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Antropología


Enviado por   •  10 de Septiembre de 2013  •  4.084 Palabras (17 Páginas)  •  861 Visitas

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Tareas a realizar antes del taller dos

Instrucciones:

1. En el libro recomendado como texto o en el sugerido, estudia acerca de la antropología como ciencia de la cultura.

La antropología cultural es el estudio del hombre culturalmente determinado. Alcanzó el estatuto científico a finales del siglo pasado, es decir, hace relativamente poco; abarca un amplio campo.de fenómenos, objeto de estudio también por parte de ciencias afines: etnografía, etnología, antropología física, etc., y está considerada como una de las ciencias sociales básicas, junto con la psicología y la sociología.

La Prehistoria de la antropología cultural. El estatuto epistemológico de la antropología cultural se define a partir de 1871, fecha que todos consideran fundamental por la publicación de la obra de E.B. Tylor Primitive culture. Pero tuvo precedentes teóricos y metodológicos que prepararon su nacimiento como ciencia de un modo más o menos directo. Aunque no corresponde específicamente a los antecedentes precientíficos de la antropología cultural, no podemos pasar por alto la aparición del problema antropológico o del sujeto a nivel filosófico si se tiene en cuenta que las ciencias modernas nacen en el momento en que las diversas ramas del saber se emancipan de la tutela filosófica, que a todas ellas englobaba. Esta emancipación de los presupuestos filosóficos encontrará precedentes explícitos, sobre todo por parte de la antropología cultural, en aquellos elementos que más relación tienen con la problemática actual y que, en cierto sentido, anuncian hipótesis y perspectivas de la futura ciencia. Este es el sentido en que se habla de prehistoria de la antropología cultural. Tal prehistoria, sin embargo, no tiene límites preestablecidos, excepto los límites experimentales de toda investigación histórico-antropológica, ya que la antropología, en su significación global, y por eso mismo también cultural, avanza ajustando sus pasos a la historia del hombre; y que el atributo "cultural", más que connotación extrínseca del anthropos, es determinación intrínseca de él. Si el problema de la prehistoria de la antropología cultural es un problema empírico más que teórico, es entonces necesario y lícito reconstruir una prehistoria explícita; es decir, las etapas de una reflexión antropológica que de forma más o menos consciente y refleja ha recibido la dimensión cultural del hombre.

Los comienzos de la antropología cultural. La antropología cultural estuvo en condiciones de convertirse en ciencia propiamente dicha cuando asumió una orientación teórico-conceptual capaz de unificar de un modo coherente todos los datos de la investigación que hasta entonces habían permanecido dispersos y desorganizados; a partir de ese momento se desarrollará una sistemática reflexión metodológica sobre la investigación, sobre las técnicas de acopio de datos y sobre los criterios de valoración de los acumulados. El primer paso de este proceso fue el de la antropología evolucionista y la metodología comparativa.

Es en el principio de evolución -principio de derivación biológica, profundamente arraigado en todos los campos de la cultura de la mitad del s. xix- donde la antropología cultural encontró el presupuesto interpretativo capaz de unificar y ordenar las distintas anticipaciones teóricas de los siglos anteriores y de dar un fuerte estímulo a una posterior profundización teórico-conceptual de la disciplina. En líneas generales, este principio, que representa el cuadro de referencia teórica de un grupo de antropólogos que, en conjunto, son los pioneros de la nueva ciencia, ve proceder el desarrollo del género humano por etapas uniformes y paralelas, si bien con distinto ritmo de crecimiento y según un esquema diseñado en tres fases: el estadio salvaje, el estadio de barbarie y el estadio de civilización. Sobre la base indiscutida de la unidad psíquica del género humano, tales fases son consideradas distintas y relacionadas a la vez, según una línea de progreso definido como natural y necesario (Morgan). Por otra parte, tal progreso, que se realiza de modo sustancialmente uniforme, es independiente de las diferencias de raza, de lenguaje, de ambiente natural, teniendo como presupuesto básico la identidad de la naturaleza humana. El comienzo de cada fase se caracteriza por uno o varios descubrimientos o inventos decisivos que, según los evolucionistas, provocan una serie de nexos y correlaciones entre distintos aspectos de la vida humana: técnicos, económicos, sociales, políticos, religiosos, etcétera.

Dentro de esta orientación de tipo teórico, presentada aquí tan esquemáticamente, hay que resaltar la aportación hecha durante la segunda mitad del siglo xix, llena de matices diversos, según la singularidad de cada antropólogo, y de un amplio y variado abanico de problemas y temas culturales que cada uno de ellos estudió. Así, por ejemplo, L.H. Morgan (1818-1881) se dedicó al estudio de los sistemas familiares y sus respectivas terminologías de clasificación, insistiendo en la correlación que se da entre estructura familiar y desarrollo de la idea de propiedad. E. B. Tylor (1832-1917) se ocupó de la tecnología, del lenguaje, de la familia, del matrimonio -en concreto estudió las relaciones entre las reglas de la exogamia y la terminología clasificatoria de la relación familiar-, de la mitología, de la religión, de la que, por cierto, predice un desarrollo que va de una forma de animismo primitivo a una fase de religiosidad monoteísta cuya característica es la concepción personal del ser supremo. J.G. Frazer (1854-1941), famoso por haber elaborado una teoría del fenómeno religioso, fase terminal de una evolución que, desde su primera forma de totemismo primitivo, pasa a otra de tipo mágico y, finalmente, a la propiamente religiosa. No hay que olvidar otras aportaciones, con frecuencia críticas, que tienen en común su referencia a la hipótesis evolucionista: G. Klemm (1802-1867), que ya en el año 1843 pretendió establecer tres fases en el desarrollo de la historia humana y estudió las estructuras familiares tratando de establecer posibles relaciones entre los cambios en la estructura del matrimonio y el sistema de descendencia y otros de los que aparecen en la vida social.

J.J. Bachofen (1815-1887) lanza hipótesis sobre el paso de la humanidad de una situación de promiscuidad inicial a una situación matriarcal y, luego, a otra patriarcal. Summer Maine (1822-1888), quien, desinteresándose de las sociedades primitivas y criticando las generalizaciones fáciles que se hacían del principio evolucionista, sostiene la prioridad de la descendencia de linea paterna sobre la de línea materna y el predominio de la relación de sangre sobre la relación territorial.

Desde el punto de vista metodológico,

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