Construcción de conocimiento científico
Enviado por Abiruiz19 • 18 de Noviembre de 2018 • Ensayo • 1.777 Palabras (8 Páginas) • 333 Visitas
La cultura árabe siempre se preocupó por colectar conocimiento; con métodos variados lograban analizar, comparar y descubrir los saberes de su región como de otras. La traducción de obras griegas y siriacas al árabe llegó a convertirse en una ocupación tan seria que los mismos sultanes enviaban expediciones a lugares como Bizancio en busca de manuscritos. Las personas encargadas de esta tarea traducían tratados matemáticos, astronómicos, obras de lógica, diálogos platónicos, varias obras de Aristóteles y principalmente obras de medicina. La medicina no tenía un carácter científico, pero ello no significo que carecía de estrategias para poder tratar a los enfermos, esto se hizo posible gracias a que personas que tratando a enfermos fueron tomando experiencias, lo que los llevo a aportar a la medicina de acuerdo con la cosmovisión de su época. Según sus ideas, traducían todo lo que fuera de utilidad. Aunque si bien no es del todo claro debido a que los musulmanes estuvieron tan interesados en traducir específicamente estos textos. Puede ser porque los hombres estudiosos aspiraban a una alfabetización, o bien porque esperaban ser asociados con el prestigio de las culturas alusivas que tomaban los trabajos. Otra explicación es que, además, creían firmemente que la ciencia (en especial la desarrollada por griegos) tenía un gran valor y que contribuían a un fin necesario, deseable e incluso, sagrado. Es decir, todo lo que tradujera a la lengua árabe debía ser útil para la sociedad. Gracias al contenido de los textos traducidos, surgieron muchos filósofos-científicos árabes, con metodologías excelentes. Éstos eran conocidos como discípulos de las ciencias foráneas, es decir, adoptaban la metodología y contenidos de la ciencia griega y lo tomaban como base para sus estudios. Se dedicaron a corregir los métodos, extenderlos y aplicarlos a una gran variedad de cosas, contribuyendo así, a la originalidad e innovación que permitieron cambiar el mundo. Durante la temprana Edad Media, existieron tres personajes contemporáneos de esta cultura, remarcados como los más influyentes: Avicena, Alhacén y Al-Biruní.
Abul-Rayhan Muhammad ó Ibn Ahmad Al-Biruni, más conocido como Al-Biruní. Nació el 15 de septiembre de 973 en la actual Uzbekistán. Astrónomo, matemático, físico, geógrafo, farmacólogo pero también historiador, lingüista, filosofo, poeta, y quizá sobre todo, humanista. Fue un científico y escritor árabe de origen iraní. Fue una de las más destacadas figuras intelectuales del mundo islámico. Fue un trabajador prodigioso, escribió cerca de 180 obras sobre historia, astronomía, astrología, matemáticas y farmacología. Sus obras hoy por desgracia perdidas en gran parte. Entre las obras más importantes de Al-Biruni está Canon, su estudio más amplio sobre astronomía; Densities, que registra la densidad de diversos metales, líquidos y gemas; Astrolabe (Astrolabio) una de las descripciones más valiosas de este instrumento, e Historia de la India, su obra más conocida, en la que utiliza sus conocimientos del sánscrito para describir las costumbres, lengua, ciencia y geografía de la India. No solamente fue un gran sabio enciclopédico originario del Asia central, sino que, además, sus obras han dejado en la historia del pensamiento humano una importancia que resalta cada vez más según van conociéndose esos escritos.En ocasiones se le llamó 'el maestro', y se convirtió en uno de los científicos más destacados de la civilización islámica de su tiempo.
Hace unos cien años aproximadamente, cuando se publicó en ruso su Cronología de las antiguas naciones, se dijo simplemente de que era uno de los más interesantes historiadores medievales. Pero, al descubrirse y estudiarse sus demás trabajos de matemáticas, geografía, astronomía, su estatura ha crecido aún más hasta el punto de rebajar un tanto la de buen número de sus coetáneos.
Desde entonces hemos podido comprobar cómo se adelantó a su tiempo, hasta el punto de que sus observaciones más notables llegaron a parecer incomprensibles a muchos eruditos de su época. Uno no puede dejar de interrogarse sobre cómo pudo pasar Al-Burini tan cabalmente su época y llevar a cabo una labor que ha hecho de su nombre, por lo menos en Oriente, el símbolo del siglo XI.
Ibn Sina ó Avicena fue un escritor, médico, científico, astrónomo y filósofo. Nació en una provincia del hoy Uzbekistán. Dejó una inmensa obra y su posición fue decsisiva en la filosofía árabe. En el año 1012 emprendió una de sus grandes y más famosas obras “Canon de Avicena” un conjunto estructurado de todos los conocimientos médicos existentes de la época, una auténtica enciclopedia en la que se consignan los descubrimientos de los más eminentes médicos griegos, indios, persas y árabes. Fue el primero en describir correctamente la anatomía del ojo humano, también explicó con precisión el sistema de los ventrículos y de las válvulas del corazón, describió la viruela y el sarampión, enfermedades que no conocían los médicos de la Grecia antigua. Fue la principal fuente de conocimiento médico de la Europa medieval. Otro conocimiento que aporto fue la hipótesis de que en el agua y en la atmósfera existían organismos minúsculos que transmitían ciertas enfermedades, aspecto que luego se comprobaría con la aparición de los primeros microscopios, 500 años después. Las obras de Avicena orientaron el pensamiento occidental en la dirección que iba a dar origen a la ciencia contemporánea. Pero la inspiración filosófica y espiritual que invadieron a Avicena fueron de las fuentes más antiguas de Grecia, Metafísica de Aristóteles, donde se dice que Avicena la leyó más de cuarenta veces sin entenderla
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