Constitucion
Enviado por Borispaola • 19 de Octubre de 2011 • 7.705 Palabras (31 Páginas) • 511 Visitas
CONSTITUCIÓN DE LA REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
ORIGEN HISTÓRICO:
La Constitución, en Venezuela, es la norma fundamental o Carta Magna, establecida para regir jurídicamente al país, fijando los límites y definiendo las relaciones entre los poderes de la federación: poder legislativo, ejecutivo, judicial, ciudadano y electoral entre los tres niveles diferenciados del gobierno (el nacional, estadal y municipal), y entre todos aquellos y los ciudadanos; asimismo, establece las bases para el gobierno y para la organización de las instituciones en que el poder se asienta; y garantiza finalmente, los derechos y los deberes del pueblo.
Venezuela ha tenido diversas constituciones a lo largo de su historia. Desde que devino una nación libre e independiente, se ha dado, según el momento histórico y la circunstancia, varias constituciones hasta llegar a la que rige en la actualidad, que fue promulgada el 20 de diciembre de 1999. Cada una de ellas ha tenido su razón política de ser y un impacto social determinado. La primera Constitución de Venezuela, y también de Hispanoamérica, fue aprobada en 1811. Sería la primera de una larga lista durante el siglo XIX y la mitad del siglo XX, causadas mayormente por guerras, triunfos momentáneos de revoluciones y gobiernos dictatoriales.
La Constitución de Venezuela de 1811 fue la primera Constitución de Venezuela y de América Latina, promulgada y redactada por Cristóbal Mendoza y Juan Germán Roscio y sancionada por el Congreso Constituyente de 1811 en la ciudad de Caracas el día 4 de diciembre de 1811. La misma establecía un gobierno federal, pero fue derogada el 21 de julio de 1812 por la capitulación de Francisco de Miranda en San Mateo. La constitución tuvo una vigencia de un año; La Constitución de la República de Venezuela de 1819, La misma fue propuesta por el Libertador Simón Bolívar ante el Congreso de Angostura con el fin de organizar políticamente la República luego de la reconquista por el Ejercito Libertador.
La Constitución de 1821 fue el resultado del Congreso de Cúcuta que se desarrolló el 30 de agosto de 1821 y cuyo objetivo principal fue crear la República de Colombia mediante la unificación de Nueva Granada (Colombia y Panamá) y Venezuela. Posteriormente Ecuador se unió a esta enorme Nación. El 30 de agosto de 1821 es proclamada la Constitución y se expide el 12 de julio. Esta estuvo vigente hasta la disolución de 1830, la misma permitió el alcance de nuevas reformas de contrato para la libertad social, económica y política.
PREÁMBULO Y PRINCIPIOS:
El preámbulo de una Constitución puede definirse como una declaración solemne de los propósitos del constituyente que expresa los valores, principios y necesidades de un pueblo (o de una nación), el cual será el ordenamiento superior que le servirá de programación de su futuro. Se trata de un enunciado previo a las formulaciones de reglas y normativas numeradas de la constitución. Se trata el preámbulo de la exposición de fines y principios permanentes de una población con organización y conciencia políticas. Es por ello que debe reconocerse que necesariamente un preámbulo presenta un contenido ideológico, que refleja el momento histórico que vive un estado y la ideología que, por lo menos, imaginariamente aparece como dominante.
LOS PRINCIPIOS
Las normas constitucionales sobre derechos y sobre la justicia son prevalentemente principios. Por eso, distinguir los principios de las reglas significa, a grandes rasgos, distinguir la Constitución de la ley. Sólo los principios desempeñan un papel propiamente constitucional, es decir, “constitutivo” del orden jurídico. Cuando se dice que la libertad personal es inviolable estamos ante un principio.
LA REVOLUCIÓN FRANCASA EN LATINOÁMERICA
Como se ha dicho antes, la Revolución Francesa sorprendió al mundo hispanoamericano en plena crisis. Una crisis que no era una depresión productiva ni una frustración interna, sino una creciente y generalizada ruptura con el sistema colonial imperante.
Si el propio desarrollo ideológico de la ilustración hispanoamericana había provocado ya una ola represiva por parte de las autoridades coloniales, el temor a la fulgurante onda expansiva de la Revolución Francesa hizo que en la misma metrópoli se desencadenase una represión contra la propaganda revolucionaria francesa y las ideas avanzadas; la Enciclopedia fue prohibida, del mismo modo que los viajes de estudios al extranjero. Luego, sin poder contener la avalancha ideológica que generaba la cercana revolución, el gobierno de Madrid dictó la Real Resolución de febrero de 1791, por la que se prohibía la impresión y distribución de todo periódico, excepto el Diario de Madrid de Pérdidas y Hallazgos.
Frente a los sucesos europeos, la represión a las ideas progresistas y a la prensa se acentuaron de inmediato en Hispanoamérica. Empero, ello no pudo evitar que en las colonias circularan papeles subversivos tales como ejemplares de la Constitución francesa y copias de la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano. Un ejemplar de la Constituante de Salart de Monjoie llegó en 1794 a manos de Antonio Nariño, hacendado e intelectual bogotano que promovía las ideas insurgentes y había establecido un acuerdo de cooperación con Eugenio Espejo, durante el destierro de éste en la capital neogranadina. Mariño encontró en ella la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, que tradujo y publicó en su imprenta casera y de la cual distribuyó cientos de ejemplares a otras ciudades del continente. Pronto fue descubierto, apresado y enviado a España, de cuyas cárceles escaparía para convertirse en uno de los líderes de la guerra de independencia.
Mientras Nariño caía prisionero, su amigo y corresponsal Eugenio Espejo sufría prisión en las húmedas mazmorras de Quito, de donde saldría sólo para morir.
Pero lo que sucedía en el Virreinato de Nueva Granada se repetía en las demás colonias españolas de América. La América Hispana tenía, en todo caso, un contacto directo con la Revolución Francesa en Francisco de Miranda, quien era, por otra parte, el empeñoso agitador de su independencia. Típico producto del criollismo hispanoamericano y del espíritu renovador que recorría el mundo, El Precursor había sido sucesivamente oficial de los ejércitos españoles, amigo de Washington y jefe de un cuerpo expedicionario antillano - formado por mulatos cubanos y haitianos que combatió por la independencia norteamericana, propagandista de la independencia hispanoamericana y general de los ejércitos revolucionarios de Francia.
A partir de 1790, la vida de Miranda se concentraría en el objetivo principal, entablar interminables negociaciones con el gobierno
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