Ciencia, Tecnología e Investigación
Enviado por mayracamejo2003 • 13 de Junio de 2019 • Ensayo • 1.664 Palabras (7 Páginas) • 100 Visitas
[pic 1] | UNIVERSIDAD NACIONAL ABIERTA RECTORADO DIRECCIÓN DE INVESTIGACIÓN Y POSTGRADO CENTRO LOCAL METROPOLITANO |
CARÁTULA ACTIVIDAD FILOSOFIA DE LA CIENCIA
ACTIVIDAD | [pic 2][pic 3]Primera
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ASIGNATURA: | FILOSOFIA DE LA CIENCIA Código: (801) |
POSTGRADO AL QUE APLICA: | Maestría en Planificación Educativa |
NOMBRES Y APELLIDOS: | Mayra Alejandra Camejo Liendo |
CÉDULA DE IDENTIDAD: | 13.583.328 |
CORREO ELECTRÓNICO: | Mayracamejo2003@gmail.com |
FECHA DE ENTREGA: | Del 01/05/2019 al 10/05/2019 |
FIRMA: | MPE_ENSAYO1FILOSOFIA_MAYRA_CAMEJO_13.583.328_08052019 |
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Ciencia, Tecnología e Investigación
PARTICIPANTE:
CAMEJO LIENDO MAYRA ALEJANDRA
C.I: 13.583.328
Ciencia, Tecnología e Investigación |
Día a día y con el pasar de los años la sociedad se ha visto comprometida con la importancia que tiene el desarrollo de la ciencia, la investigación y la innovación tecnológica ya que atreves de ellos se mejoran los procesos productivos, se generan mayores ingresos a en nuestra sociedad en general, es por ello necesario desarrollar y manejar los diferentes conceptos tales como ciencia, tecnología e investigación.
La Ciencia: Es el conjunto de conocimientos racionales, ciertos y probables obtenidos metódicamente, sistematizados y verificables que hacen referencia a objetos de una misma naturaleza, el termino ciencia proviene del verbo scire, que significa saber o en latín scientia que significa conocimiento.
La Tecnología: Es un conjunto de conocimiento técnicos ordenados científicamente que permiten diseñar y crear bienes y servicios que facilitan la adaptación al medio ambiente y satisfacer tanto las necesidades esenciales como los deseos de la humanidad.
La Investigación: Es un proceso de la búsqueda de información relevante con la aplicación del método científico el cual nos lleva a entender, verificar, corregir y aplicar conocimiento.
Es por ello que a través de la evolución de la educación el tiempo y la misma humanidad, la ciencia, la tecnología y la Investigación siempre han ido de la mano ya que están fuertemente ligadas porque nosotros los seres humanos porque siempre estamos en la búsqueda de nuevos conocimientos y herramientas que no solo nos permitan dar explicaciones a los fenómenos de la naturaleza, como también estamos en la búsqueda de actividades que nos permita satisfacer nuestras necesidades con el fin de mejorar nuestra calidad de vida y de una u otra forma de ser capaces de controlar el destino del mundo que nos rodea.
Relación entre investigador y objeto de estudio
En un principio (por ejemplo, en Aristóteles), el investigador se concebía como portador de algunas propiedades, estados y acciones; en este sentido, era idéntico al concepto de substancia. Dicho sentido del término fue llamado “Sujeto” el cual se conserva hasta en nuestros días, sin embargo, a partir del siglo XVII, el concepto de “Sujeto”, es lo mismo que el de “Objeto” lo cual es el correlativo uno del otro se puede decir que estos términos comenzaron a emplearse, ante todo, en sentido gnoseológico. Por Sujeto o Investigador hoy se entiende al hombre, que obra y conoce activamente, el cual está dotado de conciencia y voluntad; por objeto, lo dado en el conocimiento o aquello hacia lo que está orientada la actividad cognoscente u otra actividad del sujeto. Materialismo e idealismo han resuelto de manera distinta el problema de la relación entre el investigador y el objeto, problema unido a la cuestión fundamental de la filosofía. El materialismo ha considerado el objeto como existiendo independientemente del sujeto, lo ha concebido como mundo objetivo y, en sentido estricto, como objeto de cognición. Sin embargo, el materialismo premarxista no podía resolver científicamente el problema de la relación entre objeto y sujeto, pues de allí se veía sus relaciones reciprocas sólo como acción del primero sobre el segundo. Además, el sujeto era concebido como algo pasivo, que sólo recibía la acción exterior. Se tomaba al sujeto como hombre aislado, cuya esencia se veía únicamente en su origen natural. El sujeto permanecía pasivo no sólo en el terreno de la cognición, sino, además, en el de la actividad práctica, ya que el viejo materialismo no podía comprender el carácter, objetivamente sujeto a ley, de la actividad del hombre, que persigue sus fines subjetivos. El punto de vista del idealismo sobre esa cuestión es opuesto. Los idealistas inferían sólo de la actividad del sujeto la interacción entre sujeto y objeto, así como la existencia misma del objeto, intentando en este plano explicar el papel activo del sujeto en el conocer. El idealismo subjetivo, además, entendía el sujeto como unidad de la actividad psíquica del individuo, y eliminaba el objeto, concebido sólo como conjunto de estados del sujeto. Son valiosas las conjeturas del idealismo objetivo, especialmente de Hegel, relativas al papel de la práctica en la relación entre sujeto y objeto, a la dependencia en que esta relación se halla respecto de la historia, a la naturaleza social del sujeto. Ahora bien, al conferir valor absoluto a la actividad gnoseológica del sujeto, como es inherente al idealismo, se llegó a la conclusión de que el objeto es resultado y producto de la actividad del sujeto, al que se entendía, por añadidura, como ser o substancia puramente ideal. El materialismo dialéctico parte de que el objeto existe con independencia del sujeto, pero a la vez los considera formando una unidad. El sujeto mismo en otra relación es objeto, por lo cual se subordina a las leyes objetivas. De ahí que no exista un abismo de principio entre sujeto y objeto. La base de su interacción se halla constituida por la práctica histórico-social de la humanidad, y sólo partiendo de semejante práctica es posible llegar a comprender la actividad gnoseológica del sujeto. Esto significa que el hombre pasa a ser sujeto sólo en la historia, en la sociedad; por ende, no es un individuo abstracto, sino un ser social, cuyas facultades y posibilidades han sido formadas, en su totalidad, por la práctica. Aun siendo una fuerza activa en la interacción del sujeto con el objeto, el hombre depende, en su actividad, del objeto, dado que éste establece determinados límites a la actividad libre del sujeto. Así surge la necesidad de conocer las leyes del objeto para poder concordar con él la actividad del conocimiento. La acción del sujeto, asimismo, se encuentra condicionada objetivamente por sus necesidades y por el nivel a que haya llegado el desarrollo de la producción. En dependencia de tal nivel, así como del grado de conocimiento de las leyes objetivas, el hombre se fija fines conscientes, y en el transcurso de la consecución de dichos fines, se modifican tanto el objeto como el sujeto mismo. A medida que la sociedad avanza, aumenta progresivamente el papel de los factores subjetivos, sobre todo bajo el socialismo, donde el desarrollo social es controlado por el hombre, lo cual no significa, naturalmente, que se modifiquen los fundamentos de la relación entre sujeto y objeto.
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