José de Salisbury, vida y obras

TRABAJO DE INVESTIGACIÓN ACERCA DE LA VIDA, OBRAS Y DOCTRINA DEL FILÓSOFO MEDIEVAL JUAN DE SALISBURY

INTRODUCCIÓN

Al presentar este trabajo de investigación, además de conocer un poco el pensamiento filosófico de la época medieval a través de Juan de Salisbury, quiero decodificar quien es y cuál es su doctrina para así poder tener un panorama más amplio de sus obras y la enseñanza que le regaló al mundo en temas de política y de fe. En el marco de esta reflexión tomé en cuenta diversos documentos y escritos en donde se plasman a grandes rasgos algunos puntos trascendentales sobre su vida.

La finalidad de las páginas siguientes consiste en ofrecer un recorrido histórico de reflexión y de profundización en la enseñanza de Salisbury, más que presentar una biografía completa sobre su vida, quiero que este trabajo sea instrumento de estudio para conocer un poco más acerca de nuestro filósofo, desde su persona hasta las obras que este plasmo en sus libros, en donde dejo grandes enseñanzas para todos nosotros y que valen la pena ser tomadas en cuenta para así poder comprender más de lleno el pensamiento de la Filosofía Medieval en torno a las cuestiones de fe y nuestra Iglesia.

DESARROLLO

Dentro de la Filosofía Medieval, encontramos diversa cantidad de temas que tienen que ver con las cuestiones de la fe y de la Iglesia, dentro de toda esta gran cantidad de conocimiento desarrollado por diversos filósofos, encontramos a un clérigo secular y escritor político llamado Juan de Salisbury, nacido entre el año 1110 y 1120 en una pequeña región al sur de Inglaterra llamada Salisbury. Era un erudito culturalmente extenso y un amante de la literatura clásica, que defendió la probabilidad académica y pensaba que la mayor parte de nuestro conocimiento no pasa de ser probable.

Fue un gran defensor del humanismo y fue políticamente influyente con sus ideas liberales. En todo su pensamiento, trató de encontrar una fórmula que armonice la creencia, la razón y el conocimiento a través de los sentidos, lo que se considera una forma diferente de conocimiento humano. También reconoció que existen problemas alejados del conocimiento

humano, como la universalidad. Fue el autor del primer ensayo medieval sobre la teoría del estado y la organización del poder, el llamado "Policraticus". También escribió las obras "Metalogicus" y "Estheticus".

En su obra más importante "Metalogicus", defendió la validez de la lógica frente a quienes la niegan y en el “Policraticus" defendió la idea de que el poder temporal proviene del Papa, y señaló que para que la ley civil sea moralmente efectiva, debe basarse en la igualdad. Si un soberano impone leyes contra la justicia, entonces los súbditos e incluso las rebeliones tiránicas son legales.

Fue un pensador que defendía la autonomía y la libertad papal en sus funciones, en las que la potestad real debe evitar su intervención. Consideraba que el poder real debía estar al servicio del orden moral, en el que están implicados tanto la Iglesia como el poder real. Entre ambos se establecen diferentes funciones, pero que deben de estar coordinadas para la consecución de la felicidad humana.

Juan de Salisbury era descendiente de anglosajones, no normandos, y por lo tanto pudo ser un pastor humilde cuya profesión dependió de su educación. Aparte de eso, y del hecho de que usó un nombre pequeño “el pequeño Juan” para sí mismo, hay pocos detalles sobre su vida temprana. Lo poco que pude rescatar de sus propias declaraciones es que llegó a Francia hacia 1136 y comenzó a estudiar regularmente en París de la mano de Pedro Abelard.

De 1138 a 1140 estudió gramática y clásicos bajo la dirección de los discípulos de Bernardo de Chartres, Guillermo de Conches y Ricardo de Coutances, probablemente en Chartres. La enseñanza de Bernardo es famosa por sus evidentes tendencias platónicas y su investigación sobre los grandes escritores latinos.

En 1148, asistió a la Conferencia de Reims presidida por el Papa Eugenio III y pudo ser recomendado por Bernardo de Claraval a Teobaldo de Baker, el arzobispo de Canterbury. Juan regresó a Inglaterra alrededor del 1153, cuando era el secretario del Papa Adriano IV en Roma. Juan fue nombrado secretario de Tybalt y a menudo fue enviado a la Santa Sede para realizar tareas. Durante este período, creó su obra más importante (probablemente publicada en 1159), Policraticus y Metalogicus, que son obras valiosas sobre el problema y la forma de la educación académica, y se basan en el estilo y las humanidades que cultivaron, tendencia y notoriedad. Policraticus también revela el declive de la etiqueta de la corte y la ética real relajada en el siglo XII. La idea de sus contemporáneos sobre los hombros de gigantes antiguos apareció en Metalogicon por primera vez en forma escrita.

Su trabajo arroja luz sobre el estado literario y científico de la Europa occidental en el siglo

XII. Aunque domina la nueva lógica universitaria y la retórica dialéctica, la posición de Salisbury muestra la sabiduría cultivada en cuestiones prácticas, oponiéndose a los extremos del nominalismo y el realismo desde la perspectiva del sentido común pragmático. Su doctrina es bastante utilitaria y tiene una fuerte tendencia a la especulación, admira el

escepticismo literario de Cicerón y establece su propio estilo según su estilo (Cicerón). Su posición es que el fin de la educación es un aspecto moral, no solo un aspecto del conocimiento. Esta se ha convertido en una de las principales teorías educativas de la civilización occidental, pero su influencia debe encontrarse en la visión humanista del Renacimiento.

Luchó con los matices y técnicas frecuentemente utilizados por muchos contemporáneos, trató de señalar y corregir las malas prácticas introducidas, y trató de orientar la filosofía y la ciencia en una dirección más práctica. Por tanto, sus inclinaciones místicas y positivas, y su uso de este poder para oponerse a los excesivos llamamientos formalistas de los escolares y profesores a los académicos contemporáneos. Para Salisbury, la verdadera filosofía radica en el conocimiento de la Biblia, contiene varias doctrinas (la ciencia de todas las cosas) o la ciencia de todas las cosas, y principalmente enseña el amor de Dios, que incluye la verdadera filosofía.

Creía que la lógica tiene la eminente función de formar las mentes y enseñar el arte de pensar: es un reprochable defecto de ciertos lógicos hacerla consistir en un puro formalismo, carente de contenido. Todas las ciencias son deudoras de la lógica, ya que ella les sugiere los métodos de indagación y el justo desarrollo en las demostraciones. Juan exalta la lógica aristotélica y porfiriana y afirma que es la lógica la que tiene que demostrar cómo toda la ciencia descansa sobre algunos principios evidentes, sobre algunas certidumbres objetivas y originarias. Por lo que se refiere a las cuestiones lógicas, gnoseológicas y psicológicas, tratadas más particularmente en sus tiempos, Juan toma posición, en la discusión de los universales, contra el realismo exagerado y se aproxima a lo que será el realismo moderado y crítico de Santo Tomás.

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