Biomoleculas
Enviado por paulacz • 29 de Agosto de 2013 • 366 Palabras (2 Páginas) • 306 Visitas
importancia de las biomoleculas en correcto funcionamiento de los seres vivos
En la época de la Colonia surgió la enemistad entre dos pueblos: Quiebralomo Real de Minas, población mulata, uno de los reales de minas más ricos de América en el siglo XVI administrado por los españoles al servicio del rey de España y La Montaña, pueblo indígena.
Después de un siglo de confrontación y gracias a la intervención de dos sacerdotes católicos, quienes amenazaron a los habitantes de los dos pueblos con la condena eterna de seguir en guerra, acabaron compartiendo territorio, dando así el origen a la actual población de Riosucio.
Para sellar el pacto de paz entre los dos pueblos, estos se juntaron en las festividades de Reyes Magos en 1847. Pronto, la celebración de Reyes Magos se transmutaría, pues el guardián de la paz y quien siempre estaría para recordarles la palabra que dieron a los sacerdotes, es el diablo, un diablo mestizo que se nutrió de las danzas ancestrales africanas, de los ceremoniales indígenas al sol y la tierra, de la tradición de los europeos que venían en busca de la libertad y que vieron en América, su paraíso.
El Diablo del Carnaval de Riosucio
El Diablo de Riosucio es sincretismo cultural cuya imagen recoge algunos elementos del diablo judeo-cristiano, pero que conceptualmente no está ligado a la significación del mal. El Diablo del Carnaval es el custodio de la fiesta. Como bien lo describen los textos del sitio oficial del Carnaval, el Diablo riosuceño es:
Un estado anímico heredado de la tradición cultural aborigen de la mezcla de culturas y razas que vivió la parte occidental de lo que hoy se llama Caldas. Es un espíritu inspirador de muchas cosas como la preparación de los oídos para la música y del cuerpo para la danza. Es quien inspira a los escritores y poetas para fabricar los versos y canciones. [...] Como símbolo es el fiel reflejo de la mascarada de la vida. Se le erige como figura central para luego quemarlo, en actos ceremonialmente juguetones. [...] Su figura cambia con el transcurrir de los tiempos y en ningún momento es un ídolo. El está en el corazón amable de cada riosuceño para hacer posible el Carnaval.
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