Ciencia N
Enviado por karenvaleriaq • 18 de Mayo de 2015 • 2.500 Palabras (10 Páginas) • 208 Visitas
Ciencias naturales
Las ciencias naturales empieza en la palabra y el giro copernicano de la filosofía da cuenta de este hecho y dota al lenguaje de una situación privilegiada en el conocimiento científico. Como diría la filosofía analítica, los problemas filosóficos y científicos son, en realidad, problemas lingüísticos. Ahora bien, como explica Adrados (1973: 299), “el problema de la lengua, en definitiva, está en el centro del problema no sólo de la descripción científica, sino, sobre todo, de la concepción de la Ciencia misma”; o dicho de otro modo más categórico por Benveniste (1974: 247), “una ciencia no comienza a existir o no puede imponerse como tal, más que en la medida en que consigue encajar los conceptos en sus denominaciones”.
El lenguaje humano es impreciso y ambiguo, en palabras de López de Mantaras "los conocimientos humanos son en su mayor parte imprecisos". También Dubois y Prader escriben: "El pensamiento humano está plagado de informaciones imprecisas". Nuestro lenguaje utiliza expresiones cargadas de conceptos graduales o vagos como "es casi cierto que...", "es muy posible que...", "no es muy caro", "próximo al centro", así por ejemplo no es la misma distancia vivir próximo al centro de un pueblo, de una pequeña ciudad o de una gran metrópoli. Los conceptos vagos o graduales son instrumentos imprecisos del lenguaje, de otro modo, utilizar un concepto de este tipo implica asumir un grado de error. Este error, debido al instrumento lingüístico, no es eliminable en un proceso de uso de la razón, de la misma manera que el error de medida realizado por un calibre no es eliminable en el proceso posterior de tratamiento de los datos.
El lenguaje humano utiliza, como ya se ha dicho, conceptos vagos; sin embargo trabajar con estos conceptos puede ser en muchos casos altamente eficaz. La lógica vaga o también llamada difusa, es capaz de trabajar con conceptos graduales (parecido, mucho, poco, escaso) frente a la lógica matemática clásica que sólo es capaz de tratar afirmaciones o negaciones categóricas. La lógica clásica trataría, por ejemplo, con un objeto que es negro o blanco; la lógica vaga trabajaría con objetos bastante blancos, o poco negros, o bastante negros o poco blancos.
El lenguaje natural o habla aparece previamente al lenguaje matemático. Este último intenta delimitar más que el lenguaje natural la semántica y la sintaxis, pero por ello renuncia a la riqueza del significado, pierde connotación. De hecho tras someter unos datos al análisis matemático, tenemos que acompañar de lenguaje natural los resultados para suplir la restricción a que hemos sometido a éste al traducirlo en matemático.
Sin embargo el lenguaje matemático ofrece unos modelos de razonamiento estandarizado y reglado que elimina imprecisiones renunciando a cambio, como ya se ha dicho, a los significados.
Pensemos en el simple problema de dividir cuatro niños entre tres mujeres. Matemáticamente se impone una rápida división que dará 1,33 niños para cada mujer. Sin embargo la división, o procedimiento de razonamiento estandarizado que aquí se impone, al renunciar a la complejidad que el lenguaje natural da a la vida de un niño, hace un reparto rápido y sencillo, destruyendo matemáticamente a la cuarta criatura. Tras la observación teórica de los resultados, utilizaremos el lenguaje natural para, devolviendo el significado natural al lenguaje, respetar la vida del niño.
Dentro del cálculo matemático el análisis no estandar, que viene referido a los números llamados no estandar (que son aquellos que sin ser infinitos, son o muy grandes o muy pequeños) nos puede dar una idea de como afecta la renuncia en la precisión del cálculo a la percepción del mundo, o lo que es lo mismo la falta de concreción a la comprensión del Universo.
En el cálculo de límites, por ejemplo, se renuncia a determinado número de cifras. El análisis no estándar se plantea cómo puede afectar a la percepción el renunciar a estas cifras, y ha permitido explicar ciertos tipos de fenómenos que con el análisis estandar no es posible.
De una manera intuitiva podemos imaginar un número determinado de puntos. Conforme los vamos acercando entre sí seguimos viendo un conjunto de puntos más próximos, pero llega un momento en el que la distancia entre esos puntos es tan pequeña, que esa cifra es despreciada y entonces percibimos una línea; sin embargo la realidad es que existe un conjunto de puntos separados entre sí. El desprecio de cifras pequeñas nos da una percepción falsa de la realidad. Aunque es posible que para desenvolverse en el medio normal para el hombre sea más importante percibir líneas y formas que puntos, sin embargo la percepción de un Universo complejo y complicado puede verse afectada por un lenguaje vago e impreciso, de la misma manera que renunciar a la precisión en el cálculo distorsiona la percepción.
Harthong imagina unos matemáticos extraterrestres con órganos sensoriales prodigiosamente perfeccionados, un sistema nervioso capaz de registrar miles de millones de informaciones. Mientras que las reglas elementales de cálculo algebraico serán las mismas para estos matemáticos que para los nuestros, no obstante los extraterrestres podrían aplicarlas a números, funciones y cálculos extremadamente complejos que nos son inaccesibles. Si estos seres extraterrestres poseen unas capacidades matemáticas excepcionales, su lenguaje natural debe estar en consonancia, de tal modo que con él se pueda dar significado a sus resultados matemáticos.
¿Qué podríamos saber del Universo con un lenguaje así? Lamentablemente estamos atrapados en nuestro propio lenguaje y ni siquiera podemos concebir las posibilidades reales de ese superlenguaje.
La naturaleza nos para los pies
Otro de los aspectos a plantear es hasta qué punto la naturaleza se presta a ser explicada por el lenguaje. Hasta ahora hemos visto que el lenguaje se muestra como un instrumento imperfecto al servicio de la razón, pero con injerencias manifiestas y notables de naturaleza irracional. Planteémonos ahora si la naturaleza se muestra domable ante los ataques intelectivos basados en el lenguaje. ¿Hasta qué punto la naturaleza se deja comprender por los usos y las técnicas al servicio de la razón?
Se suele decir, por ejemplo, que en biología se puede, conociendo el pasado, interpretar el presente, pero no predecir el futuro. Esto se puede aplicar a la historia, y en general a cualquier disciplina en la que intervengan cantidades notables de tiempo. Esta frase no es más que la admisión de los límites de cualquier disciplina científica. Convendría recordar la frase de Jacques Attali, político, economista e ingeniero argelino, "Sólo el
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