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Comparación Entre Un Ultivo Tradicional En Tierra Y Un Cultivo De Hidroponía.


Enviado por   •  23 de Octubre de 2014  •  1.996 Palabras (8 Páginas)  •  324 Visitas

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Comparación entre un cultivo tradicional en tierra y un cultivo de hidroponía.

Abstract: Se realizó una comparación entre dos cultivos uno de hidroponía y otro tradicional de tierra y se observó cual sería más efectivo en cuanto a al crecimiento de las plantas de bellotas, llegando a la conclusión que el cultivo de hidroponía es más efectivo.

El cultivo de las plantas sin suelo se desarrolló a partir de investigaciones llevadas a cabo para determinar que sustancias hacían crecer a las plantas y la composición de ellas.

A comienzos de los años treinta, científicos de la Universidad de California, pusieron los ensayos de nutrición vegetal a escala comercial, denominando “Hidropónico” a este sistema de cultivo, palabra derivada de las griegas hydro (agua) y ponos (labor, trabajo), es decir literalmente “trabajo en agua”.

Los cultivos hidropónicos1 o hidroponía (Imagen 1.0) pueden ser definidos como la técnica del cultivo de las plantas sin utilizar el suelo, usando un medio inerte, al cual se añade una solución de nutrientes que contiene todos los elementos esenciales vitales por la planta para su normal desarrollo. Puesto que muchos de estos métodos hidropónicos emplean algún tipo de medio de cultivo se les denomina a menudo “cultivo sin suelo”, mientras que el cultivo solamente en agua sería el verdadero hidropónico.

Imagen 1.0

La primera aplicación comercial se inició durante la Segunda Guerra Mundial, ocasión en que las tropas norteamericanas solucionaron su problema de abastecimiento de verduras frescas con esta técnica de cultivo.

Hacia los años 60 - 70 como consecuencia de los diversos problemas que plantea el suelo, entre los que se destaca el difícil control hídrico nutricional y su creciente población de patógenos, la investigación de los países más avanzados técnicamente, sobre todo en el campo de la horticultura, se orientó hacia la búsqueda de sustratos que pudiesen sustituir al suelo.

Las ventajas que presenta la técnica de cultivo sin suelo son las siguientes:

• Provee a las raíces en todo momento de un nivel de humedad constante, independiente del clima o de la etapa de crecimiento del cultivo.

• Reduce el riesgo por excesos de irrigación.

• Evita el gasto inútil de agua y fertilizantes.

• Asegura la irrigación en toda el área radicular.

• Reduce considerablemente los problemas de enfermedades producidas por patógenos del suelo.

• Aumenta los rendimientos y mejora la calidad de producción.

Las características que debe poseer cualquier material para ser usado como sustrato son las siguientes:

• Ser de naturaleza inerte. Esto permite un buen control de la nutrición, que es casi imposible lograr en suelo debido a la gran cantidad de reacciones que en éste tienen lugar.

• Tener una relación aire/agua equilibrada, para evitar los problemas de falta de aireación por riegos excesivos con la consecuente falta de oxigenación de las raíces.

• Ser de fácil lavado de sales. Esto da opción a paliar en parte las pérdidas de producción que se suceden en cultivos en suelo por acumulación de dichas sales.

Los tipos de recipientes y contenedores que se pueden usar o construir deben estar de acuerdo con el espacio disponible, las posibilidades técnicas y económicas, y las necesidades y aspiraciones de progreso y desarrollo del grupo familiar.

Para iniciar la HHP e ir adquiriendo los primeros conocimientos prácticos podemos utilizar, por ejemplo, cajones de empacar frutas; neumáticos o llantas viejos; bañeras infantiles; fuentes plásticas en desuso; o bidones plásticos rotos, recortados por la mitad. Recipientes tan pequeños como los envases plásticos para helados, los vasos plásticos desechables y los potes de aceite o margarina, son suficientes para cultivar acelgas, cebollas, cilantro, lechugas, perejil y otras hortalizas.

Las bolsas o mangas plásticas de color negro, como las que se usan para plantas de viveros, son recipientes económicos, fáciles de usar y muy productivos en pequeños espacios. Las bolsas son aptas para especies como tomate, pepino, pimentón y cebolla. A medida que se progresa en el aprendizaje y se comprueba la eficiencia del sistema se pueden instalar en las paredes, canales o canoas hechas con plástico negro, sostenido con hilos o pitas colgadas de las paredes o colocadas en la base de ellas.

Si se dispone de espacio suficiente es importante no quedarse solamente con estos contenedores pequeños; el progreso en conocimientos debe unirse a la ampliación del tamaño de los cultivos y a la diversificación de

las especies. Una superficie de 30 m* de HHP permite obtener un ingreso constante a lo largo del año.

En la expansión de la huerta pueden incluirse contenedores de madera de por lo menos 1.5 m* de área, mangas verticales y otro tipo de estructuras más productivas y que demandan el mismo tiempo y esfuerzo que una gran cantidad de los pequeños recipientes que nos han servido para adquirir las primeras experiencias.

Si además de producir alimento sano para nuestra familia deseamos obtener un ingreso extra a través de la HHP, debemos pensar en construir un número de contenedores que nos permitan una mayor producción de especies vegetales (hortalizas, plantas medicinales, ornamentales y forrajeras).

Cultivo en Tierra

Tierra arable, tierra de cultivo, tierra de sembraduras, tierra de labor, tierras de labranza o labrantio son expresiones que designan la tierra que puede ser usada para la agricultura2 (Imagen 1.1), sea de hecho cultivada o no. La FAO la define como la que se dedica a cultivos anuales, como la tierra dedica a cultivos permanentes y la tierra de pastos3.

Imagen 1.1

Los principales requisitos para la consideración de una tierra como propia para el cultivo son la existencia de un suelo de características adecuadas y de un clima con temperatura y precipitaciones compatibles con el desarrollo de algún tipo de cultivo. Otras consideraciones importantes son las posibilidades de acceso, transporte y mecanización. Las deficiencias de suelo y clima pueden, en algunos casos, ser mejoradas artificialmente mediante distintos recursos (abonado, desalinización, encalado -añadiendo al suelo los componentes deseados o eliminando los indeseados-; drenaje o regadío -según haya exceso o defecto de agua).

Las tierras no aptas para un manejo arable (Imagen 1.3), usualmente tienen al menos una de las siguientes deficiencias:

• Sin agua dulce

• Muy caluroso (desierto)

• Muy frío (Ártico)

• Muy rocoso

• Muy montañoso

• Muy salitroso

...

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