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Adolescencia Y Sexualidad


Enviado por   •  6 de Febrero de 2014  •  1.662 Palabras (7 Páginas)  •  243 Visitas

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La adolescencia es una etapa que tiene como constante el cambio. Es compleja y diversa; no hay una sola manera de vivirla. Es importante contar con ciertas nociones sobre la misma y saber cómo actuar en consecuencia, para que sea fuente de crecimiento y aprendizaje tanto para el adolescente como para quienes lo acompañan.

La Organización Mundialdela Salud(O.M.S.), define la adolescencia como el período comprendido entre los 10 y 19 años. La subdivide en varias fases: la adolescencia temprana o puberal de los10 a14 años, la adolescencia media entre los 14 y 16 años y la adolescencia tardía a partir de los 16 años. Cada una de ellas posee características propias que implican cambios fisiológicos, anatómicos así como modificación en el perfil psicológico y en la personalidad.

Según la O.M.S “La sexualidad es un aspecto central del ser humano, presente a lo largo de su vida. Abarca al sexo, las identidades y los papeles de género, el erotismo, el placer, la intimidad, la reproducción y la orientación sexual. Se vivencia y se expresa a través de pensamientos, fantasías, deseos, creencias, actitudes, valores, conductas, prácticas, papeles y relaciones interpersonales. La sexualidad puede incluir todas estas dimensiones, no obstante, no todas ellas se vivencian o se expresan siempre. La sexualidad está influida por la interacción de factores biológicos, psicológicos, sociales, económicos, políticos, culturales, éticos, legales, históricos, religiosos y espirituales.”

La sexualidad saludable implica la capacidad de optar, de respetar la intimidad, la privacidad y los tiempos -propios y de los demás. Es fuente de comunicación de afectos, de sentimientos, de encuentros, nos constituye como seres humanos.

En la adolescencia los jóvenes experimentan cambios constantes en el cuerpo y las sensaciones. Su necesidad de saber los hará refugiarse en sus pares y/o en los adultos.

¿Cómo acompañar a nuestros hijos en esta etapa evolutiva?

Se debe comprender el concepto de diversidad: existe un enorme abanico de posibilidades dentro de lo esperado para la etapa de la adolescencia. Conocer esto genera tranquilidad en cuanto a las conductas “esperadas” para la edad, así como también los modelos que la posmodernidad nos impone. Es fundamental hacer énfasis en los sentimientos que experimenta el adolescente y generar confianza para que tome conocimiento de su cuerpo y emociones y poder construir desde lo auténtico y genuino, respetándose y valorándose.

Hay quienes piensen que hablar con el adolescente no es tarea fácil. Muchas veces es cierto. El pasaje por la adolescencia implica, entre otros aprendizajes, el logro de la independencia. Por lo tanto habrá un distanciamiento del adolescente de las figuras paternas. Comienzan a pensar de un modo más abstracto, van conformando su propia escala de valores. Comienza el proceso de autoafirmación sobre sus propias opiniones y actúan, por lo tanto, rebelándose contra el control paterno. Hay que tener presente que todo lo que vive es parte del proceso madurativo esperable. El oposicionismo del adolescente no es más que un intento de reafirmar su nueva identidad. El aislamiento es una forma de elaborar diferentes duelos por los que atraviesa: la pérdida del cuerpo infantil, las nuevas sensaciones corporales y su correlato emocional, la pérdida de los padres de la niñez, etc. Poder reflexionar sobre cómo actuar con los hijos puede ayudar a repensar el vínculo hasta ahora generado. Ser concientes del tiempo de escucha del que se dispone y del lugar que se le da a sus opiniones, así sean diferentes a las propias, ayuda a chequear la labor paterna.

Este escenario también se ve atravesado por influencias exteriores. Los medios masivos de comunicación bombardean permanentemente con propuestas que distorsionan la realidad de los vínculos, las identificaciones y los modos de relacionarse que van pautando la forma de vivir la adolescencia. Las leyes de mercado imponen una especie de modelo a seguir, con patrones hegemónicos que no siempre reflejan la diversidad de ese público destinatario del mensaje. Dicho público siempre presenta más variantes y posibilidades que las planteadas por el prototipo instalado desde los medios – el cual no contempla aquellas múltiples complejidades que nos interesa tener en cuenta- . Dentro de dichos patrones, la cultura posmoderna en la cual nos encontramos promueve entre otras cosas el poco compromiso, lo desechable, el consumo por sobre el ahorro, lo fácil sobre el esfuerzo, la exterioridad corporal y la imagen sobre el encuentro. También se fomenta una cultura “adolescéntrica” donde los adultos tienden a parecerse a los adolescentes. Todos estos cambios no hacen más que confundir los vínculos que los adolescentes mantienen con sus padres ya que no existe la adultez como modelo a seguir. Los referentes que el adolescente tiene (sus padres) imitan la etapa en la que ellos buscan referentes. Vivimos una época donde se toma a la imagen como lo verdadero sin posibilidad de cuestionar su contenido. Se favorece lo visual sobre lo inteligible, se privilegia el ver sin entender. Llevando esta fórmula al plano de la sexualidad nos encontramos con un erotismo en abundancia, invasivo y fragmentado que se impone ante la sexualidad

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