Alteraciones Del PH Vaginal Asociado A Lactobacilos O Bacilo De Döderlein

La vagina es una barrera microbiológica que defiende al cuerpo de diversos gérmenes patógenos, infecciones y bacterias ajenas a éste. Pero no todas las bacterias son dañinas ya que existe una flora bacteriana vaginal la cual está compuesta en un 70% por el bacilo de Döderlein que es el responsable de fermentar el glucógeno (producido por las células epiteliales de la mucosa vaginal) produciendo así variaciones en el pH vaginal, llevándolo a niveles ácidos entre 4.0 y 4.5.

Un pH vaginal bajo (ácido) ayuda a reducir el riesgo de colonización por agentes patógenos y un pH vaginal elevado (alcalino) puede perjudicar la supervivencia del lactobacilo. Dicha bacteria promueve un ecosistema saludable para la flora vaginal mediante tres mecanismos: el primero es la adhesión al epitelio por lo cual impide que agentes infecciosos se asienten ahí, la segunda es que produce compuestos antimicrobianos (ácido láctico, peróxido de hidrógeno y bactericidas) y el tercer mecanismo es la coagregación con los patógenos así potenciando su efecto microbiocida.

Aunque la presencia del bacilo de Döderlein es esencial en la mucosa vaginal su exceso puede provocar acidificación extrema del medio vaginal, provocando lisis de las células epiteliales, que a su vez se reflejará con síntomas como: irritación, prurito, entre otras.

Como conclusión a un estudio realizado a 197 mujeres, de las cuales 62 presentaron presencia del lactobacilo y de ellas se encontró que 15 tenían lactobacilos escasos, 19 moderados y 28 mujeres tenían lactobacilos en exceso pero sólo 4 presentaron citólisis de células epiteliales. Se dio a conocer que la presencia excesiva del Lactobacillus acidophilus o el bacilo de Döderlein altera directamente el pH vaginal y de no recibir tratamiento oportuno esto pudiera llegar a convertirse en una vaginosis citolítica, que complicaría el tratamiento médico.

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