Hildegard Bingen
Enviado por kiyto • 10 de Noviembre de 2014 • 924 Palabras (4 Páginas) • 462 Visitas
Nació en Bemersheim en el valle del Rin (Alemania) en 1098, en el seno de una familia noble. Fue la menor de diez hermanos, estando así destinada a la Iglesia según la mentalidad medieval. Por ello fue entregada para su educación a Jutta de Spanheim, que la instruyó en el rezo del salterio y a leer latín (Sagrada Escritura, memorizando los Salmos) y el canto gregoriano; también aprendió griego, liturgia, música y ciencias naturales.
Cuando Hildegard tenia 14 años, ella y su maestra se enclaustraron en el monasterio de Disibodenberg, este monasterio era masculino, pero acogió a un pequeño grupo de mujeres en una celda anexa. La clausura fue en 1112 donde participaron también Hildegarda, Jutta y otra reclusa. En 1114 pasa a ser pequeño monasterio para albergar a todas las vocaciones. Además se emite la profesión religiosa Hildegarda en manos del obispo Otto de Bamberg, sujetándose así a la regla benedictina y así continuó su educación monástica.
Jutta murió en 1136 y Hildegard asume el mando del convento como abadesa (magistra) de manera unánime por la comunidad de monjas.
Hildegard señala que desde los tres años tuvo visiones donde una gran luz la rodeaba. Jutta se dio cuenta de estos hechos aunque Hildegard los mantenía en secreto. Episodios que o vivía conscientemente, sin perder los sentidos ni sufrir éxtasis o la dejaban muy mal, incluso cegándola temporalmente. Hildegarda los describió como una gran luz en la que se presentaban imágenes, formas y colores acompañados de una voz que le explicaba lo que veía y, a veces de música.
Con 42 años le sobrevino un episodio de visiones más fuerte, durante el cual recibió la orden sobrenatural de escribir las visiones que tuviese. Las experiencias de Hildegarda forman el primer libro, llamado Scivias (Conoce los caminos), concluido en 1151. Para ello tomó como secretario al monje Volmar de Disibodenberg y como colaboradora a una de sus monjas, Ricardis de Stade.
Pero seguía desconfiando en hacer públicas sus revelaciones y escribió una sentida carta pidiendo consejo sobre la naturaleza de sus visiones y la pertinencia de hacerlas públicas a uno de los hombres más prominentes y con mayor reputación espiritual de su tiempo: Bernardo de Claraval. Además decía al monje que le había visto en una visión «como un hombre que veía directo al sol audaz y sin miedo». La respuesta de Bernardo invitaba a «reconocer este don como una gracia y a responder a él ansiosamente con humildad y devoción ».
El arzobispo bajo cuya jurisdicción estaba monasterio de Disibodenberg mandó una comisión al papa Eugenio para contarle lo que ocurría y pedirle que se declarara la naturaleza de tales dones.
En 1148, un comité de teólogos a petición del papa, estudia y aprueba parte de Scivias. El Papa lee públicamente algunos textos durante el sínodo de Tréveris y declara que tales visiones son fruto de la intervención del Espíritu
...