Cazadores de microbios, el mundo microscópico

INTRODUCCION

        En este libro podemos encontrar un sinfín de experiencias sobre los primeros descubrimientos de los microorganismos, en torno a como se descubrieron de forma casual, además nos relata cómo algunos científicos se convirtieron en grandes pensadores al dedicar su vida entera al estudios de estos diminutos seres, al demostrar el ingenio, la creatividad y el saber de las cosas de estas grandes personas, que eran apasionadas por un mundo más allá del nuestro, un mundo que a simple vista no se puede apreciar y se necesita de un grandioso instrumento para poder observar a otro mundo demasiado cerca del nuestro, el mundo microscópico.

DESARROLLO

Capítulo 1: ANTHONY LEEUWENHOEK

        Hace mas de dos siglos, un hombre que se dedicaba a tallar vidrios; observo por primera vez la aparición de unos pequeños animales mas pequeños que la punta de un alfiler.

Antonio van Leeuwenhoek nació en 1632, en un pequeño pueblo en Holanda. Su familia se dedicaba a tejer, cuando tenía una corta edad su padre murió dejándolo con su madre, quien lo mando a estudiar un cargo de funcionario público. Pero el prefirió abandonar los libros y ser aprendiz en una tienda de telas en Ámsterdam.

Comenzó a fomentar una pasión por los lentes, así que visitaba las tiendas de ópticas para aprender los rudimentos necesarios para tallar lentes, así fue como empezó a iniciarse en el arte de los orfebres. Era un hombre de lo más quisquilloso; no le bastaba con que sus lentes igualaran a las mejor trabajadas en Holanda, sino que tenía que superarlas; y aun luego de conseguirlo se pasaba horas y horas dándoles una y mil vueltas.

En este aislamiento trabajo durante veinte años. Por aquel tiempo, en la segunda mitad del siglo XVII, hubo un gran movimiento entre las gentes intelectuales, además se creó “The Invisible Collage” en Inglaterra, el cual estaba formado por científicos y su objetivo era fomentar el desarrollo del conocimiento. Poco tiempo después este gran instituto se enteró de los magníficos microscopios que Leeuwenhoek era capaz de crear, así que mandaron a un científico para pudiera conseguir uno de estos, pero Leeuwenhoek al ser tan desconfiado se negó siquiera a que los tocará.

Un día por mera casualidad al juguetear con uno de sus microscopios, descubrió que en todas partes de encontraban pequeños animales de distintos tamaños y de formas como de burbujas, de espirales o de bastones. Escribió una carta para “The Invisible Collage”, en la que escribió a detalle sus descubrimientos de estos seres diminutos; al principio los miembros de esta sociedad no le tomaron en serio y se burlaron de el, pero para estar seguros de esto le pidieron a otros científicos que confirmarán su teoría, y ¡sorpresa! Todo era cierto sobre sus descubrimientos, tiempo después decidieron nombrar a Leeuwenhoek parte de la sociedad, y este juro servirles durante toda su vida para el desarrollo del conocimiento.

Capítulo 2: LAZZARO SPALLANZANI

Tras morir Leeuwenhoek, nació un gran científico en Scandiano, Italia. La cuestión era que el todavía no lo sabia, sin embargo en el se encontraba una gran curiosidad.

Despreciando secretamente toda autoridad reconocida, se las arregló para estar siempre en buenas relaciones con las personas más influyentes, evitando que le molestaran en sus trabajos. Una vez ordenado sacerdote y considerado como un creyente fanático, se entregó con ardor a poner en duda todo lo existente, sin aceptar nada como cierto, excepto la existencia de Dios, y gracias a esto es que antes de cumplir treinta años fue nombrado profesor de la Universidad de Reggio.

En los tiempos de Spallanzani la opinión pública se inclinaba por la aparición espontánea de la vida, la cuestión era que él no creía que esto fuera del todo cierto; la inspiración para sus experimentos fue Redi, un científico que había experimentado con frascos de carne en descomposición, para explicar que las larvas que tiempo después aparecen no las enjendra la carne, si no que son los huevecillos de las moscas, las cuales después de alimentarse se reproducen y deja aquí a sus crías.

Durante el mismo tiempo había un clérigo llamado Needham, el cual respaldo la generación espontánea al experimentar con matraces que contenían caldo de carnero y los tapaba con un corcho, después de esto las calentaba durante unos minutos para eliminar los posibles microorganismos que estuvieran dentro, al enfriarse la muestra extraía una gota y luego la examinaba en un microscopio, el resultado era evidente, ya que si alojaba una gran cantidad de animalitos. En cambio Spallanzani no estaba  totalmente convencido de este hecho, así que comenzó a analizar todas las partes de este experimento, así que creyó que tal vez estos animales se encontraban en el aire y para que fuera efectivo se tenía que utilizar algo mejor que un corcho, además de que consideraba que no era suficiente calentar la muestra por unos minutos para esterilizarla. Así que comete su experimento al colocar en unos matraces algunos restos de caldos de carnero, solo que esta vez derritió la boquilla para poder cerrarla herméticamente, y además de que las calentó por más de una hora. El resultado fue sorprendente, ya que al analizar la muestra no encontró algún indicio de un microorganismo, y así fue como expuso el error de Needham.

Al enterarse de esto Needham pidió ayuda de otro científico influyente: Buffon, el cual apoyo la experimentación de Needham al decir qué es necesaria una fuerza que se encuentra en el aire para que la vida pueda surgir, pero nunca realizó algún experimento que comprobará su teoría, sin embargo, gozaba de una reputación sin igual, es por esto quiere e toda la sociedad lo acepto.

Capítulo 3: LOUIS PASTEUR

En 1831, en alguna parte de Francia, el buen Pasteur comenzaba a dar sus primeros inicios al ser un niño sumamente curioso.

Tiempo después fue nombrado profesor de la Universidad de Estrasburgo, donde realizaba investigación y experimentos, sin embargo tiempo después los pobladores de una ciudad llamada Lila le pidieron ayuda, ya que la principal fuente de ingresos era la producción de vino, la cuestión era que los pobladores no sabian como se formaba este producto, ellos solo lo almacenaban en barriles de madera y lo dejaban reposar. Fue Pasteur quien descubrió que en el vino que se encontraba en buen estado había unos pequeños animalitos, a los cuales se les llama levadura, de la misma observó los barriles de vino que nos servian y en ellos observó que en estos no se observaban estos diminutos seres. Con esto formuló la teoría de que estos organismos eran necesarios para transformar el azúcar en alcohol gracias a la fermentación, de esta forma es como salvo a pequeño pueblo de Lila.

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