Alimentacion Complementaria
Enviado por kamilalala • 26 de Enero de 2015 • 3.251 Palabras (14 Páginas) • 295 Visitas
Alimentación complementaria
Alrededor de los 6 meses, las necesidades de energía y nutrientes del lactante empiezan a ser superiores a lo que puede aportar la leche materna, por lo que se hace necesaria la introducción de una alimentación complementaria. A esa edad el niño también está suficientemente desarrollado para recibir otros alimentos. Si no se introducen alimentos complementarios cuando el niño cumple los 6 meses o si son insuficientes, su crecimiento puede verse afectado. Los principios rectores de una alimentación complementaria apropiada son:
• Seguir con la lactancia materna a demanda, con tomas frecuentes, hasta los 2 años o más.
• Ofrecer una alimentación que responda a las necesidades del niño (por ejemplo, darles de comer a los lactantes y ayudar a comer a los niños mayores; darles de comer lenta y pacientemente, alentándolos a que coman, pero sin forzarlos; hablarles mientras tanto, y mantener el contacto visual).
• Mantener una buena higiene y manipular los alimentos adecuadamente.
• Empezar a los 6 meses con pequeñas cantidades de alimentos y aumentarlas gradualmente a medida que el niño va creciendo.
• Aumentar gradualmente la consistencia y variedad de los alimentos.
• Aumentar el número de comidas: dos a tres al día para los lactantes de 6 a 8 meses, y tres a cuatro al día para los de 9 a 23 meses, con uno o dos refrigerios adicionales si fuera necesario.
• Ofrecer alimentos variados y ricos en nutrientes.
• Utilizar alimentos complementarios enriquecidos o suplementos de vitaminas y minerales si fuera necesario.
• Durante las enfermedades, aumentar la ingesta de líquidos, incluida la leche materna, y ofrecerles alimentos blandos y favoritos.
¿Qué alimentos se recomiendan para los niños en sus primeros años de vida?
R: La leche materna es el mejor alimento para que el lactante crezca y se desarrolle con salud. Durante los seis primeros meses de vida se debe alimentar al lactante exclusivamente con leche materna, para que su crecimiento, desarrollo y salud sean óptimos. Pasados esos seis meses, deben introducirse alimentos complementarios adecuados e inocuos, combinados con la lactancia materna hasta los dos años como mínimo.
Los alimentos complementarios deben ser ricos en nutrientes y deben administrarse en cantidades suficientes. Los cuidadores deben empezar a introducir esos alimentos a los seis meses en pequeñas cantidades, aumentando gradualmente la proporción a medida que crezca el niño. Los niños pequeños deben recibir alimentos variados, incluidos productos cárnicos, pescado y huevos, con la mayor frecuencia posible. Los lactantes pueden comer alimentos en forma de puré, triturados y semisólidos a partir de los 6 meses; a partir de los 8 meses se puede dar a la mayoría de los niños diversos alimentos que se pueden comer con la mano, y a partir de los 12 meses pueden comer en general los mismos productos que el resto de la familia. Los alimentos deben tener una consistencia apropiada para la edad del niño. Los alimentos complementarios deben administrarse unas 2-3&nsbps;veces al día entre los 6 y 8 meses, aumentando a 3-4 veces al día entre los 9&nsbps;y los 11 meses. Entre los 12 y los 23 meses se les debe dar de comer unas 3&nsbps;o 4 veces al día. Y dependiendo del apetito que tengan se pueden añadir 1 o 2&nsbps;refrigerios nutritivos entre comidas.
Además de proporcionar una variedad y cantidad adecuadas de alimentos con la frecuencia idónea, es importante que los cuidadores demuestren sensibilidad al alimentar al niño. Esto es, deben alimentar a los lactantes directamente y ayudar a los niños más mayores cuando coman por sí solos; darles de comerdespacio y con paciencia y alentarles a comer, pero sin forzarlos; cuando se nieguen a comer, se probarán diferentes combinaciones de alimentos. La hora de comer debe ser un momento de aprendizaje y amor: un momento para hablar con los niños y tener contacto visual con ellos.
Estas son las recomendaciones de la Estrategia Mundial para la Alimentación del Lactante y del Niño Pequeño, elaborada conjuntamente por la OMS y el UNICEF en 2003.
La estrategia es una guía dirigida a los países para ayudarles a formular políticas y emprender actividades centradas en las prácticas de alimentación y el estado nutricional, el crecimiento y la salud de los lactantes y los niños. Se fundamenta tanto en la evidencia de que la nutrición tiene un papel esencial en los primeros meses y años de vida, como en la importancia de una alimentación apropiada para disfrutar de la máxima salud.
Una alimentación inadecuada en la primera infancia es uno de los principales factores de riesgo de mala salud a lo largo de la vida. Entre los efectos a largo plazo cabe citar un mal rendimiento escolar, una menor productividad, alteraciones del desarrollo intelectual y social, y diversas enfermedades crónicas.
La alimentación ideal en los primeros 6 meses de vida es la leche materna de manera exclusiva. Es decir, únicamente pecho.
Se ha demostrado, mediante estudios realizados en las últimas décadas, que la lactancia materna posee los mayores beneficios, ya que protege al bebé de muchísimas infecciones y se reconoce una disminución de diarreas, otitis, catarros y alergias en los bebés alimentados de esta forma. No hay ningún otro alimento que pueda imitar sus cualidades.
La lactancia no sólo beneficia al bebé, también beneficia a la madre, ya que permite que el útero recupere de manera más rápida su tamaño normal. Esto le permite a la mujer recuperar el cuerpo que tenía antes del embarazo.
Si por algún motivo la lactancia natural no fuera posible, el bebé debe tomar leche de fórmula, maternizada (leche de vaca modificada y enriquecida similar a la leche materna) durante sus primeros seis meses.
Si el aumento de peso del bebé es normal y crece bien, no necesita de otro alimento antes de esa edad.
No hay que apurarse para darle al bebé alimentos sólidos antes de los 6 meses. Al llegar a esta edad se puede empezar con las primeras papillas.
6 meses: ¿Con qué comenzamos?
El bebé puede comenzar con sus primeras papillas al llegar a los 6 meses, de manera paulatina. En esta etapa, la alimentación es mixta o complementaria, ya que la introducción de los primeros semisólidos tiene una función más de aprendizaje que de nutrición, pero la alimentación básica del bebé seguirá siendo la leche.
A comer bien se aprende porque la alimentación es un hábito. Cuando el bebé comienza a introducir sus primeros alimentos, comienza a formarse el hábito alimenticio que lo acompañará toda la vida.
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