Alfonso Daudet en los campos Elíseos

Alfonso Daudet en los campos Elíseos

Esta crónica habla principalmente del recorrido que hace el autor para llegar a los campos Elíseos, y  todo lo que él observa durante su camino desde que sale hasta cuando llega, ahondando más en los detalles de la estatua al final de su recorrido.

La visión de ciudad que nos hace creer el autor es de una ciudad serena y tranquila, muy bien estructurada y con una organización muy estable pues al principio habla como él sale del hotel sin ningún  problema o contratiempo.

“Salgo muy de mañana de mi hotel. En la portada de la capilla de lo Sorbona, una turba de inquietos gorriones chilla y alborota entre el Santo Tomás1 y el Pierre Lombard2, de piedra…”  (Pág. 53)

La visión de la ciudad que da el autor es una de esas ciudades típicas europeas, es algo evidente pues se trata de Paris la capital de Francia.

En cuanto a la cultura urbana se observa claramente, la distinción de clases, el orden en que se encuentra la ciudad, es más que evidente que se trata de una ciudad moderna en la que se y donde el autor la describe con mucho ruido y donde las grandes conglomeraciones pasan por ahí para dirigirse a sus destinos ya sean su trabajo, su lugar de estudios entre otros.

También describe a la ciudad como el centro de todo donde se encuentra los lugares de distracción como los cafés y las bibliotecas y centros de artes.

“En la esquina del café D Harcourt, una vendedora de diarios matinales. He comprado un fígaro, húmedo todavía al Salir de las grades rotativas. Y por el Bulevar de San Miguel, y por la calle de Racine, he ido, primeramente, hasta el Odeón3. He deambulado un poco por la galerías, sonoras como claustros, en las que ya los libreros arreglaban en sus puestos los volúmenes…”   (Pág. 53)

[pic 1]

1. fue un teólogo y filósofo católico perteneciente a la Orden de Predicadores, el principal representante de la enseñanza escolástica.
2. fue un teólogo escolástico y obispo del siglo XII.
3. Es una construcción destinada a competiciones de canto.

El sentimiento estítico y poético del autor está claramente expresado en toda la crónica, pues en primer lugar hay que recalcar que Arturo Ambrogi fue un poeta consagrado en nuestro país, partiendo de eso y tomando como ejemplo algunos párrafos de la crónica se puede decir que es admirable como el autor describe de forma magistral la ciudad de París, mesclando elementos como lo típico de las ciudades así como lo ruidoso, lo estresante de las mañanas por el tráfico, todo esto lo mezcla con el canto de los pájaros mostrando una parte tranquilidad de la ciudad. También se puede observar en el uso de múltiples figuras literarias como símiles, reduplicaciones, entre otras y técnicas narrativas como el puntillismo pues a veces se detiene mucho en las descripciones de algunas cosas.

“Y en seguida, caminando, caminado, he llegado  a la calle Bonaparte. He doblado, y descendido, curioseando los polvorosos escaparates de los tenduchos, en los cuales se exhibe un mundo de viejos grabados, de carcomidas estampas, de libros marchitos, de fotografías artísticas, de amarillentos trozos de mármol, de maculado bronce, y entre todas esas vejeces, de largo en largo, detonando con la frescura de sus colores. He pasado frente a San Sulpicio y he recordado a Ernesto Renán4. Y siguiendo el mismo andar de un Flaneur5, he llegado hasta la plaza de Saint Germán des-Pres6”. (Pág. 54)

El panóptico, casi no se observa en esta crónica, pues el autor usas más la otra técnica, aunque en algunos casos se ve como hace referencia al modo general de vida que llevan los habitantes de París, esto se puede observar cuando cruza el punto del Rio Sena.

“He llegado, al fin, a las orillas del Sena, y frente a las verjas del Palacio Borbón, me quedo plantado contemplando, embebecido, con que exquisitez, con que gracia genética, con que suma delicadeza, una florista instala su puesto de flores, que dan tentación de comprarlas” (Pág. 55)

[pic 2]

1. Fue un escritor, filólogo, filósofo e historiador francés. Desde el racionalismo, siguió la corriente de la Escuela Liberal y contribuyó a la Búsqueda del Jesús histórico con su obra La vie de Jesús.
2. se refiere a la actividad propia del flâneur: vagar por las calles, callejear sin rumbo, sin objetivo, abierto a todas las vicisitudes y las impresiones que le salen al paso.
3. es un barrio situado en el VI Distrito de París, alrededor de la iglesia de la antigua abadía de Saint-Germain-des-Prés. Sus habitantes se denominan "germanopratinos"

El Flaneur  es evidente durante toda la crónica pues, con solo leer el inicio de la misma se puede observar que desde que sale del hotel hasta que llega a su destino anda por la ciudad como un vagabundo, además describe minuciosamente todo lo que observa y todo lo que eso le hace sentir. También describe todo lo que observa como cuando ve a una vendedora de periódicos y a una de flores lo hace tan detalladamente.

“Y pensando en ello atravieso el puente de Concordia: cruzo, al sesgo, la grandiosa plaza, y me encuentro, al fin, en plenos Campos Elíseos7. A ellos voy, por ahora, con el único, exclusivo objeto de buscar la estatua de Alfonso Daudet8, que por allí debe alzarse. El alguno de los apacibles rincones de esos jardines mágicos, estará seguramente”. (Pág. 55)

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