El Transporte Publico En Lima ( Causas Y Consecuencias)
Enviado por cartuchera12 • 23 de Abril de 2013 • 644 Palabras (3 Páginas) • 1.270 Visitas
Comprensión y Producción de Lenguaje 1
Ciclo 2013-1
Material de Trabajo Autónomo: introducción y cierre
Logro
El alumno reconoce y redacta párrafos de introducción y cierre adecuados para un texto académico.
La organización del texto académico
Todo texto académico sigue una estructura que presenta tres partes: introducción, desarrollo y cierre. En este material, veremos la introducción y el cierre del texto académico.
1. El párrafo de introducción
La introducción es la parte con la que comienza el texto académico. Ella cumple tres funciones: 1) interesar y situar en un contexto al lector, 2) vincular este contexto con la presentación del tema central y 3) anticipar o anunciar la forma en la que se llevará a cabo el desarrollo del tema. Si bien el tamaño de una introducción puede ser variado de acuerdo con del tamaño del texto, en el caso de nuestro curso escribiremos introducciones de un solo párrafo, pues los textos que redactaremos serán breves.
Supongamos que queremos redactar un texto cuyo tema central es “principales prejuicios cognitivos” . Después de investigar y leer, proponemos los siguientes tipos de prejuicios cognitivos:
1. El prejuicio de confirmación
2. El prejuicio de la ilusión de control
3. El prejuicio de la falsa probabilidad
Como ya sabemos que todo texto académico presenta una introducción y, también, conocemos sus funciones, comenzamos a pensar cómo redactarla. Ya tenemos el tema del texto (“principales prejuicios cognitivos”) y sabemos en qué partes se dividirá el desarrollo (primer párrafo de desarrollo: el prejuicio de confirmación; segundo párrafo de desarrollo: el prejuicio de la ilusión de control; y tercer párrafo de desarrollo: el prejuicio de la falsa probabilidad), así que nos queda pensar en cómo llamaremos la atención del lector y cómo contextualizaremos el tema.
Para interesar al lector, existen varias técnicas. Por ejemplo, podemos contar una anécdota o una historia graciosa. Asimismo, podemos partir de una cita llamativa, por ser de conocimiento de todos o por haberla dicho alguien importante para el posible lector. También se puede partir de un caso conocido, una interrogante no respondida o una analogía.
Por otro lado, contextualizar, en el caso de una introducción, significa presentar una serie de elementos que permitan al lector situar el tema en el conjunto de hechos culturales. Normalmente, se dan las coordenadas temporales y espaciales en las que se mueve el tema. También se puede plantear la relevancia del tema.
Veamos, a continuación, algunos ejemplos de introducción para el esquema planteado.
Introducción con cita
“La primera impresión es la que cuenta”.
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