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Cuerpo Autista


Enviado por   •  3 de Enero de 2016  •  Apuntes  •  3.865 Palabras (16 Páginas)  •  319 Visitas

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Instituto Lasallano de Estudios Superiores (A-20)

“Técnicos en salud especializados en Psicomotricidad”

Materia: Residencia.

Profesora: Cánepa, Fabiana.

“El cuerpo autista”

Alumna: Schverdfinger, Lucía

Año: 2015

Índice

Introducción.        

Autismo        

Cuerpo, Esquema e Imagen corporal.        

Imagen corporal:        

Esquema corporal:        

Abordaje psicomotor en Autismo.        

La importancia de jugar.        

La lengua del otro lado del espejo.        

Conclusión.        

El cuerpo autista.        

Bibliografía        

Introducción.

En este trabajo procuraré responder a algunas preguntas que me surgieron a lo largo de mi experiencia laboral con niños diagnosticados con Autismo. Muchas veces me encontraba trabajando, jugando con ellos, interviniendo ya desde una posición de Psicomotricista y me preguntaba: ¿Qué entienden y qué perciben ellos de su propio cuerpo? ¿Hay allí una construcción del esquema corporal? ¿De qué manera se ha estructurado la imagen de su cuerpo?

Para abordar este tema, hablaré principalmente de cuatro conceptos centrales: Autismo (desde una perspectiva psicoanalítica), Cuerpo, Esquema e Imagen corporal. Aparte comentaré un caso clínico que intenta mostrar, en parte, el por qué de estas preguntas.

Pero ¿Qué sería de mi trabajo final en la carrera de Psicomotricidad si no hablara de ella? Entonces me pregunto: ¿De qué manera interviene y cómo favorece un psicomotricista el abordaje clínico de un niño con autismo?

Una de las cosas que quiero resaltar, antes de empezar a plasmar material teórico en este trabajo, es que si hablo de “niños autistas” como generalidad, no es más que para poder dar un marco teórico a este trabajo. Considero, y estoy convencida, de que aquellos niños diagnosticados autistas son únicos y singulares, como cada uno de los seres humanos. No es la idea etiquetar ni mucho menos generalizar.

Probablemente, muchas de las preguntas que me surgen, no tengan una respuesta concreta y cien por ciento verdadera. Será cuestión entonces, de seguir preguntándome…

Autismo

El término autismo fue presentado por Leo Kanner (bajo un discurso psiquiátrico) quien observaba en niños, cuadros donde había alguna incapacidad para relacionarse de manera habitual con las demás personas. Los rasgos más destacados en este cuadro eran: extrema soledad, exclusión de todo contacto con el exterior, incapacidad para usar el lenguaje semánticamente, repeticiones de palabras monótonas y ecolalia, ausencia de metáfora, movimientos mecánicos, desinterés por las personas, falta de lazo social, mirada fija y extraviada, relaciones estereotipadas con los objetos.

Aunque no hay examen que pruebe el origen biológico, desde los años 80 en adelante, las definiciones más frecuentemente halladas en la bibliografía médica consideran al autismo como una condición orgánica aún difícil de explicar definitivamente, por lo que a veces queda reducida a una serie descriptiva de datos: anormalidades metabólicas, estudios genéticos, anormalidades del sistema inmune, factores medioambientales, estructura del cerebro, etc. Y también que habría un sistema cerebral (indefinido) dentro del área de la conducta que sería disfuncional y esa disfunción seria la responsable de los síntomas clínicos de los niños autistas.

Por otro lado, en su libro “Psicoanálisis del Autismo” (2011), Alfredo Jerusalinsky afirma: “En un estudio sobre los efectos de disrupciones tempranas en la relación M-H sobre la plasticidad cerebral, F.Cirulli, A. Berry y E. Alleva (2003), recorren numerosos trabajos para fundamentar la hipótesis de que los cambios en el medioambiente temprano, fundamentalmente aquellos que producen una separación entre el infante y su madre o cuidador primordial, tienen un fuerte impacto en el desarrollo, contribuyendo a formar diferencias individuales en las respuestas fisiológicas y conductuales posteriores.”

 Entiendo que desde una mirada psicoanalítica, no se negará que pueda haber modificaciones en la función, estructura y arquitectura neuroquímica del cerebro de niños con autismo, pero estas modificaciones serían la consecuencia de una relación vincular conflictiva entre el niño y su Otro primordial. Relación conflictiva generalmente a nivel Inconsciente, no se culpabiliza a las madres como muchos podrían entender. Para concluir con este asunto, citaré, del mismo libro de Alfredo Jerusalinsky, “Psicoanálisis del autismo”, el siguiente fragmento:

 “(…) estamos diciendo que lo que articula la estructura autistizante en la madre es su imposibilidad de dejar caer el objeto real restitutivo de su castración y dar lugar, así, a la constitución o persistencia del deseo materno. Esa imposibilidad se origina en lo que la estructuró como sujeto, o en lo que, en el hijo, la obstaculiza, con reiteración, para sostener en él la dimensión simbólica. Partiendo de este punto de vista, en la operación psicoanalítica que proponemos, la madre queda o, mejor aún, en relación con este hijo, o sea que la madre es arrojada fuera de su papel de agente de una función. Por lo tanto, nosotros tratamos este tema partiendo del ángulo de la función materna y no de la madre.”

Retomaré el abordaje del autismo, ahora sí, pura y exclusivamente desde la mirada psicoanalítica, que lo consideró siempre emocional.

Para advenir Sujeto, el cachorro humano, el más prematuro de todas las especies, necesita que alguien (la madre o quien ocupe su lugar) apueste a que allí, efectivamente advendrá un Sujeto. Para esto, es esencial que el niño sea introducido en el lenguaje, introducido al mundo de los significantes.

 Durante los primeros meses de vida, madre e hijo permanecen en un estado simbiótico; para el niño no hay diferenciación entre su cuerpo y el de su madre.

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