo que me enseñaba y hasta la fecha lo recuerdo.

Las tareas a realizar fuera de la escuela se me hacían pesadísimas, con química no me sucedía esa situación. Cuando nos indicaban  la tarea ponía atención, pero el sólo escucharla me daba pereza, a la hora de realizarlas en mi casa lo intentaba una y dos veces, al ver que no  entendía se me iba el interés  y no las hacía.

Con tantas dificultades en la secundaria mi intención es compartir a los adolescentes una nueva forma de ver la educación, mostrarles que no sólo son conocimientos obligados, que también pueden ser de interés personal, tomar en cuenta sus opiniones para que ellos no se sientan desmotivados y sigan adelante con entusiasmo.

      No juzgo a los docentes que dan clase por primera vez, ya que he tenido la oportunidad de estar frente a grupo, situación nada fácil, ya que nadie nos enseña a ser profesores, eso lo enseña la práctica de todos los días.

Recuerdo que en  la secundaria tuvimos un practicante, al principio no podía controlar la clase, nadie le hacía caso, le pusimos de apodos a más no poder, el explicaba su tema y nadie le ponía atención; después de unos días el profesor en formación aplicó una estrategia de convivencia, junto con una actividad de dibujo, todos estábamos muy contentos porque a mis compañeros lo que más les gustaba era dibujar, desde esa vez nos agradó su clase, que según  Esteve (1997) con el paso del tiempo , corrigiendo sus errores y apuntando a lo positivo, pudo abandonar las apariencia y gano la libertad de ser profesor.

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