Sor Juana

uana Inés de Asbaje y Ramírez, nace el 2 de diciembre de 1648 en San Miguel Nepantla. A los tres años de edad aprendió a leer y escribir, ayudada por su abuelo materno don Pedro, pues su padre era un viajero constante. Tenia ocho años cuando falleció su abuelo, poco después fue llevada a vivir con sus tíos a la ciudad de México.

La inteligencia y dedicación en la ciencia y las artes de Juana asombraron a los virreyes de la Nueva España, de manera que a los 16 años ingreso a la corte virreinal como dama de compañía de Doña Leonor Carreto, esposa del virrey Antonio Sebastián de Toledo.

Cuentan que el virrey mando a traer a no menos de 40 sabios universitarios, entre teólogos, escritores, filósofos, matemáticos, historiadores, poetas y humanistas, para que examinaran los conocimientos de la excepcional adolescente. Y ante el asombro de la ilustrada concurrencia, contesto satisfactoriamente todos los cuestionamientos que le hicieron.

Juana de Asbaje tenía 18 años cuando ingreso al convento de San José de la Carmelitas descalzas, considera que este era el lugar apropiado para continuar su dedicación al estudio y a las letras, pues la sociedad de aquel entonces no permitía el ingreso de las mujeres a la universidad. A los 21 años Juan Inés tomo los hábitos como Sor Juana Inés de la Cruz en el convento de la orden de San Jerónimo. Era el 23 de febrero de 1669.

La celda que ocupaba en el convento era muy concurrida por personales ilustres y distinguidos de la época, la misma esposa del Virrey era su asidua visitante. También la frecuentaba a menudo el jesuita, físico, astrónomo y matemático, Don Carlos de Sigüenza y Góngora.

Sor Juana escribió poemas, romances, epístolas, sonetos, villancicos, algunos por encargo lo cual le traía remuneraciones, así también adquirió un clavecín con el que componía sus piezas musicales.

En 1690 en España se publica su primer libro "Inundación Castálida", en ese mismo año en México se publica "El divino Narciso" a instancias de la esposa del virrey en turno. En España fue bautizada como "La Decima Musa" por la exquisitez de su poesía. Los triunfos de sor Juana y la lluvia de merecidos halagos motivaron que se urdieran planes perversos para acallarla.

Cierto día, a sor Juana llego una carta solicitándole comentar un sermón pronunciado en 1650 por el padre Vieyra, la petición era del obispo de puebla Manuel Fernández de Santa Cruz. Juana escribió una crítica fundada del sermón, al leerla el obispo solicitante primero elogio a Sor Juana por su lucidez e inteligencia al analizar el sermón, pero a la vez le criticaba y reprendía su falta de humildad ante una eminencia. Eso solo fue el inicio para desatar una campaña del poder eclesiástico en su contra, su pecado era ser mujer, ser inteligente, ser independiente, y defender su derecho a pensar y escribir.

El 5 de marzo

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