Argentina: El Discurso Sojero Transgénico
Enviado por ecolowy • 14 de Julio de 2013 • 2.906 Palabras (12 Páginas) • 341 Visitas
Argentina: El discurso sojero transgénico
Parte 1: Agroquímicos: Por qué no son suficientes los estudios de la Organización Mundial de la Salud para cuidar la salud de la gente
Claudio Lowy Buenos Aires, 7 de Febrero de 2011.-
No son suficientes porque la propia OMS dice que no tienen garantía alguna, aclara que los criterios de clasificación son sólo una guía complementaria y porque se sustentan en investigaciones desactualizadas y sesgadas.
El discurso sojero transgénico
Hoy hay dos sistemas agroalimentarios en pugna:
• Por un lado, el sistema de monocultivo extensivo con agroquímicos, del cual el sistema transgénico es sólo el último eslabón.
• Por el otro, el sistema que integra la agricultura familiar, la vía campesina y los diferentes sistemas agroecológicos, que tiene emprendimientos que se sostienen a pesar de los ataques sistemáticos que padecen, y está en permanente conformación, articulación y crecimiento.
El objetivo de estos escritos es mostrar las mentiras, los engaños, los ocultamientos y las tergiversaciones del discurso de los que promueven y/o se benefician con el sistema de monocultivo extensivo con agroquímicos, incluido el transgénico, que sólo para abreviar es denominado aquí “discurso sojero transgénico”. En este primer texto desarrollo uno de los principales vinculados a la aprobación y clasificación de los agroquímicos. El análisis de la aprobación y la clasificación de todos los pesticidas utilizados excede ampliamente este trabajo, por lo que enfoco sólo en algunos generales y en otros específicos referidos al glifosato, que es el pesticida que más se utiliza sobre la mayor superficie y afecta a la mayor cantidad de personas.
Por qué analizar la clasificación de los agroquímicos de la OMS
Analizar la forma en que la OMS categoriza los agroquímicos en general y al glifosato en particular es muy importante porque las clasificaciones resultantes, y las derivadas de ellas, son utilizadas por instituciones públicas y privadas para diversos fines:
• Por el Gobierno Nacional, a través del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, más específicamente el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA), para justificar las aprobaciones y clasificaciones de los pesticidas.
• Por los gobiernos provinciales y locales para elaborar las normas que regulan la aplicación de los pesticidas, especialmente en lo atinente a la determinación de las distancias libres de pulverización aérea y terrestre alrededor de los lugares donde la gente desarrolla su vida, y a los correspondientes controles.
• Por los productores agrarios y los productores y comercializadores de insumos agrícolas, así como las asociaciones que los agrupan, como CASAFE , ACSOJA y CIAFA , para promocionar y difundir en la sociedad y presionar a los organismos públicos argumentando que los plaguicidas aplicados masivamente no hacen daño a la salud y al ambiente.
Por qué no son suficientes los informes y las clasificaciones de la OMS
Los motivos por los cuales no son confiables las clasificaciones que propone la OMS son múltiples y variados. Aquí me limito a exponer algunos de ellos, a mi juicio los más importantes.
1. Porque la misma OMS dice que la clasificación no tiene garantías de ningún tipo y que no se hace responsable de los daños derivados de su uso.
Al comienzo de la publicación de la OMS “Clasificación de los plaguicidas recomendada por la OMS según su peligrosidad y directrices para la clasificación: 2009”, a continuación OMS (2009), dice:
... el material publicado se distribuye sin garantía de cualquier tipo, ya sea explícita o implícita. La responsabilidad de la interpretación y el uso del material recaen en el lector. En ningún caso la Organización Mundial de la Salud será responsable por daños derivados de su uso.
El texto es claro: la OMS recomienda pero no se hace responsable de las consecuencias de lo que recomienda.
Reafirmando aún más la responsabilidad de la autoridad de aplicación (en nuestro caso el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca, y más específicamente del SENASA), el informe dice:
Las precauciones específicas necesarias para el uso de un plaguicida dependen de la naturaleza de la formulación y el patrón de uso; y son mejor decididas por una autoridad de registro de plaguicidas cuando acepta una etiqueta comercial.
2. Porque la OMS señala taxativamente que los criterios de clasificación son sólo una guía complementaria.
En OMS (2009) se rescata un texto extraído de la propuesta que fuera aprobada por la Asamblea Mundial de la Salud de 1975, que incluye el siguiente párrafo:
Los criterios de clasificación son una guía para complementar pero nunca para sustituir un conocimiento especial, el juicio clínico profundo y fundamentado o la experiencia con un compuesto.
El Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación y el SENASA deberían tener especialmente en cuenta los conocimientos de los médicos que atienden a la población afectada por el uso de los pesticidas. Ellos vienen difundiendo desde hace varios años numerosos y detallados informes que ponen de manifiesto el avance de enfermedades como el cáncer, los abortos espontáneos y las malformaciones congénitas asociadas al incremento de las pulverizaciones. Muchos de estos reportes están contenidos en el informe del 1er Encuentro de Medicxs de Pueblos Fumigados realizado en la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Córdoba en agosto de 2010 .
Se trata claramente de un conocimiento especial y fundamentado que no debe ser sustituido por los criterios de clasificación de la OMS, tal cual lo señala esa misma institución desde hace ya más de 35 años.
3. Porque la OMS referencia su clasificación en investigaciones desactualizadas y sesgadas, concluyendo que los pesticidas son mucho menos peligrosos para la salud y el ambiente de lo que en realidad son.
Esto es delicado y requiere más desarrollo, por lo que pido al lector un poco de paciencia. En la introducción de OMS (2009) hay un párrafo que expresa:
La Organización Mundial de la Salud ha tomado todas las precauciones razonables para verificar la información contenida en esta publicación.
Lo que no dice es que la información que utiliza está absolutamente sesgada y desactualizada; y que esa desactualización forma parte del sesgo, ya que precisamente los estudios posteriores a los considerados, realizados por investigadores
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