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Familia Herrera Gitterman


Enviado por   •  17 de Agosto de 2024  •  Biografía  •  23.730 Palabras (95 Páginas)  •  155 Visitas

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FAMILIA HERRERA GITTERMAN

Parte 2:

Con Historias

de los Antepasados

“Hoy la tierra de Quilimanzano muestra a gritos el sufrimiento que siente porque la hemos abandonado y lo expresa como sólo ella lo sabe hacer”

Doy inicio a esta segunda parte de la historia familiar, con fecha 23 de mayo del 2024, muchos años después de haber escrito la primera.

        Ampliaremos la información para muchos antepasados y me tocará rectificar algunos argumentos que han sido refutados mediante documentación que la hace indesmentible.

        La primera parte, centra en el matrimonio de Carlos Herrera y Marta Gitterman. Sus herederos y antepasados. [pic 1]

        La fotografía familiar más antigua que, hasta ahora, tenemos fue tomada en la Ciudad de Temuco y muestra a los abuelos maternos de nuestra madre, los padres de nuestra abuela Elsa, que en la realidad legal se llamaba Crhistina Elizabeth, don Niels Mickelsen Sorensen y Hedwig Lugoswsky Prczewisinky.

          Y tomaremos a ellos como el centro de nuestro árbol familiar, habida cuenta que es la documentación oficial de mayor antigüedad a la que hemos podido acceder.

        Antes de encausarme en contar su historia, dejaré dichas algunas cuestiones que influyen en esta narración. Los Mickelsen Lugowsky criaron 5 hijos y la abuela Elsa fue la menor de ellos. La abuela Elsa tuvo 3 hijos, y la Martita, nuestra madre, fue la menor con 10 años de diferencia. Y, sin embargo, fue a través de ellas que esta familia llegó primero a una 6 generación, que sigue ampliándose.

        Un fuerte componente, central de esta historia, es la vida de estas tres mujeres: nieta, madre y abuela, o viceversa, pues fueron ellas quienes más se quedaron con nosotros. Mi padre falleció cuando yo tenía 17 y ahora que tengo 73, mi madre aún vive.

        La abuela se quedó sola al cuidado de mi mamá desde que tenía 10 años. Y a los 16, comienza a relacionarse con nuestro papá, que era un trabajador para los Gittermann desde los tiempos del abuelo Berthold. Lo que generó un conflicto muy fuerte. Y el rechazo de todos los demás miembros de la familia. Y mi mamá tocó fondo en varios aspectos que fueron recontra sancionados: Fue madre a los 17 años, fue la única de sus hermanos y primos que no se educó y vivió una vida de pobreza durante casi o toda su vida. Se generó una especie de mirada de arriba hacia abajo y hasta nosotros veíamos a nuestros primos hacia un lugar de altura. Aunque la tía Ingeborg dio acogida a tres de mis hermanos en su casa, mientras estudiaban, a las 5 hijas del tío Hans, no las conocí hasta después de muy adulto. A la menor, Leila, la conozco de vista desde hace poco más de un mes.

        Cuando el tío Hans fue mi profesor en un curso de perfeccionamiento deportivo, mientras pasaba lista dijo:

        -Hay un sobrino mío aquí, ¿quién es? -

Seguro que mi nombre era algo ineludible, pues casi era el nombre de su papá.

Y fue al Luis Gómez Gittermann, seguramente el mayor de todos los nietos de la Elsa, quien comenzó a establecer las relaciones de parentesco. Mantuvo una constante preocupación por hacer momentos de convivencia entre sus las dos hermanas, su madre Inge y la Martita. Se le comenzó a ver en los cumpleaños, que mi mamá celebra con toda constancia, y nos invitó a reunirnos en un complejo de cabañas que posee a orillas del Lago Calafquén. Y claro que fuimos. Tomó muchas fotos de esos encuentros, aunque tengo la dicha de poseer una sola.

En el momento que escribo esta historia, el “Lucho” está fallecido.

En una ocasión fuimos a dejar flores a la tumba de los abuelos. Una de las personas que ya estaban ahí, se interesó por saber quiénes éramos, por qué motivos dejábamos flores ahí. Le dije

-Me llamo casi igual que el señor de la tumba y heredé su nombre porque es mi abuelo-

Terminó siendo la Erna Mickelsen. Prima hermana de mi mamá y la única que quedaba viva. Aunque no sabemos nada de los descendientes de los otros hermanos de la Elsa. Es parte de lo que iremos investigando en el transcurso de este relato.

Me dio su dirección y su teléfono y me dejó cordialmente invitado a que fuera a verla, Hablaba con un sentido de querer establecer una relación más cercana. La llamé cierta vez con la sana intención de ir a verla. Y me respondieron que en ese momento se encontraba en la ducha. Y esa es una justificación que se usa cuando no se quiere recibir a alguien. Aunque pudo no haber sido así o no haber sido ella misma la que decidió esa respuesta. Desistí y nunca más lo intenté. Tampoco había sido su opción, pasar ella a mi casa el mismo día que nos encontramos en el cementerio. Y pienso que así debió haber comenzado nuestra aproximación. Atención recíproca y nunca sede fija.

Murió.

Y, como la Martita se fue a vivir a Pitrufquen, porque se dializa, se creó un wassapo familiar, donde todos los hermanos y varios sobrinos nos comunicamos. Por ahí apareció otra prima, una de las hijas menores del Hans, que se presentó con una inquietud de poder conocernos y relacionarnos como familia que somos. Se llama Kay Gittermann Montenegro y vive en Punta Arenas.

En algún momento hizo contacto conmigo, creó otro Wassapo para 3, incluida Karin Gómez Gittermann, hija de Ingeborg.  

Kay recopiló imágenes e información oficial desde distintas fuentes. Y la compartió en una gran reunión tipo conferencia virtual, el sábado 13 de abril del 2024, a la que se integró la gran mayoría de los familiares. Mis tres hijos estuvieron presentes y dos de mis nietos, también.

Kay me dejó de mentiroso en varias cosas que yo había dado como ciertas con anterioridad, en el primer capítulo. Pero, en mi defensa, diré que yo conté el relato que hacía mi abuela. Por ejemplo, ella había dicho que había nacido en Argentina, y la documentación casi irrefutablemente la ubica naciendo en Temuco. Obvio, era tan pequeñita cuando se fue, que sus primeros recuerdos los establece allá. Y eso sólo tiene importancia relativa, pues este texto es mucho más literatura que verdad irrestricta.

La intervención de Kay es el principal motivo para centrar nuestra historia en los ascendientes extranjeros, pues nos es común a todos. A todos los que estuvimos presentes en dicha reunión y tenemos descendencia en Mickelsen Lugowski.

 A partir de eso, nuestros intereses irán en otra dirección, la que nos da nuestra relación con la otra familia cuyo apellido llevamos. Fue mucho más rica cuando éramos niños. Es mucho más lejana en los tiempos actuales. Muchos primos de mi edad o menores aún, han fallecido. Hay muchos a los que nunca he visto y no sé ni cómo se llaman. Pero sólo los descendientes de mi mamá suman, así como casi una tonelada.

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