Francisco De Miranda
Enviado por losporrosdheidi • 21 de Febrero de 2013 • 2.578 Palabras (11 Páginas) • 276 Visitas
Francisco de Miranda
Conocido como "el primer criollo universal", Francisco de Miranda recorrió un periplo revolucionario de América a Europa que lo llevaría a participar directamente en los acontecimientos políticos universales de la época, para finalmente convertirse en precursor del sueño de Hispanoamerica libre.
Sus primeras luchas
Francisco de Miranda, nacido en Caracas el 28 de Marzo de 1750, es el Precursor de la Independencia de Venezuela e Hispanoamérica. Hijo del canario Sebastián de Miranda Ravelo y de la caraqueña Francisca Antonia Rodríguez. Es el primer venezolano universal. Sus armas las desplegó en tres continentes: África, Europa y América, y fue combatiente activo en los tres acontecimientos más importantes de su época: la Independencia de los Estados Unidos, la Revolución Francesa y la Independencia de Hispanoamérica.
En 1762, inicia estudios de "clase de menores", en la que recibe clases de Latín, Gramática y Catecismo, en la Universidad de Caracas. Poco antes de cumplir los 21 años, se embarca rumbo a España, deseoso de servir en el ejército real, el 25 de enero de 1771.
En Madrid se dedica al estudio de las matemáticas, de los idiomas francés e inglés y de geografía. Empieza a constituir una biblioteca con obras de filósofos y enciclopedistas famosos de la época, varias de ellas prohibidas por la Inquisición. En 1772, solicita del Rey una plaza de oficial en el ejército, y la obtiene. Así empieza su carrera de militar como Capitán del Regimiento de Infantería de la Princesa. Entre 1773 y 1775 presta servicios militares en Madrid, Granada,, Melilla (Norte de África) y Cádiz. Es cuando conoce al coronel Juan Manuel Cajigal, y en Cádiz conoce a quien sería su amigo de toda la vida, John Turnbull. En Cádiz se embarca el 28 de abril de 1780, en la expedición a La Habana. Allí es nombrado Capitán del Ejército de Aragón y Segundo Ayudante del General Cajigal.
En 1781, su conducta en la toma y capitulación de Pensacola, le vale ser ascendido a Teniente Coronel. Cajigal, nombrado gobernador de Cuba, lo envía a la colonia británica de Jamaica entre agosto y diciembre de 1781, para realizar un canje de prisioneros.
En abril de 1782, participa en la expedición naval española que sale de Cuba para conquistar las Bahamas, posesión británica. Como Edecán del general Cajigal, negocia la capitulación de esas islas con el almirante inglés el 8 de Mayo. Tiene que enfrentarse a las intrigas y denuncias: es acusado por el Tribunal Inquisitorial de Sevilla por retención de libros prohibidos y pinturas obscenas. También le acusan de que en junio de 1781, permitió visitar las fortificaciones de La Habana al general inglés John Campbell.
De América a Europa: un periplo revolucionario
Tiene que esconderse para evitar una injusta prisión y se embarca a los Estados Unidos. Aquí llega el 10 de julio de 1783, y su estadía durará casi 18 meses. Se dedica a estudiar el proceso de la Revolución Norteamericana y frecuenta a prominentes ciudadanos, entre ellos a Jorge Washington, Alexander Hamilton, Henry Knox, Samuel Adams y al marqués Gilbert de la Lafayette. Años más tarde escribió: "Aquí fue que, en la ciudad de New York, se formó el proyecto actual de la Independencia y libertad de todo el continente americano, con la cooperación de Inglaterra...".
En diciembre de 1784, se embarca para Inglaterra, siempre con el propósito de conseguir ayuda para independizar Hispanoamérica.
Es una época en que Miranda se dedica a perfeccionar su cultura, forma su personalidad metódica y disciplinadamente en las más variadas ramas del saber. Llega a conocer las principales lenguas de Occidente, traduce del latín y del griego, su curiosidad es insaciable. Se convierte así en la personalidad romántica y universal típica de la época de la Ilustración.
Durante 4 años (1785-1789), emprendió un largo viaje por Europa. Gracias al diario que lleva, dejó tal vez la más completa información sobre el Siglo de las Luces, hasta merecer ser considerado "el mejor memorialista de su tiempo". En ese recorrido visita Holanda, Sajonia, Bohemia, Hungría, casi toda Italia y Grecia, donde describe numerosos lugares de interés histórico, religioso, artístico o social. Pasa al Asia Menor y al Imperio Turco (Constantinopla) y, antes de fines de 1786, se encuentra en Rusia, donde hace amistad con el Príncipe Potemkin.
En Kiev, el 14 de febrero de 1787, es presentado a la Emperatriz Catalina, que hace de él uno de sus predilectos, y le autoriza a usar el uniforme del ejército ruso. Visita Moscú y San Petersburgo; pasa por Finlandia y llega a Estocolmo, donde es recibido por el Rey de Suecia, Gustavo III. Sigue a Oslo y Copenhague. Mientras tanto, el gobierno de Madrid hace vigilar a Miranda, cuya extradición se propone solicitar. Continúa su viaje por Hamburgo, Bremen y Holanda, donde se hace llamar el señor Meroff. Luego va a Bélgica, Alemania, Suiza y el Norte de Italia.
De Ginebra pasa a Lyon (Francia) y el 16 de febrero de 1789 se encuentra en Marsella. Sale para el centro y norte de Francia, hasta París, y regresa a Inglaterra el 18 de junio del mismo año. En Londres, reanuda sus conversaciones con el Primer Ministro William Pitt y Lord Grenville sobre la proyectada emancipación de Hispanoamérica, presentándoles planos y estudios de operaciones militares posibles.
Gloria y prisiones en Francia
Se dirige a Francia, en plena revolución. Llega a París el 23 de marzo de 1792, y entabla enseguida relaciones amistosas con el alcalde de la ciudad y los diputados girondinos. El Ministro de Guerra le ofrece un alto grado en el Ejército Revolucionario. El 1º de septiembre es nombrado Mariscal de Campo, pero explica que ha aceptado ese rango porque piensa promover así la causa de la Independencia de Hispanoamérica. Poco después es Segundo Jefe del Ejército del Norte, cuyo máximo jefe es el General Carlos Dumouriez.
En octubre es ascendido a general de los ejércitos de la República Francesa. El gobierno de París se propone enviarlo a Saint Domingue (Haití), a fin de someter a los esclavos y mulatos que luchan por su libertad y la de su patria, pero Miranda rechaza esa misión. Dumouriez, que ya está traicionando a sus jefes y piensa pasarse al campo monárquico, denuncia a Miranda como responsable de las recientes derrotas sufridas en el campo de batalla.
El 28 de marzo de 1793, está Miranda en París, listo para comparecer ante la Convención y denunciar al traidor Dumouriez. Las rivalidades entre los revolucionarios, sin embargo, lo conducen
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