ÁNGEL DE LA INDEPENDENCIA
Enviado por 140992 • 26 de Octubre de 2013 • 1.342 Palabras (6 Páginas) • 321 Visitas
HISTORIA DE EL ANGEL DORADO.
Majestuoso monumento en medio del Paseo de la Reforma, es considerado como un símbolo de la Ciudad de México y del país, desde hace más de un siglo.
La historia del “Ángel Dorado” inició el 23 de agosto de 1877, cuando el gobierno de México acordó erigir un Monumento a la Independencia de México, un año después, lanzó, una convocatoria a arquitectos y escultores. Lo ganaron los norteamericanos Clus y Shultze, domiciliados en Washington, pero se cansaron de la tardanza del gobierno para echar andar la obra y terminaron vendiéndole los planos, y fue hasta 1900, en pleno esplendor del régimen del general Porfirio Díaz, cuando resurge la idea de la erección del monumento, con el que también festejaron el cumpleaños de Don Porfirio.
Los "científicos" de don Porfirio habían visto el mundo y entre ellos, Don Antonio Rivas Mercado, quien optó por seguir la moda de fin de siglo, en la que se preferían las columnas en monumentos públicos, como la de la Victoria de Berlín, la Colón en Barcelona, la de Vendome en París, la Alejandrina en San Petersburgo, la de Alejandro en Alejandría.
Don Porfirio, colocó la primera piedra del monumento, “El 2 de enero de 1902, el general lució su guerrera constelada de condecoraciones de deslumbrante pedrería, la argamasa le fue ofrecida en un recipiente de plata y la paleta que usó, era del mismo metal. Fue un acto solemnísimo, seguido por una deslumbrante fiesta del fastuoso gran mundo porfiriano.
Sin embargo, en el año 1906 terminaron los trabajos de cimentación, muy complicados a causa de que el suelo destinado al emplazamiento del monumento en la cuarta glorieta era inconsistente y movedizo, pero Rivas Mercado comprobó que la columna elevada a más de la mitad de la altura calculada, se inclinaba peligrosamente hacia el norte y podría desplomarse.
Luego de percatarse de eso, suspendieron los trabajos y se produjeron disputas entre los técnicos, por consiguiente tuvieron que deshacer lo ya hecho; tres mil cuatrocientas piedras, primorosamente labradas de la columna, fueron desmontadas una por una. Posteriormente, llevaron a cabo una nueva cimentación, más de acuerdo con las exigencias de las características del suelo. A 23 metros de profundidad se construyó una plataforma de grava, arena y arcilla, reforzada con pilotes de perfumada madera y sobre ella, otra con otros fuertes pilotes de concreto.
En total, se utilizaron 107 kilómetros de pilotes. La nueva cimentación estuvo lista en mayo de 1909. Se construyó a marchas forzadas el nuevo pedestal y la columna, porque se había fijado la fecha de su inauguración, para el siguiente año, centenario de la Independencia de México.
En julio de 1910, el monumento quedó terminado. Y se inauguró el 16 de septiembre de 1910, durante las fiestas conmemorativas de la Independencia. La profusión de estatuas, medallas y relieves que lo adornan, es obra del escultor Enrique Alciati. El "Angel Dorado", fue diseñado por el arquitecto Jesús Contreras y realizado por el mismo escultor.
Durante cuatro dècadas, la bella figura alada femenina permaneció impasible en el Paseo de la Reforma, como el referente principal de la capital mexicana, hasta que ocurrió el terremoto del 28 de julio de 1957.
¡El Ángel voló!, gritó la gente, tras el terremoto que sacudió al Distrito Federal a las 2:45 de la madrugada de aquel día. Fue la primera vez que lo llevaron a reparación con el gran escultor mexicano José María Fernández Urbina, especializado en la fundación en bronce de obras de arte, obviamente, la estatua no estuvo en la celebración de las fiestas patrias, como lo habían hecho desde que fue inaugurado el 16 de septiembre de 1910, por el entonces Presidente Porfirio Díaz, para celebrar el Centenario de la Independencia y su cumpleaños.
A 49 años de aquella caída, el Ángel volvió a reparación, en 2006, y el 15 de septiembre de ese año fue reinaugurado, luciendo en todo su esplendo. Su brillo engalana nuevamente “el secuestrado” Paseo de la Reforma, y aún es testigo mudo de la historia
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