Codices
Enviado por borras90210 • 27 de Noviembre de 2012 • Informe • 808 Palabras (4 Páginas) • 549 Visitas
La magna obra de fray Bernardino de Sahagún, su historia en nahuatl y castellano, o como hoy se le conoce, el Códice Florentino, vuelve a ser ahora asequible. En esta nueva edición facsimilar que pulcramente saca a la luz la Editorial Libros Mas Cultura. A diferencia de la primera reproducción, patrocinada por el Gobierno de México en 1979, esta no aparece en tres volúmenes sino en cuatro, o sea tal como fue su encuadernación original. Esto lo sabemos porque el mismo Sahagún lo notó en su dedicatoria al padre fray Rodrigo de Sequera, su protector, al principio del Libro IV de su obra. Allí declaró:
"Tienes aquí, observantísimo Padre, una obra digna de la mirada de un rey,
la cual se dispuso en lucha acérrima y prolongada. De la cual obra este es el Libro VI.
Hay otros seis después de este, los cuales todos completan una docena, distribuidos en cuatro volúmenes."
El nuevo facsímil reproduce, en consecuencia, la forma antigua que tuvo esta obra en verdad de inconmensurable valor, conservada actualmente en la Biblioteca Medicea- Laurenziana de Florencia en Italia.
Afortunados son los que puedan adquirirla o tener acceso en las bibliotecas y otros repositorios en que existan ejemplares de este códice. La razón de ello es que en el tenemos la presentación final, dispuesta por Sahagún, de los frutos de sus prolongadas investigaciones. Estas fueron llevadas a cabo por el, entre ancianos y sabios nahuas de varios lugares del altiplano central - Tepepulco, Tlatelolco y México Tenochtitlan - auxiliado además por varios de sus antiguos discípulos indígenas.
El longevo fray Bernardino, que fue contemporáneo de Carlos V y Felipe II, había nacido en 1499, en la villa de Sahagún, en el reino de León. Allí florecía, como importante centro cultural, el monasterio benedictino de los santos Facundo y Metodio. Prueba de ello lo ofrece la publicación, poco después de que Bernardino se embarcara con rumbo a México, de un índice analítico de todas las obras de Aristóteles, preparado con gran esmero, por el abad Alfonso Ruiz.
Siendo aún bastante joven Bernardino, se trasladó a Salamanca para estudiar en su célebre universidad. En ella aprendió latín y se adentró en la historia antigua y en la de España, así como en varias ramas del derecho, filosofía y teología. Estando todavía en esa universidad, foco del renacimiento español, decidió seguir el ejemplo de San Francisco de Asís y tomo el hábito de la orden fundada por el. Ordenado de sacerdote hacia 1527, dos años más tarde escogió como destino pasar a la recién conquistada Nueva España. En ella iba a transcurrir la mayor parte de su vida hasta su muerte, acaecida en la ciudad de México en 1590.
Los primeros años de estancia en tierras mexicanas laboró como evangelizador entre grupos nahuas de la región central del país. Aprendió
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