CHINA.

Existían tres tipos de momificación dependiendo del poder económico del difunto o de sus familiares.

El primero se le realizaban ocho tratamientos sobre el cadáver.

Un segundo más económico con tres.

Y un tercero y último para las personas más pobres de solo dos tratamientos.

Se llevaban a cabo en dos fases:

Primero se extraían las vísceras del cuerpo (estómago, intestinos, hígado, vesícula, corazón y pulmones) hacían un corte en el costado izquierdo con una piedra etíope, luego las vísceras eran lavadas y desecadas, para depositarlas en unos recipientes, se precintaban y se introducían en un cofre de madera, que se colocaba al lado de la momia.

A continuación, tras una licuefacción, se extraía el cerebro con ayuda de un gancho, a través de un orificio practicado en la nariz.

Después se lavaba el cuerpo interno y externamente con vino de palma, se rellenaban las cavidades abdominales con bolsitas de tela conteniendo trapos, fibras vegetales, serrín o arena, se perfumaba con mirra o canela, y tras coser un corte se sumergía en natrón durante 70 días.

Trascurrido este tiempo se había logrado la desecación.

En la segunda fase se envolvían por separado los restos con vendas de lino, primero los dedos de los pies y manos, después brazos y piernas, a continuación la cabeza y por ultimo el resto del cuerpo.

Las vendas podían alcanzar 300 ó 500 metros y eran fijadas con goma arábiga y el proceso podía durar hasta 15 días.

El rostro se le cubría con una máscara, muy parecida a la cara del difunto y se le introducía en el sacorfago de madera que por el alto precio del material resultaba carísimo.

Otro tratamiento especial era el aplicado a los órganos genitales masculinos, que en la mayoría de los casos eran dejados en posición erecta y en otros se momificaban aparte y los metían en una estatuilla dorada de madera y con forma del Dios Osiris.

Las momificaciones se llevaban a cabo en la "Casa de la Purificación de la Buena Casa", y además de profesionales trabajaban personas consideradas escoria de la sociedad que ni las prostitutas de más baja condición aceptaban tener trato carnal con ellos, por esa razón practicaban la necrofilia, por eso cuando fallecía una mujer joven y atractiva, los parientes esperaban tres o cuatro días para entregar sus restos a los embalsamadores, para que el proceso de descomposición les hiciera desistir de violarla.

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