Aproximaciones a la sostenibilidad urbana en el Perú
Enviado por Edson Meléndez • 21 de Noviembre de 2017 • Ensayo • 7.423 Palabras (30 Páginas) • 194 Visitas
Aproximaciones a la Sostenibilidad Urbana en el Perú
Sumario.
- Hablemos de Sostenibilidad.
- Mirando a la Sostenibilidad Urbana.
- El protagonismo municipal.
- Una breve reflexión.
- Bibliografía
1. Hablemos de Sostenibilidad
Pocos conceptos son tan cotidianos y ajenos a la vez, como la sostenibilidad. Es, pues un término con un contenido muy vasto, que en un principio se hallaba más ligado a la economía que a las ciencias ambientales. En los años cincuentas la sostenibilidad tuvo un papel preponderante como respuesta ante la problemática del descenso de la producción material en los sectores pesquero y forestal, dando lugar a la aparición de los primeros modelos de producción sostenible en dichos sectores durante los años sesentas[1]. Estos modelos operaron hasta la primera mitad de los años ochentas, cuando a raíz de la formulación de la Estrategia Mundial de la Conservación, por la Unión Internacional por la Conservación de la Naturaleza (UICN) en coordinación con la UNESCO, se sentaron las bases de la evolución del concepto de producción sostenible en desarrollo sostenible. Este nuevo planteamiento fue posteriormente amplificado mediante el informe “Nuestro Futuro Común”[2], en cual se propuso que el crecimiento económico podía obtenerse en base a políticas de sostenibilidad que implicaban alejarse de los modelos tradicionales de aprovechamiento de los recursos naturales, siendo posible alcanzar un desarrollo que satisfaga las necesidades de las generaciones presentes sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer las suyas propias; lo que exigía, atendiendo al carácter dinámico del desarrollo, hacer primar la dirección que éste debía tomar, antes que el tiempo en que se esperaba ver sus resultados[3].
La doctrina ha elucubrado en extenso acerca del sentido de la sostenibilidad y cómo se relaciona ésta con el desarrollo. Gallopin[4] la definió como el proceso mediante el cual se busca la preservación dinámica de la identidad esencial del sistema en medio de cambios permanentes. Para Carrizosa[5], es la propiedad inherente de un proceso que lo hace perpetuo en un sistema dado. Bermejo[6] indica que se trata de una condición ineludible del desarrollo que obliga a cambiar el modelo imperante. El Club de Roma, citado por Gómez Giraldo[7], la considera la capacidad de una sociedad para persistir a través de generaciones, mirando hacia el futuro con la suficiente flexibilidad y sabiduría como para no minar su sistema físico o social de apoyo. Leff[8], la concibió como un criterio normativo para la reconstrucción del orden económico, una condición para la sobrevivencia humana y un soporte para lograr un desarrollo durable, que emerge del reconocimiento de la función que cumple la naturaleza como soporte, condición y potencial del proceso de producción. Fernández García[9] adujo que la sostenibilidad se apreciaba desde sus dimensiones económica, social y ambiental, pues éstas se configuran como vectores que rigen la sociedad en tanto impulsan el crecimiento económico, procuran la equidad inter e intrageneracional así como entre países, y garantizan una gestión responsable y sostenible de los recursos naturales, respectivamente. Con un sentido más lírico, Gary Lawrence[10] dijo que se trata de conseguir que la gente sea feliz consumiendo menos.
La perspectiva técnica nos brindó un lineamiento más objetivo que seguir, postulando a la sostenibilidad como la no disminución del valor neto del producto obtenido en el transcurso del tiempo, pudiendo aludir tanto a una sostenibilidad del sistema como a una sostenibilidad del producto del sistema[11]. Para entender mejor este punto, debe tenerse claro si se habla de una sostenibilidad del sistema humano, de una sostenibilidad del sistema ecológico o de una sostenibilidad del sistema socioecológico total[12]. Esta última perspectiva, ciertamente, es la más coherente al basarse en las vinculaciones e interacción existentes entre la sociedad y la naturaleza. Por ende, ha de buscarse que mediante prácticas sostenibles se puedan aprovechar eficientemente los recursos de los que hoy se dispone, sin comprometer las condiciones del sistema socioecológico, ni de los productos que se obtienen de aquél.
Hasta aquí, advertimos que la sostenibilidad conjuga su esencia de inmanencia con el contexto dinámico en el cual se le ha situado, aparejándose con el desarrollo para construir un nuevo modelo de crecimiento de la sociedad, cuyo direccionamiento garantice que ninguna de nuestras necesidades quede hoy insatisfecha, y que a la par, nos permita ser consecuentes con nuestro deber de responsabilidad transgeneracional, permitiendo que aquellos que vengan después tengan esta misma posibilidad que hoy tenemos nosotros. Este ideal de contar un modelo de desarrollo sostenible, demanda imperativamente que se dote de sostenibilidad a todos los ámbitos que han de influir en el, ya que ésta es una condición que se le exige poseer al desarrollo, en tanto es una característica que le diferencia de cualquier otro modelo crecimiento. Coincidiendo con Gallopin, este desarrollo sostenible ha de verse como un proceso de cambio direccional, mediante el cual el sistema mejora de manera sostenible a través del tiempo[13]; para lo cual se requiere internalizar e institucionalizar la idea de que la sostenibilidad es una condición sin la cual ya no se concibe hablar del desarrollo en el mundo actual.
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