Sor Juana
Enviado por americakm • 20 de Marzo de 2014 • 598 Palabras (3 Páginas) • 146 Visitas
SOR JUANA INÉS DE LA CRUZ
Juana Inés de Asbaje y Ramírez de Santillana,
nació en 12 de noviembre de 1651 en San Miguel
de Nepantla, Amecameca. Fue hija de padre vasco
y madre mexicana. Tocóle en suerte vivir una
época en que la literatura nacional era copia,
más o menos fiel, de la española; culteranisrno,
estilo que se agudiza en gongorismo; y la tendencia
de los escritores de ese tiempo a escribir
únicamente en verso, la cual, por la estilización
que preferían, cuajaba en composiciones que constituían
verdaderos logogríficos del intelecto: se vestía a la
idea con un ropaje enfarragoso, para luego gozar en
desnudarla. Al respecto ha dicho un autor que "en tal
época hablar claro era un pecado".
La producción de Sor Juana en su gran mayoría poética,
con todo y ser presa de la misma afectación, por su
sinceridad y fuerza alcanza tonos desconocidos de sus
contemporáneos, en grado tal, que hay quienes
piensan que ella, y Juan Ruiz de Alarcón, integran
"la mayor gloria de México virreinal"; más aún: que
únicamente por Sor Juana se salva la literatura del
siglo XVII, que era cultivada por "poetas sin condiciones
de cultura ni talento".
Su genio manifestóse bien temprano, pues a los tres de
edad ardía ya en deseos de saber leer y escribir; a
los ocho compuso una loa al Santísimo Sacramento, y a
los diecisiete, ya cumplidos aún, domina --dice Karl
Vossler-- "el difícil estilo culterano y está igualmente
bien versada en todos los géneros y métricas de la
literatura española". Bastáronle veinte lecciones, que
le dictó en bachiller Martín de Olivas, para dominar el
latín con absoluta maestría. Su cultura, enciclopédica,
era vastísima. Religiosa desde las dieciséis años
(inicialmente en el Convento de Santa Teresa la Antigua
y posteriormente en el de San Gerónimo) en el
claustro vio cristalizar la mayor parte de su obra, no
obstante lo cual buena parte de ella tiene como motivos
asuntos profanos. Tuvo a su cargo la Tesorería del Convento
y declinó dos veces el puesto de Abadesa, que
le fue ofrecido.
Antes de profesar, fue dama de la esposa del virrey Mancera.
En plena madurez literaria, criticó al P. Vieyra, portugués
de origen, jesuita, un sermón, y lo impugnó sosteniendo lo
relativo a los límites entre lo humano y lo divino, entre el
Amor de Dios y el de los hombres, lo que dio motivo a que el
Obispo de Puebla, D. Manuel Fernández de Santa Cruz (Sor Filotea),
le escribiera pidiéndole que se alejara de las letras profanas
y se dedicara por
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