Mariano Melgar
Enviado por fernandomamani • 10 de Mayo de 2015 • 1.996 Palabras (8 Páginas) • 241 Visitas
Mariano Lorenzo Melgar Valdivieso (Arequipa, 10 de agosto de 1790 - Umachiri, 12 de marzo de 1815) fue un poeta y revolucionario independentista peruano. En el plano literario, es más conocido por haber dado cabida en su creación a los yaravíes (cantos sentimentales de origen popular, cuyo antecedente son los jarawi o harawi, cantares de la época prehispánica). El tema predominante de su poesía es su amor por Silvia (apelativo de María Santos Corrales), pasión colmada de dolor y pesimismo. Según muchos críticos, fue el precursor del Romanticismo literario en América y el iniciador de una literatura auténticamente peruana. Participó en la guerra por la independencia del Perú del dominio de España, uniéndose al ejército de Mateo Pumacahua, que lo acogió en calidad de auditor de guerra (1814). Fue tomado prisionero en la batalla de Umachiri y fusilado al día siguiente en el mismo lugar, cuando apenas tenía 24 años de edad.
Índice [ocultar]
1 Biografía
1.1 Nacimiento
1.2 Estudios
1.3 Silvia
1.4 En la lucha por la independencia del Perú
2 Obra literaria
2.1 Poesía
2.2 Fábulas
3 Lista de obras
4 Valoración
5 Referencias
6 Enlaces externos
Biografía[editar]
Nacimiento[editar]
Nació en el departamento de Arequipa. Fue hijo legítimo de Juan de Dios Melgar Sanabria y Andrea Valdivieso Gallegos, no habiéndose determinado si nació el 8 de agosto (día de San Mariano) ó el 10 de agosto (día de San Lorenzo) de 1790. Lo único que se sabe a ciencia cierta es que fue bautizado el día 12 de agosto de ese año en la catedral de Arequipa, por el párroco Matías Banda.
Estudios[editar]
A temprana edad inició sus estudios en la escuela que funcionaba en el Convento de San Francisco de su ciudad natal. Se dice que a los tres años ya sabía leer y escribir. Su hermano José Fabio Melgar afirmaba que a los ocho años dominaba tan bien el latín a tal punto que lo enseñaba a sus compañeros de estudio. Otros afirman que antes de cumplir los diez años ya dominaba el inglés y el francés.
Su padre, que andaba en apuros económicos, solicitó que le concedieran a su hijo la capellanía eclesiástica establecida en una viña del Pago de Guarango en el valle de Majes, que contaba con una renta de 4.000 pesos. El deán y el cabildo eclesiástico de Arequipa accedieron a dicha solicitud, y así, Mariano fue nombrado Capellán propietario cuando apenas tenía seis años. Como requisito para hacer efectiva la posesión de la capellanía, el 2 de marzo de 1798, antes de cumplir los ocho años, Mariano recibió la prima tonsura de manos del obispo Pedro José Chávez de la Rosa y vistió el hábito clerical. Sin embargo, la satisfacción de su padre duraría pocos meses, pues las autoridades eclesiásticas suspendieron dicha concesión arguyendo una falla procesal; aunque don Juan de Dios entabló un litigio para que restituyeran la capellanía a su hijo, no logró finalmente su deseo.
El 19 de setiembre de 1807, Mariano aprobó el examen de ingreso al Seminario Conciliar de San Jerónimo, para estudiar Filosofía y Teología. Su acceso a la nutrida biblioteca de dicho Seminario, conocida como una de las más completas de Arequipa (si no la más completa), lo familiarizó con las obras clásicas y de la Ilustración. Se dedicó a hacer traducciones de Virgilio.
En 1810, gracias a sus brillantes estudios, se hizo merecedor a una beca de gracia y se encargó interinamente de la clase de Gramática en el Seminario. Luego se desempeñó sucesivamente como profesor de Latinidad y Retórica; Física y Matemáticas; y Filosofía (1811-1813).
El 21 de septiembre de 1810, recibió las órdenes menores, de manos del obispo Luis Gonzaga de la Encina y Perla, sucesor de monseñor La Rosa.
En 1812, por razones amorosas, abandonó la carrera eclesiástica y viajó a Lima para estudiar leyes, pero no se sabe si logró graduarse de doctor.
Silvia[editar]
Su primer amor fue Melissa (cuyo verdadero nombre era Manuelita Paredes, hija del Tesorero Fiscal de Arequipa), pasión que pronto se truncaría. Luego ya siendo mayor, se enamoró con pasión de su prima en segundo grado, María Santos Corrales, mejor conocida como Silvia, quien, según la leyenda, tenía por entonces 13 años. Esta tormentosa pasión fue la que empujó a Melgar a abandonar la carrera eclesiástica. Sus padres decidieron entonces enviarlo a Lima, para que estudiara leyes. No conforme con ello, regresó a Arequipa para encontrarse con Silvia, pero ésta la convenció a que obedeciera los deseos paternos, por lo que volvió a Lima.
Normalmente consideran este relato "histórico" como una realidad. Pues la verdad de este asunto solo lo sabe el mismo Mariano melgar, sus parientes cercanos y toda su descendencia. Con este preámbulo, yo como su descendiente María Delgado Melgar puedo dar fe que el contenido publicado anteriormente es erróneo y que mi antecesor Mariano Melgar se enamoro de Silvia cuando el era menor de edad y ella tenia 13 años lo cual para esa época era muy normal y común.
Por aquellos años se abocó hacia literatura y empezó a ser conocido por su poesía, todavía enmarcada en los moldes clásicos. Con ocasión de la elección del cabildo constituyente en Arequipa, el 9 de diciembre de 1812, escribió por encargo una oda, que sería posteriormente conocida como “Oda a la libertad”. El 29 de marzo del año siguiente, dedicó su “Oda a la soledad” a José María Corbacho y Abril, su compañero en el seminario y en la Sociedad o Tertulia Literaria de Arequipa.
Su estancia en Lima coincidió con la promulgación de la Constitución de Cádiz de 1812 y los festejos realizados en homenaje a José Baquíjano y Carrillo por haber sido designado consejero de Estado. Dedicó entonces a este personaje una “Oda al Conde de Vista Florida”, donde expone el sentimiento de la mancomunidad hispanoamericana.
En el periódico El Investigador aparece su fábula "El ruiseñor y el calesero" (1813). Otras fábulas suyas, que no se publicaron sino hasta después de su muerte, contienen indudables mensajes de crítica hacia el estado de cosas imperante y en defensa del indio, lo que nos indica que ya por entonces el poeta se hallaba ganado por la idea de la emancipación, corriente que por entonces convulsionaba a las colonias hispanoamericanas.
De regreso a Arequipa, en marzo de 1814, sufrió la indiferencia de Silvia. Al aparecer, la actitud de Silvia obedecía al deseo de sus padres (de ella), que por algún
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