Ciencias ómicas Y Países Emergentes

El desarrollo de las ciencias ómicas en países emergentes.

Los grandes avances logrados en el último siglo contemplan una amplia gama de conocimiento científico. En el campo de la biología como en el campo de la bioinformática se han abierto las posibilidades a una nueva mentalidad en la que se desarrolla una visión global de todos aquellos procesos biológicos. Este concepto de “globalización” científica en dichos campos se ve claramente reflejado en el desarrollo de lo que se le ha denominado como “La era ómica”. Este término latino con el cual se define “conjunto de” se traduce en la agrupación de diferentes estudios en biología y teóricamente propone cubrir totalmente las futuras aproximaciones masivas en las que se está enfocando la biología recientemente.

El concepto de ciencias ómicas recoge aquellas disciplinas como la genómica, la proteómica, la transcriptómica y la metabolómica. Todas estas ciencias a su modo aportan grandes avances en el conocimiento básico de los temas biológicos, sin mencionar que además suponen un gran desarrollo en los diferentes campos de análisis de la funcionalidad celular y todas sus aplicaciones biotecnológicas. Entonces, esta revolución científica encaminada en el desarrollo de nuevas y mejores tecnologías, enfocadas en aspectos biológicos y más específicamente en mejorar la comprensión de la célula y todos aquellos componentes que la constituyen en su forma más esencial debe estar soportada de forma tal que pueda lograr este fin; es en ese momento cuando la bioinformática participa en este proceso. Sin embargo, más allá de esta visión científica, subyacen tres pilares que fundamentan la investigación genómica y su interacción con la sociedad: la genómica en la biología, genómica en la salud humana y genómica en la sociedad. Conectados entre sí por la biología computacional, la visión bioética, legal y humanista del conocimiento genómico, la educación y los recursos. De esta forma el panorama de las ciencias ómicas se contempla como una propuesta versátil y altamente propositiva.

Las ciencias ómicas tienen en común que se basan en el análisis de un gran volumen de datos, por tanto necesitan de la bioinformática para la interpretación de los mismos. Mediante la gestión y análisis de estos datos biológicos permiten la secuenciación, predicción, montaje de genes entre otras muchas cosas.

Con su aparición, estas ciencias abren la posibilidad real de implementar nuevas alternativas terapéuticas en la medicina del siglo XXI y nuevos esquemas de producción basados en la biotecnología genómica. Sin embargo, este propositivo futuro también ha generado una serie de conflictos, muchos de los cuales han abierto más la brecha del desarrollo económico e inequidad de acceso al bienestar humano que existe entre ocho países desarrollados y un gran número de naciones subdesarrolladas de nuestro planeta. Nos enfrentamos a una situación en la que debemos pagar por usar la biotecnología genómica; en otras palabras seremos discriminados por ser subdesarrollados.

Desde su concepción en 1969 la sociedad del conocimiento se ha visto envuelto en diferentes conflictos de carácter político y filosófico en todo el mundo en los últimos años. Una sociedad del conocimiento de acuerdo a la definición de la UNESCO será toda aquella que se nutra de su diversidad y capacidad para generar conocimiento como un bien de consumo. Sobre esta premisa, por tanto, toda sociedad cuenta con sus particulares características o puntos fuertes para obtener dicho fin (obtener conocimiento). El desarrollo de estas ciencias está transformando el escenario de acción de la salud pública global. Nos encontramos a

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