Preparatoria Nº1 “Colegio Civil” Un Cuento de Amor y Suspenso

Universidad Autónoma de Nuevo León[pic 1][pic 2]

Preparatoria Nº1 “Colegio Civil”

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INTEGRANTES:

Jesús Elías Arredondo Guerrero                        1866859                

Christopher Alan Hernández González              1858482      

Esmeralda Martínez Rosey                                1859277

Yesenia Salazar Galindo                                    1863258

Ángel Francisco Salazar Torres                          1869513

Alan Villareal Méndez                                          1867860

 GRUPO: 303    TURNO: Matutino

MAESTRA: Martha Leal Rojas

MATERIA: Literatura

S

upongamos que a cada quien le corresponde una misión en la vida, y que para que esa misión se cumpla, tenemos a una persona a nuestro lado, alguien con la que podemos compartir toda clase de gustos, secretos e historias. La única persona que nunca se decepcionará de ti, y que si haces las cosas mal, ella estará ahí contigo para corregirlas.

Yo creí haber encontrado esa persona, pero me equivoqué.

La historia de mi primer amor se remonta a mi niñez, ese día me encontraba paseando en mi bicicleta con la supervisión de mi abuelo, digo que con la supervisión de mi abuelo porque en ese entonces el barrio donde vivíamos era muy peligroso y rara vez me dejaba salir a respirar aire fresco y contemplar las flores nuevas del jardín. Estaba dando un paseo cuando de pronto una camioneta azul con  vidrios oscuros que no permitían mirar absolutamente nada, se detuvo justamente enfrente de mi hogar, de la camioneta descendieron una señora de cabello rubio y ojos verdes, un hombre de buen vestir, cabello oscuro y corbata rojo carmesí, pero lo mejor estaría por venir, la última en bajar fue una chica de mi misma edad, ojos cafés, piel blanca como la nieve de invierno y una sonrisa tan encantadora que faltan las palabras para describirla. Ese instante en el que bajo del vehículo siempre lo recordare, fue un poco vergonzoso ya que al mismo tiempo que la mire, una piedra se atravesó en mi camino y caí, lo mejor fue que su madre me llevo adentro, me coloco un poco de pomada y me presente con ella […] hasta su voz era dulce, me había enamorado, cosa que nunca lo había hecho, su nombre era Bertha y era el amor de mi vida Desde aquel día se había hecho una rutina salir a diario a pasear en bicicleta con ella, una de esas tantas veces nos percatamos de un hombre recostado bajo nuestro árbol, donde habíamos colocado nuestros nombres y la frase “siempre juntos”. El hombre vestía de traje, tenia cabello castaño y barba del mismo color, su cuerpo estaba muy frio, Bertha tomo sus manos mientras yo daba un par de pasos muy silenciosos hacia atrás.

-Creo que esta muerto Alfredo- me dijo

-Vámonos a casa rápido- conteste yo

-No podemos dejarlo aquí solo, Mira una nota- me decía mientras señalaba y sacaba una hoja de papel que tenía el hombre guardada en el  bolsillo del saco

Lentamente la desdoblo mientras yo vigilaba que nadie se acercara, muy pocas veces había personas ahí, entonces no era mucho problema. Cuando por fin la desdoblo completamente, comenzó a leer.

-Querida Rose, antes de que comiences a llorar, quiero que sepas que te amo infinitamente con toda mi alma, nunca dudes de eso. Yo te amo y lo hare por toda la eternidad. Mi vida, mi amor, mi querida Rose, no quiero que llores ni estés triste, yo estaré en un mejor lugar, un lugar donde no me podrás ver ni oír, donde no sabrás si estoy bien o mal, pero quiero que sepas que eres lo mejor que me paso, se que romperé la promesa de casarnos y tener hijos, pero piensa en que yo estaré desde el otro mundo fabricando un  hogar para tu llegada, un hogar que compartiremos el resto de nuestros días.

No pude mas, lo siento, fue mi culpa el incendio donde murió tu hermano menor, ya no pude ocultar la culpa y mira lo que hice, mis lazos con todos se han roto, eso significa que estoy muerto, adiós y quiero que sepas que nunca te olvidare, con amor, tu novio Jasón.

La carta me había dado tanto temor que sentía escalofrió de solo ver a ese pobre hombre tirado y con un arma en su mano derecha, tome a Bertha de la mano, hice que forzosamente se subiera a su bicicleta y partiéramos inmediatamente del lugar. Llegando a su casa, le contamos a sus padres y a mi abuelo, ellos fueron a verificar si no estábamos bromeando y se dieron cuenta que el hombre ya tenía horas de haber muerto, anunciaron a la policía la situación y ellos se hicieron cargo.

Mi conciencia desde ese día no paro de hacerse preguntas, las cuales siguen sin respuesta, como ¿Por qué hacemos lazos importantes con las personas si algún día dejaran de existir? ¿Entonces los hacemos sin motivo? Si esos lazos ayudan a la misión de la vida de cada persona ¿Por qué ese hombre no pensó en que los afecto antes de tiempo? ¿Lo hizo sin pensar en los demás? Muchas dudas rondan en mi cabeza desde entonces, Bertha desapareció de mi vida desde aquel día, sus padres se la llevaron a estudiar al extranjero y no la volví a ver.

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