Conta

Sin embargo, a los ojos de Marx, no son los trabajadores los únicos alienados.

También lo son los capitalistas, en el sentido de que están deshumanizados,

alienados, por su culto al dinero, por su afán de poseer10.

Para poner fin a la alienación, además de la supresión de la propiedad privada

y del mercado capitalista de trabajo, es absolutamente necesario que las fuerzas

productivas se desarrollen de tal manera que reine «la abundancia». En ese

momento se podrán satisfacer las necesidades de todos con el producto del trabajo,

siendo éste, además, lo suficientemente atractivo y llevadero como para que

se ofrezca voluntaria y gratuitamente. La idea marxista «¡De cada uno según sus

capacidades y a cada uno según sus necesidades!» se correspondería con este régimen

de abundancia.

Quienes se adhieren a esta interpretación del proyecto ético marxista entienden

que, cuanto más rápido aumente la productividad, antes se conseguirá la

situación de abundancia necesaria para que desaparezca la alienación. Se puede

optar por una vía capitalista o por una vía socialista; habría que elegir el camino

más corto, rápido y seguro —sin necesidad de apoyarse dogmáticamente en la

superioridad del socialismo respecto del capitalismo, por ejemplo— de acceder al

régimen de abundancia.

Como señalan Arnsperger y Van Parijs, cualquiera que sea la vía que se

adopte, un número indefinido de generaciones tendrán que sacrificarse hasta

conseguir esa hipotética situación futura de abundancia. Este sacrificio de unos

por otros puede ser un problema desde el punto de vista ético. Los autores arriba

mencionados sugieren que se podría replantear el proyecto de forma que se

reparta el sacrificio entre un número amplio de generaciones hasta que, finalmente,

este reino de la libertad sea una realidad.

Segunda interpretación: una sociedad justa (socialista)

En esta segunda interpretación del proyecto ético marxista, el objetivo principal

consiste en: «abolir la explotación del hombre por el hombre característica de

toda sociedad de clases y en particular del capitalismo».

Esta interpretación hace hincapié en la superioridad del socialismo respecto

del capitalismo, no porque aquél sea más eficiente —pretensión un tanto debilitada

hoy en día— sino porque es más justo. El núcleo de este enfoque está en el

concepto de «explotación» que vamos a definir de forma precisa.

Supondremos una sociedad ficticia tal que:

—Existen dos tipos de individuos: los trabajadores y los no trabajadores.

28 MIREN MAITE ANSA

LAN HARREMANAK/9 (2003-II) (17-40)

10 Esta última idea de Marx de la alineación de los capitalistas, la señala Henri Denis en «Historia

del Pensamiento Económico» Ariel. 1970. p. 333.

—Los trabajadores son los productores de todos los

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