Roberto Gonzalez Barrera Cualidades
Enviado por robertapa • 30 de Enero de 2013 • 583 Palabras (3 Páginas) • 572 Visitas
Don Roberto fue uno de esos hombres excepcionales con los que se rompió el molde, único, irrepetible... De grandes contrastes, duro, con una disciplina férrea, de convicciones firmes, inamovibles, tanto que hasta podía confundirse con obstinación, aunque al final invariablemente demostraba que su instinto aunado a una gran ecuanimidad, sostenida siempre por su costumbre de no tomar una decisión sin dejar pasar un día para madurarla, hacía que difícilmente se equivocara, el tiempo así siempre lo demostró.
Sus jornadas nunca fueron menores de 15 horas, muchas de ellas invertidas en contribuir en algo a lo que fue su gran pasión: México.
Un profundo nacionalista amante de las tradiciones y consciente de las carencias de nuestro país. Muy cercano al dolor de “su México”, no había desastre natural o tragedia nacional en la que no se hiciera presente, siempre en una forma discreta y alejada de reflectores, contribuyendo para aliviar un poco el dolor de su gente. Un gran filántropo a quien el éxito y la riqueza nunca le hizo olvidar su origen humilde, sino, por el contrario, desarrollaron su altruismo y conciencia social. Un hombre de trabajo, de esfuerzo, un visionario que siempre iba un paso adelante.
Claro en sus objetivos, no claudicaba hasta alcanzar sus metas. Un hombre de pasos determinados, prudente, cauto y cuidadoso, pero que nunca perdió la capacidad de soñar.
En momentos de adversidad nunca dejó de sorprender su ecuanimidad y control, no hubo crisis, por más grave que fuera, que lo hiciera tambalear ni dudar de sus decisiones. Una vez tomadas, difícilmente las cambiaba. Enfrentaba los problemas con una gran valentía y entereza, y más de una vez fue soporte y apoyo para “su gente” en momentos de desánimo. Se mantenía firme cuando a su derredor muchos se ofuscaban, y posiblemente algunas veces flaqueaba, pero su voluntad siempre decía adelante.
Don Roberto, tenía un altísimo concepto del honor, fue ejemplo de integridad y siempre honró su palabra y compromisos. Era una de las muchas razones por las que era reconocido.
Por otra parte, era un hombre capaz de conmoverse hasta el llanto con una canción, con un recuerdo. Tenía una sensibilidad que contrastaba con su fortaleza y su recia personalidad. Nunca conocí a alguien que disfrutara así de la vida, la saboreaba, la exprimía. Se emocionaba con las cosas más simples y comunes y sorprendía con su gran sencillez.
Amante de la música, era un enamorado de la vida. Gozaba con intensidad cada momento, no conocía el cansancio, no tenía descanso.
Comenta que muy frecuentemente los viernes, después de una semana extenuante, al acercarse la tarde me decía: “¿A dónde y a quiénes vamos a invitar a festejar?”. Alguna vez, después de una jornada particularmente difícil, a su vez se le preguntaba: “Don Roberto,
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