Hoy como muchos otros días volví a pelear con mi abuelo en su taller
Enviado por Milena Donoso • 4 de Julio de 2017 • Trabajo • 749 Palabras (3 Páginas) • 136 Visitas
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INÉS DEL ALMA MÍA
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Nombres: Milena Donoso
Claudia Gaete
Romina Loayza
Javiera Sepulveda
Curso: 3°B
Asignatura: Lenguaje y Comunicación
Profesora: Alejandra Imaña
España- Plasencia (1515-1517)
Hoy como muchos otros días volví a pelear con mi abuelo en su taller, él insiste con la idea de que lo cuidaré a costo de no haber sido hombre, mi madre siempre dice que soy como las mujeres de la familia (mi abuela, mamá y yo) tercas y valientes. Y no puedo dejar de pensar en el hecho de tener que cuidar a mi abuelo, me gustaría ser como mi hermana, libre de casarse con quien quiera y hermosa, a pesar de lo que diga el abuelo yo me casaré… por eso he de trabajar duro en mis tejidos y bordados, me gano mis buenas monedas, puedo presumir que nadie hace esos bordados y tejidos como yo con tanta consistencia.
Hoy comienza semana santa todos ayunan y rezan para salvarse de sus pecados, todo muy tranquilo, en esta fecha hay muchos milagros, oí que una niña levito, otra que exhalaba fragancia de rosas o le salían alas, todas ellas aclamadas por el pueblo. Mi madre dijo que todas ellas terminaron en un convento.
Es el tercer día de semana santa y mi hermana amaneció con llagas en sus manos, sus ojos estaban perdidos hacia arriba, la poseyó el espíritu santo y mi madre en un intento desesperado la cacheteo. Prometo nunca olvidar el sonido de esas cacheteadas, ni como mi hermana con una gran bocanada de aire y pálida volvió a la vida, mi madre prefirió dejar eso entre nosotros a pesar de que fuera un milagro, no quería que el pueblo empezara sus habladurías como siempre, ¡tan entrometidos!. Dejaron a mi hermana encerrada en casa hasta que sus heridas sanaran.
España-Plasencia (1521-1526)
Todos estábamos asustados por los musulmanes la gente se ponía a contar sobre los horrores, no hacían más que hablar de eso lo cual hacia que la gente se acercara más a la religión.
Hoy la gente ayunaba para la procesión (un desfile religioso el cual celebrábamos cada año) estábamos en multitud, mi mirada se enfoca en un joven alto, fornido y atractivo, entusiasmada le pregunto a mi madre quien es ese muchacho esbelto de por allá y mi madre me pego un codazo y seguimos con la procesión…
Pude conocer al chico se llamaba Juan De Málaga a pesar de que fuera mujeriego y fuera constantemente a las cantinas no podía evitar sentir cosas por él y comenzamos a tener encuentros. Mi abuelo me prohibió tener novio y ver a Juan pero no dejaría que el interfiera en mi vida amorosa. Le di tanta guerra que mi abuelo no pudo más y cedió por cansancio.
Ayer Juan me tomo de la mano y me llevo al bosque, previamente le había robado un vino y unas meriendas para llevarlas. Pusimos las cosas en una manta, fue ahí cuando él me tomo en sus brazos y comenzó a besarme, el calor que se desprendía de la tierra y nosotros enamorados. Me quitó la blusa y la camisa y me lamió los senos; dijo que eran como duraznos, maduros y dulces, aunque a mí me parecían más bien ciruelas duras. Y siguió explorándome con la lengua hasta que creí morir de gusto y amor. Estuve agradecida de que mi inocencia se haya ido con él.
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