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Bioindicadores


Enviado por   •  7 de Mayo de 2014  •  3.013 Palabras (13 Páginas)  •  829 Visitas

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BIOINDICADORES.

Tomado de: Principios de Ecotoxicología (2002). Capó M., Miguel A., Ediciones McGraw-Hill Profesional, España, p. 314.

La primera definición que podría hacerse del término «bioindicador» se deriva directamente de su etimología: un bioindicador es un ser vivo que indica las condiciones del medio en que vive. Otra definición algo más precisa podría ser: bioindicadores son aquellos organismos o comunidades en los que su existencia, sus características estructurales, su funcionamiento y sus reacciones dependen del medio en que se desarrollan y cambian al modificarse las condiciones ambientales.

Los bioindicadores son, pues, sensibles a los cambios ambientales y reaccionan ante ellos como si fueran estímulos específicos. Los estímulos absorbidos provocan respuestas en los bioindicadores que dan información tanto acerca de los cambios ocurridos como, en ocasiones, del nivel de intensidad del cambio ambiental. Por ejemplo, una planta de tipo «árbol caducifolio» ante el estímulo «contaminación atmosférica», reacciona de tal forma que sus hojas comienzan a presentar síntomas de clorosis; los síntomas serán más intensos cuanto más intenso sea el estímulo, o lo que es lo mismo, las zonas cloróticas serán más extensas cuanto más elevada sea la contaminación hasta producirse necrosis, muerte y caída de las hojas.

La capacidad de respuesta de los bioindicadores depende de muchos factores. Por ejemplo:

• De la composición genética del organismo, porque puede favorecer o no la adaptación a los cambios, y por tanto, la manifestación de respuestas, fácil y rápidamente visibles.

• De su estado de desarrollo, pues hay etapas en el ciclo vital que son más influyentes, por ejemplo, los individuos juveniles suelen ser más sensibles, mientras que los adultos suelen ser más resistentes.

• De las propias condiciones ambientales, porque los estímulos pueden ser infi¬nitamente variados y sus efectos no siempre son aditivos, sino que puede haber sinergismos o efectos potenciadores de unas condiciones frente a otras.

En este orden de ideas de las definiciones dadas se puede deducir que, puesto que todos los seres vivos responden a los factores ambientales, todos ellos son bioindicadores y desde luego, en sentido amplio, lo son. Lo que ocurre es que unos son mejores o más útiles que otros, bien porque respondan mejor o porque las respuestas sean a hechos más interesantes.

Tipos de bioindicadores

Los bioindicadores pueden clasificarse atendiendo a diferentes criterios.

1. El más sencillo consiste en atender al grado de sensibilidad que muestran frente a los estímulos ambientales; así, se puede diferenciar especies muy sensibles, sensibles, poco sensibles y resistentes.

2. Otro criterio que puede utilizarse es la forma de respuesta a los estímulos; según este criterio se puede hablar de:

Detectores:

bioindicadores que viven naturalmente en un área y que, sim-plemente, muestran respuestas tales como cambios de vitalidad, mortalidad, capacidad reproductora, abundancia, etc., ante los cambios am¬bientales que se produzcan en su entorno. Por ejemplo, los musgos epífitos que viven en las ciudades se vuelven estériles o se atenúa mucho su capa¬cidad reproductora por causa de la contaminación atmosférica.

Explotadores:

bioindicadores cuya presencia indica la probabilidad elevada de que exista una perturbación. Con frecuencia son organismos que, de forma más o menos repentina, se hacen muy abundantes en un lugar, casi siempre debido a la falta de competidores, que han sido previa-mente eliminados por la perturbación. Por ejemplo, la abundancia de ciertas cianobacterias indica que las aguas están eutrofizadas; la abun¬dancia de ortigas indica que hay acúmulos de materiales ricos en nitratos en ese lugar.

Centinelas:

bioindicadores sensibles o muy sensibles, que se introdu¬cen artificialmente en un medio y funcionan como alarmas, porque detectan rápidamente los cambios. Se utilizan fundamentalmente para detectar contaminantes.

Acumuladores:

bioindicadores que por lo general son resistentes a cier¬tos compuestos al ser capaces de absorberlos y acumularlos en cantidades medibles. Por ejemplo, ciertos briofitos acumulan metales pesados en cantidades apreciables; el ray-grass es resistente a los metales pesados.

Organismos test o bioensayo:

bioindicadores que se utilizan en el laboratorio a modo de reactivos para detectar la presencia y/o la concentración de contaminantes. Son siempre bioindicadores sensibles tanto plantas como bacterias y, en algunos casos, ratas y ratones. Además de ser usados para detectar contaminantes y su concentración también suelen utilizarse para establecer listas de contaminantes según su toxicidad.

3. Por otra parte, atendiendo al criterio de poder cuantificar las respuesta, los bioindicadores pueden ser:

Bioindicadores en sentido estricto: son aquellos que con su presencia o ausencia y abundancia, indican los efectos de un factor ambiental de forma cualitativa; pueden ser tanto positivos, por su presencia y/o abun¬dancia, como negativos, por su ausencia.

Como ejemplo de bioindicadores positivos se pueden citar a aquellas plantas que sólo viven en lugares donde hay ciertos metales como Pb, Cu o Au, ya que con su presencia indicarán la existencia de esos metales en el sustrato. Como ejemplo típico de bioindicadores negativos podemos recordar a los líquenes, que por ser muy sensibles a los contaminantes de la atmósfera urbana suelen desaparecer de las ciudades.

Biomonitores: son especies que indican la presencia de contaminantes o perturbaciones no sólo de forma cualitativa, sino también de forma cuantitativa, porque sus reacciones son de alguna manera proporcionales al grado de contaminación o perturbación.

Las especies pueden ser biomonitores bien porque reaccionen de una forma determinada, es decir, por sus reacciones manifiestas, o bien porque acumulen los contaminantes y lleguen a tenerlos en cantidades medibles, es decir, por acuulación.

Los biomonitores, por otra parte, pueden ser a su vez pasivos, si son naturales en la zona que se esté considerando, o activos, si son intro¬ducidos por el hombre mediante transplantes. Por ejemplo, algunos briofitos, como ya hemos dicho anteriormente, tienen capacidad para acumular metales pesados; en su hábitat típico serían biomonitores acu¬muladores pasivos, pero si se transplantan a lugares donde se sospecha la presencia de metales pesados, los briofitos los irán absorbiendo y se podrá medir las cantidades acumuladas, en cuyo caso serían biomoni¬tores acumuladores activos. La Tabla 8.1. recoge de forma esquemática todos estos

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