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Articulos De Ciencia Psicologica


Enviado por   •  22 de Marzo de 2014  •  4.680 Palabras (19 Páginas)  •  249 Visitas

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Trastorno afectivo bipolar

El trastorno afectivo bipolar (TAB) es una enfermedad mental severa. Las personas que la padecen experimentan cambios de ánimo poco comunes. Pueden pasar de ser muy activas y felices a sentirse muy tristes y desesperanzadas, y empezar el ciclo otra vez.

Este es un trastorno del ánimo que lleva al paciente a oscilar entre la manía y la depresión.

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Frecuentemente tienen estados de ánimo normales entre una y otra etapa. A las sensaciones de euforia y actividad se les llama manía; a las de tristeza y desesperanza, depresión. La psiquiatra Alejandra Ortiz y la psicóloga Carolina Möller, de la Clínica de Bipolaridad del Instituto Nacional de Salud Mental Carlos Federico Mora, responden las dudas más frecuentes de este padecimiento, que es más común de lo que se cree.

Diagnóstico

Suele empezar en los últimos años de la adolescencia o al inicio de la edad adulta, pero niños y adultos también pueden sufrirlo. La enfermedad dura toda la vida. Ambas profesionales coinciden en que el diagnóstico es más sencillo cuando los pacientes han superado la adolescencia.

Causas

El trastorno bipolar podría ser causado por un desequilibrio químico en el cerebro. Se transmite de padres a hijos. Las expertas concuerdan en que si una persona tiene un padre con este problema, tiene mayores probabilidades de padecer la enfermedad. Implica cambios que llevan a estar feliz, platicador o con ideas innovadoras y bien vestido, a presentarse descuidado, triste, cansado, sin sueño o sin hambre. Esta montaña rusa del ánimo también ocasiona, en muchos casos, períodos de infidelidad, alcoholismo y abuso de drogas.

Incidencia

El TAB afecta por igual a hombres y mujeres, pero por razones culturales son ellas las que acuden con los médicos por ayuda. En Guatemala, la incidencia más alta, según las investigaciones de estas especialistas, se encuentra en el nororiente.

Dos tipos

Debido a que es una enfermedad que conduce a los pacientes a oscilar entre los polos de la euforia y la depresión, existen dos tipos. Las especialistas la dividen de la siguiente manera: el tipo 1 corresponde al estado maníaco. Los pacientes presentan euforia, irritabilidad, cólera; pueden escuchar voces e incluso pensar que tienen superpoderes y arriesgar su vida. En los casos extremos su compulsión los hace comprar en exceso, manifestar excesivos deseos sexuales y a ser poco funcionales en el trabajo.

El tipo 2, conocido como hipomanía, se distingue por un marcado positivismo, excesiva alegría y arreglo personal. Trabajan por muchas horas, tienen nuevos proyectos, también ideas delirantes o de grandeza, se enamoran intensamente por unos cuantos días y son generosos.

Además de lo anterior, las expertas indican que hay una etapa baja en la que se evidencia decaimiento, poca energía, insomnio, pérdida del placer, del sentido del gusto y los deseos de arreglarse. También pueden tener pensamientos negativos sobre sí mismos, y escuchar voces, tener alucinaciones e intentos de suicidio.

Además, aclaran que quienes tienden al tipo 1 no suelen deprimirse profundamente, pero quienes padecen el 2 sí llegan a caer en una depresión abrupta. La manía puede durar unos cuantos días y la depresión meses.

Es común —aclaran— que algunas veces el TAB se presente acompañado de esquizofrenia, epilepsia y trastorno de personalidad.

Tratamiento

En cuanto al tratamiento adecuado, señalan que los medicamentos no curan este padecimiento. Tampoco impiden que el paciente entre en las distintas etapas, sino hacen que sean menos intensas. Las terapias alternativas, como neurotropas o bebidas preparadas a partir de plantas con propiedades relajantes, la meditación, la religión o el deporte no ayudan a controlar este trastorno. La única forma es la medicación durante toda la vida, a lo que se debe sumar que durante los episodios maniacos lo que corresponde es la hospitalización.

El diagnóstico suele ser tardío, pues no se considera que los cambios que ocasiona este trastorno sean reflejo de una enfermedad mental, generalmente porque la familia tolera la depresión y hasta la justifica, pero cuando los afectados entran en la etapa maniaca y se vuelven peligrosos, entonces buscan ayuda. Sin embargo, la mayoría de veces no acuden a un psiquiatra o psicólogo, como corresponde, sino al médico general, el brujo, la iglesia o el neurólogo, en el mejor de los casos.

Las expertas concluyen en que si el padecimiento se convierte en incapacitante o no dependerá de la actitud del paciente, sí es posible llevar una vida relativamente tranquila, pero eso depende de la fidelidad al tratamiento químico y la psicoterapia. Además, se deben evitar estímulos negativos como la violencia o las adicciones.

POR ISABEL DíAZ SABáN

La acuicultura de China

01 de diciembre de 2013

China pasó de producir 1.2 millones de t de productos acuícolas en 1978 a más de 38.2 millones de t en 2010, 37 millones de t adicionales en 32 años.

El crecimiento más espectacular se presentó en los últimos 13 años, pues incrementó su producción de 15 millones de t en el año 2000 a 40 millones de t que se espera se produzcan en 2013, casi 2 millones de t promedio por año.

Cuando hablamos de la producción acuícola de China, unos cuantos millones de t más en este dato, otros cuantos millones de t menos en otro, y ajustamos los datos estadísticos disponibles para hacer un balance coherente del crecimiento posible de la producción, nos olvidamos de que en los países latinoamericanos (exceptuando a Chile), apenas si hablamos de unas cuantas miles de t por aquí y otras tantas por allá, tratando de sumar hasta la última tonelada posible para obtener datos alentadores que nos muestren un crecimiento explosivo, que nos lleve a despertar el interés de inversionistas y gobiernos en el afán de consolidar el crecimiento y expansión de esta industria alimenticia.

Sin embargo, la verdad es que da pena ver la precaria producción acuícola de Latinoamérica con todo y las declaraciones triunfalistas de algunos políticos, que buscan escaparates más que resultados, en comparación con las producciones de China y de los países del sudeste Asiático. Rayan en la ridiculez las diferencias en los números totales de producción acuícola en cada región. Y parecen inalcanzables las estadísticas de estos países asiáticos, en por lo menos los siguientes 100 años, al ritmo anual de crecimiento de la producción acuícola en los países latinoamericanos.

La diferencia estriba en la gestión, establecimiento y conducción de las políticas públicas que fomenten y faciliten este crecimiento. Mientras que los

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