Ciencia.
Enviado por Alizain • 9 de Febrero de 2014 • Práctica o problema • 1.501 Palabras (7 Páginas) • 239 Visitas
¿Qué es la ciencia?
Mientras los animales inferiores sólo están en el mendo, el hombre trata de entenderlo; y, sobre la base de su inteligencia imperfecta pero perfectible del mundo, el hombre intenta enseñorearse de él para hacerlo más confortable. En este proceso, construye un mundo artificial: ese creciente cuerpo de ideas llamado “ciencia”, que puede caracterizarse como conocimiento racional, sistemático, exacto, verificable y por consiguiente fiable.
La ciencia se nos aparece como la más deslumbrante y asombrosa de las estrellas de la cultura cuando la consideramos como un bien por sí mismo, esto es, como un sistema de ideas establecidas provisionalmente (conocimiento científico), y como una actividad productora de nuevas ideas (investigación científica).
Ciencia formal y ciencia fáctica.
A los lógicos y matemáticos no se les da objeto de estudio: ellos construyen sus propios objetos.
Es verdad que a menudo lo hacen por abstracción de objetos reales (naturales y sociales); más aún, el trabajo del lógico o del matemático satisface a menudo las necesidades del naturalista, del sociólogo o del tecnólogo, y es por esto que la sociedad los toles y ahora, hasta los estima.
La lógica y la matemática, por ocuparse de inventar entes formales y de establecer relaciones entre ellos, se llaman a menudo ciencias formales, precisamente porque sus objetos no son cosas ni procesos sino, para emplear el lenguaje pictórico, formas en las que se puede verter un surtido ilimitado de contenidos, tanto fácticos como empíricos.
En otras palabras, el significado factico o empírico que se les asigna a los objetos formales no es una propiedad intrínseca de los mismos. De manera, las ciencias forales jamás entran en conflicto con la realidad.
Esto explica la paradoja de que, siendo formales, se “aplican” a la realidad: en rigor no se aplican, si no que se emplean en la vida cotidiana y en las ciencias fácticas a condición de que se les superpongan reglas de correspondencia adecuada.
Tenemos así una primera gran división de las ciencias, en formales (o ideales) y fácticas (o materiales). Esta ramificación preliminar tiene en cuenta el objeto o tema de las respectivas disciplinas; también da cuenta de la diferencia de especie entre los enunciados que se proponen establecer las ciencias formales y las fácticas: mientras los enunciados formales consisten en relaciones entre signos, los enunciados de las ciencias fácticas se refieren, en su mayoría, a entes extracientíficos: a sucesos y procesos.
Las ciencias fácticas necesitan más que la lógica formal: para confirmar sus conjeturas necesitan de la observación y/o experimento.
En las ciencias fácticas la situación es enteramente diferente. En primer lugar, ellas no emplean símbolos vacíos (variables lógicas), si no tan sólo símbolos interpretados; por ejemplo, no involucran expresiones tales como “x es F”, que no son verdaderas ni falsas. En segundo lugar, la racionalidad esto es, la coherencia con un sistema de ideas aceptado previamente, es necesario pero no suficiente para los enunciados fácticos; en particular, la sumisión a algún sistema de lógica es necesaria pero no es una garantía de que se obtenga la verdad. Además de la racionalidad, exigimos de los enunciados de las ciencias fácticas que sean verificables en la experiencia.
Por esto es que al conocimiento fáctico verificable se le llama a menudo ciencia empírica.
El conocimiento fáctico, aunque racional, es esencialmente probable; dicho de otro modo: la inferencia científica es una res de inferencias deductivas (demostrativas) y probables (inconcluyentes).
En consecuencia, si el estudio de las ciencias formales puede vigorizar el hábito del rigor, el estudio de las ciencias fácticas puede inducirnos a considerar el mundo como inagotable, y al hombre como una empresa inconclusa e interminable.
Las diferencias de método, tipo de enunciados, y referentes, que separan las ciencias fácticas de las formales, impiden que se las examine conjuntamente más allá de cierto punto.
Ambos rasgos de la ciencia fáctica, la racionalidad y la objetividad, están íntimamente soldados. Así, por ejemplo, lo que usualmente se verifica por medio del experimento es alguna consecuencia, extraída por vía deductiva, de alguna hipótesis; otro ejemplo: el cálculo no sólo sigue a la observación sino que siempre es indispensable para planearla y registrarla.
Inventario de las principales características de la ciencia fáctica.
Los enunciados fácticos confirmados se llaman usualmente “datos empíricos”; se obtienen con ayuda de teorías (por esquemáticas que sean) y son a su vez la materia prima de la elaboración teórica.
El sentido común parte de los hechos y se atiene a ellos: a menudo se limita al hecho aislado, sin ir muy lejos en el trabajo de correlacionarlo con otros o de explicarlo.
Más aun los científicos usualmente no aceptan nuevos hechos a menos que puedan certificar de alguna manera su autenticidad; y esto se hace no tanto controlándolos
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