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Amebas Comensales en el ser humano


Enviado por   •  9 de Abril de 2013  •  Tesis  •  711 Palabras (3 Páginas)  •  1.437 Visitas

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Amebas Comensales en el ser humano

Introducción

El concepto de comensalismo se refiere a una relación simbiótica en la que uno de los simbiones, el comensal, adquiere beneficios de su relación con el huésped, sin que este último sufra daño u obtenga beneficio de esa relación.

Clasificación y géneros de amebas

Las amebas comensales pertenecen al subphylum Sarcodina, superclase Rhizopoda, orden Amoebia. Todos los representantes de este grupo forman seudópodos, que les suministran un tipo de locomoción que realizan por deslizamiento.

En el tubo digestivo del hombre se encuentran cinco especies de comensales, tres del género Entamoeba: E. gingivalis, E. hartmanni y E. coli, así como Endolimax nana e Iodamoeba buetschlii. Todas ellas forman las fases quística y de trofozolíto, con excepción de E. gingivalis, que sólo desarrolla trofozoítos.

El género Entamoeba se caracteriza por la presencia de un núcleo vesicular y un endosoma o cariosoma relativamente pequeño ubicado en o cerca del centro, y gránulos de cromatina periféricos que revisten la membrana nuclear.

Mecanismo de transmisión

El mecanismo de transmisión de todas las amebas comensales del intestino es el fecalismo, lo que implica la contaminación de alimento y bebidas con materia fecal, así como la contaminación de fómites. La forma infectante o resistente la constituye el quiste (salvo en el caso de E. gingivalis) y la formación del parásito se multiplica a través de diversas divisiones binarias luego del exquistamiento.

Ciclo biológico y morfología

El ciclo biológico de estos protozoarios intestinales muestra dos etapas, el exquistamiento y el enquistamiento, ambos observados mediante estudios in vitro en E. histolytica (tomada como patrón, ya que las especies comensales no muestran un patrón de patogenicidad que exija un mayor estudio, como sí lo demanda la ameba patógena). Una vez que el quiste se deglute, pasa ql estómago y de ahí al intestino delgado; en todo este trayecto diversos elementos, como el ácido gástrico y las enzimas digestivas, llevan una acción de reblandecimiento y debilitamiento de la pared quística. A continuación, la temperatura mayor que la del exterior, el bajo potencial de oxidorreducción un pH neutro o alcalino contribuyen a que emerjan del metaquiste los trofozoítos, que después se desplazan hacia el intestino grueso y se diseminan en la luz intestinal, la superficie de la mucosa y tal vez las criptas, donde inician su multiplicación y colonización. El enquistamiento se efectúa en la luz del colon. Cuando el trofozoíto no halla condiciones “favorables” para sus subsistencia es posible que se deposite en el fondo de las criptas en busca de espacio; allí el abundante moco le brinda una barrera. Cuando la humedad del contenido intestinal disminuye en los tramos finales del intestino, el trofozoíto se redondea en ese

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