Capitulo 10 Cazadores De Microbios
Enviado por karlasanchez01 • 25 de Noviembre de 2014 • 526 Palabras (3 Páginas) • 986 Visitas
A mediados del año 1899, dos cazadores de microbios, pendencieros y poco tratables, habían demostrado que el mosquito de una especie determinada de éste insecto era el criminal responsable del misterio del paludismo. Dos hombres resolvieron el enigma; el uno, Ronald Ross, era un oficial del servicio Médico de la India, que no se había distinguido especialmente, y el otro, Battista Grassi era un italiano muy competente en cuestión de gusanos. Hormigas blancas y costumbres de las anguilas. Ronald Ross en Madras estaba circundado de cisternas malolientes , donde se incubaba el cólera asiático; vio morir millares de hombres víctimas de la peste bubónica; oyó el castañeteo de los dientes de otros muchos atacados de paludismo; pero no tenía ojos, ni oídos, ni narices para todas estas calamidades, porque había abandonado la literatura para meterse a matemático; se reconcentró para inventar ecuaciones complicadas; discurrió sistemas del Universo, que creía no inferiores en grandiosidad al establecido por Newton, y olvidó todo por esto para escribir una novela. Fue aumentando su interés por el microbio producto del paludismo; se dedicó a examinar al microscopio que todavía no sabía manejar, la sangre de nativos atacados de paludismo. El microbio de esta enfermedad, curioso y multiforme, había sido descubierto mucho antes, en 1880, por Laveran, cirujano del ejército francés, y Ronald Ross, que era tan original como activo, y que jamás hacía las cosas del mismo modo que los demás mortales, intentó descubrir el germen de paludismo empleando métodos propios. Y escribió cuatro trabajos científicos tratando de demostrar que el paludismo era debido a trastornos de los intestinos. ¡Estos fueron sus comienzos en Bacteriología! Ross quedó maravillado al ver las misteriosas transformaciones y los movimientos que sufrían en la sangre los gérmenes del paludismo. Una vez que las esferas habían salido se los glóbulos rojos, se convertían rápidamente en sem ilunas, y éstas a su vez, emitían dos, tres, cuatro y a veces seis largos flagelos que se curveaban y azoraban, dando al parásito el aspecto de un pulpo microscópico.
Los mosquitos chupan la sangre a los palúdicos; penetran en el estómago de los mosquitos y emiten los flagelos…; los flagelos se desprenden y penetran en el cuerpo de los mosquitos, convirtiéndose en una forma resistente parecida a las esporas del bacilo del carbunco. Los mosquitos mueren…, caen en el agua…, y la gente bebe caldo de mosquitos muertos. Sólo en la India morían anualmente de paludismo, directa o indirectamente, más de un millón de personas. Si los mosquitos fuesen realmente los culpables, ¡qué fácil sería extinguir el paludismo! ¡Y si él, Ronald Ross, fuese el hombre que lo demostrase…! Así era Ronald Ross, poeta loco, que amenazaba con el puño al perverso sol de la India; que celebraba descubrimientos inciertos con versos triunfales; que empleaba mosquiteros
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