Arquitectura Sostenible

Arquitectura sostenible

Arquitectura es el arte de planear, proyectar, diseñar y construir espacios habitables, que den confort, refugio y seguridad a las personas. La arquitectura abarca todo ambiente físico que rodea al ser humano, por lo tanto es parte esencial en el desarrollo de este. Este arte a sido considerada una de las siete bellas artes por la prioridad que se le da a lo estético y a las formas a la hora de crear espacios. Su reto en los últimos años ha sido integrar sus obras al medio ambiente ocasionando los menores daños a este, para esto se ha mezclado con otro concepto de nuestra vida diaria como es el desarrollo sostenible. Desarrollo sostenible se define como aquél desarrollo que es capaz de satisfacer las necesidades actuales sin comprometer los recursos y posibilidades de las futuras generaciones. La incapacidad del ser humano para vivir en armonía con la naturaleza, la gran interacción entre el hombre y el sistema natural, son los grandes problemas medioambientales de hoy. El hombre es la única especie que ha conseguido modificar tan substancialmente, en tan poco tiempo, las características propias del planeta.

La arquitectura sostenible es toda actividad en materia de construcción que tiene presente el impacto que va a tener el edificio durante toda su vida útil, desde su construcción, pasando por su uso y su demolición final. Tiene en cuenta los recursos que va a utilizar, los consumos de agua y energía de las personas que lo van a habitar y finalmente, qué sucederá con los residuos que generará el edificio en el momento que su demolición. Una arquitectura sostenible, acorde con las necesidades ambientales actuales debe considerar cinco factores: el ecosistema sobre el que se asienta, los sistemas energéticos que fomenten el ahorro, los materiales de construcción, el reciclaje, la reutilización del residuo y la movilidad. Una sociedad sostenible no es posible sin la complicidad de los arquitectos. Los edificios consumen el 60% de los materiales extraídos de la tierra y su utilización, junto a la construcción, está en el origen de la mitad de las emisiones de CO2 vertidas a la atmósfera. En cuanto a la sostenibilidad en materia de vivienda, el reto es lograr crear sistemas flexibles. La flexibilidad es clave para afrontar las diferentes necesidades de cada familia, pero primero se debe hacer entender este enfoque a las personas y técnicos. La flexibilidad es adaptar las construcciones con forme el paso del tiempo y las necesidades especificas de los usuarios lo requieran, así lo hacían las personas desde inicio de la década de los 40 cuando compraban una casa, iban ampliando o modificando de uso en función de las necesidades y las etapas vitales de sus habitantes. También es muy importante a la hora de planificar las ciudades y los espacios urbanos el concepto de sostenibilidad social que permite disponer de sistemas comunitarios más eficientes y otros espacios comunes o zonas compartidas, como también diseñar las ciudades periféricamente de manera que todas las necesidades básicas de los usuarios estén en un rango menor evitando largos desplazamientos de un lugar a otro y así reduciendo el consumo de combustibles y por ende las emisiones nocivas para el planeta. Estas iniciativas

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