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La Escuela Catolica


Enviado por   •  31 de Octubre de 2012  •  3.998 Palabras (16 Páginas)  •  683 Visitas

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INTRODUCCIÓN

La Escuela Católica adquiere mayor importancia en la Iglesia después del Concilio Vaticano II, se integra en aquella otra realidad que es la educación cristiana.

Al contemplar los problemas que afectan a la educación cristiana en la sociedad; la Sagrada Congregación para la educación Católica juzga necesario concretar atención de una escuela que quiere definirse como y presentarse como " católica".

Las Conferencias Episcopales, deben dedicar sus cuidados pastorales a toda la juventud católica de las diversas escuelas de cada nación. Se les confía el siguiente documento para que responda a las exigencias de la educación integral y que velen por su ejecución.

LA ESCUELA CATÓLICA Y LA MISIÓN DE LA IGLESIA

Dios Padre envió a su Hijo a inaugurar en la tierra el Reino de Dios y a realizar la obra de redención de los hombres. Para continuar su obra de salvación, Cristo ha instituido la Iglesia vivificada por el Espíritu.

La misión de la Iglesia es evangelizar, proclamar el gozoso anuncio de salvación.

Para llevar a cabo su misión salvífica de la Iglesia se sirve de medios para conseguir su fin. Es deber de la Iglesia desarrollar su misión adaptando los medios a las condiciones de los tiempos ya las nuevas necesidades del género humano.

Para desarrollar esta misión, la Iglesia crea sus propias escuelas, porque reconoce en la escuela un medio privilegiado para la formación integral del hombre. El Proyecto educativo de la Escuela Católica se define por su referencia explícita al Evangelio de Jesucristo en la conciencia y en la vida de los jóvenes, teniendo en cuenta los conocimientos culturales de hoy.

La sociedad actual se caracteriza por el pluralismo cultural, la Iglesia capta la necesidad urgente de garantizar la presencia del pensamiento cristiano, puesto que éste constituye un criterio de discernimiento.

Como respuesta al pluralismo cultural, la Iglesia sostiene el principio de pluralismo escolar, que permita a los jóvenes formarse para participar activamente en la construcción de una sociedad. Dentro de este panorama corresponde a la Escuela Católica la organización escolar de las diversas naciones, teniendo en cuenta las posibilidades en los diversos contextos.

La Iglesia está plenamente convencida de que la Escuela Católica, al ofrecer un proyecto educativo, cumple una tarea eclesial, insustituible y urgente. La desaparición de la Escuela Católica constituiría una pérdida para civilización, para el hombre y para su destino natural y sobrenatural.

LA PROBLEMÁTICA ACTUAL SOBRE LA ESCUELA CATÓLICA

La Iglesia, reflexionando sobre su misión salvífica, considera a la Escuela Católica como un ambiente privilegiado para la formación integral, de suma importancia para los hombres.

Sobre la Escuela Católica, se pueden precisar algunos temas en torno a las objeciones y dificultades:

• Algunos medios dentro y fuera de la Iglesia Católica impugnan a la Escuela Católica como institución.

• Objetan que la Escuela Católica pretende instrumentar una institución para fines religiosos y confesionales. L a educación puede estar en riesgo de proselitismo. Pero la educación integral comprende la dimensión religiosa, que atribuye al desarrollo de la personalidad en la medida que se integre en educación general.

• Según otros, la Escuela Católica sería una institución anacrónica en una época donde la sociedad civil ha tomado a cargo el servicio de la enseñanza. La Escuela Católica, propone una alternativa a la que pudieran recurrir los miembros de la comunidad eclesial que lo desean.

• En algunos países, la Escuela Católica se ha visto forzada a reducir su acción educativa a las clases sociales más acomodadas; esto suceda allí donde ignorando las ventajas de su presencia como alternativa en la actual sociedad pluralista, le han creado en consecuencia graves dificultades.

• En relación con las objeciones se refieren a los resultados educativos de la Escuela Católica. Se le achaca la incapacidad en la tarea de formar cristianos convencidos, coherentes, preparados en el campo social y político.

La problemática de la Iglesia Católica puede comprenderse en el contexto de la problemática general, la escuela esta adquiriendo un lugar preeminente como escuela para todos y de todos, como escuela de tiempo completo.

LA ESCUELA LUGAR DE HUMANIZACIÓN MEDIANTE LA ASIMILACIÓN DE LA CULTURA

Para comprender bien la misión específica de la Escuela Católica, conviene partir de una reflexión sobre el concepto de «escuela», teniendo presente que si no es «escuela» y no reproduce los elementos característicos de ésta, tampoco puede aspirar a ser escuela «católica».

Funciones de la escuela en general

La escuela es verdaderamente un lugar privilegiado de promoción integral mediante un encuentro vivo y vital con el patrimonio cultural.

Esto supone que tal encuentro se realice en la escuela en forma de elaboración, es decir, confrontando e insertando los valores perennes en el contexto actual. En realidad, la cultura para ser educativa debe insertarse en los problemas del tiempo en el que se desarrolla la vida del joven. La escuela debe estimular al alumno para que ejercite la inteligencia, promoviendo el dinamismo de la clarificación y de la investigación intelectual, y explicitando el sentido de las experiencias y de las certezas vividas. Una escuela que no cumpliera esta función, sino que, por el contrario, ofreciera elaboraciones prefabricadas, por el mismo hecho se convertiría en obstáculo para el desarrollo de la personalidad del alumno.

Escuela y concepción de vida

De lo dicho se desprende la necesidad de que la escuela confronte su propio programa formativo, sus contenidos y sus métodos, con la visión de la realidad en la que se inspira y de la que depende su ejercicio.

La referencia, implícita o explícita, a una determinada concepción de la vida es prácticamente ineludible, en cuanto que entra en la dinámica de toda opción. Toda visión de la vida se funda, de hecho, sobre una determinada escala de valores en la que se cree y que confiere a maestros y adultos autoridad para educar. No se puede olvidar que en la escuela se enseña para educar, es decir, para formar al hombre desde dentro, para liberarlo de los condicionamientos que pudieran impedirle vivir plenamente como hombre. Por esto, la escuela debe partir de un proyecto educativo intencionalmente dirigido a la promoción total de la persona.

Constituye una responsabilidad

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