Catolicas

Según lo expresado en esta encíclica las Universidades Católicas son parte de la tradición y del corazón mismo de la Iglesia. Como todo centro docente, La Universidad católica está llamada hacer centro de creatividad e irradiación del saber para el bien de la humanidad. Para realizar esta función Ella debe de estar en constante dialogo con la cultura de nuestro tiempo. Este dialogo es vital ya que está en juego el destino de la Iglesia y el mundo. Al hacerlo, la Universidad se consagra a la causa de la verdad sirviendo a la dignidad del hombre y a la causa de la Iglesia; Distinguiéndose por la búsqueda de toda la verdad acerca de la naturaleza del hombre y Dios, proclamando siempre el sentido de la verdad. En esta búsqueda de la verdad sabemos que los avances tecnológicos y científicos han jugado un papel fundamental, es aquí que la universidad católica encamina el saber humano para un autentico bien de cada persona. Es aquí donde esta llamada hacer presencia pública, continua y universal del pensamiento cristiano. Esforzándose

en la promoción de una cultura superior y formando estudiantes para ser personas insignes, lideres en la sociedad y testimonio de fe. Así que la universidad católica es uno de los mejores instrumentos de llevar la buena nueva del reino.

Las disposiciones de esta carta están fundadas en el Concilio Vaticano II y el derecho canónico. Uno de los puntos para que una Universidad o institución académica sea Católica:

a. Que cada miembro de la comunidad universitaria este la inspiración cristiana.

b. Que la reflexión del saber humano no se prescinda de la fe católica.

c. Fidelidad al mensaje presentado por la Iglesia.

d. Que esté al servicio del pueblo y a la familia humana.

Como universidad tendrá por compromiso institucional los ideales, las actitudes y los principios católicos para que estos a su vez penetren y conformen las actividades universitarias. En la universidad, la comunidad académica goza de autonomía institucional, garantizando a sus miembros la libertad académica.

Además será lugar donde se examinan a fondo la realidad con los métodos propios de cada ciencia. Es de suma importancia que se dé en la integración del saber el dialogo entre fe y razón. Que este siempre una preocupación ética y una perspectiva teológica.

Sobre la comunidad universitaria se esforzara

en formar una comunidad auténticamente humana y que este animada en el espíritu. En cuanto a Los docentes universitarios deben ser competentes, testigos y educadores. Los estudiantes deben aspirar a un desarrollo humano, futuros líderes y testigos de Cristo, para esto los dirigentes y personal administrativo promoverán el desarrollo de la universidad en una esmerada gestión de servicio. Además la carta apostólica, reconoce aquellas órdenes e institutos religiosos a cargo de Universidades y, es vital

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