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Cuidados Del Neonato


Enviado por   •  29 de Octubre de 2014  •  2.217 Palabras (9 Páginas)  •  397 Visitas

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MVZ María del Carmen Díaz Cid*

MVZ MC Joaquín Aguilar Bobadilla**

MVZ Esp. Octavio Mejía Ponce***

RESUMEN

En perros y gatos se utiliza el término pediátrico para hacer referencia a las

primeras 12 semanas de vida (después de esta edad los pacientes fisiológicamente

ya se comportan como un adulto aunque no hayan concluido su crecimiento) y se

divide este periodo en la etapa neonatal (0-2 semanas), etapa infantil (2-6 semanas)

y etapa juvenil (6-12 semanas).

Un paciente pediátrico representa un caso clínico frecuente en la práctica

médica y por ello el conocimiento de su manejo es de importancia básica; cuando

enferman la progresión de signos suele ser muy rápida por lo que virtualmente todos

se presentan como urgencias o bien la falta de atención médica temprana los hace

evolucionar a estados graves en periodos de horas. Se presenta el caso clínico de

una paciente que requirió un cuidado intensivo en el área de urgencias en el Hospital

Veterinario de Especialidades UNAM.

INTRODUCCIÓN

Debemos conocer el manejo de un paciente pediátrico ya que se trata de

casos que comúnmente recibimos en nuestra práctica diaria, esto implica el

conocimiento de cuáles son los puntos importantes a considerar, cuáles son las

principales diferencias con un adulto y qué manejos están indicados. No se trata

simplemente de tratarlos como pacientes de menor talla, existen diferencias

fisiológicas que conforman la base del tratamiento y su desconocimiento afectará la

evolución de nuestros pacientes. El objetivo de este trabajo es la revisión de estos

puntos clave en un paciente pediátrico crítico.

REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA

La estabilización también consta de un ABC rápido, seguido de la evaluación

de los sistemas corporales mayores (cardiocirculatorio, respiratorio, neurológico,

digestivo, temperatura). Es fundamental asegurar una volemia y una frecuencia

cardiaca apropiada debido a que las respuestas compensatorias son limitadas.

Terapia de líquidos: En general requieren terapias de mantenimiento mayores a un

adulto debido a que el contenido de agua corporal es mayor (mayor relación

superficie/peso), existe un incremento de la permeabilidad en piel además de

inmadurez renal (son incapaces de concentrar la orina hasta las 8 semanas de edad

en gatos y 12 semanas en perros). Los métodos para valorar los grados de

deshidratación que utilizamos en pacientes adultos no son de utilidad en pediátricos:

- La turgencia de la piel es mayor debido al incremento de contenido de agua y

menor cantidad de grasa.

- No se reportan taquicardias y son incapaces de concentrar la orina.

- Las membranas mucosas (MM) a menudo permanecen húmedas a pesar de que la

deshidratación sea severa.

- Las MM pálidas y el tiempo de llenado capilar (TLLC) lento se reportan en

deshidrataciones severas (12-15%) que pueden ocasionar choque hipovolémico.

La vía de administración de fluidos varía según la gravedad del caso, las vías

intravenosa (IV) o intraósea (IO) se eligen en casos severos, si existe deshidratación

moderada pueden recibir líquidos vía oral (PO), subcutánea (SC) o intraperitoneal.

Recordar siempre que los líquidos a infundir se encuentren a temperatura corporal.

En pacientes muy pequeños no es fácil acceder a venas periféricas y se

realizan accesos venosos centrales (yugular); se administra un bolo inicial de 1 mL

por 30g de peso corporal (30-45 mL/kg) lento durante 5 a 10 minutos y repeticiones

con intervalos de 30 minutos hasta que el paciente se encuentre estable. En caso de

hipovolemia o hipoperfusión, hay que olvidar las dosis preestablecidas y actuar en

función del la respuesta.

La dosis de mantenimiento para el neonato es de 60-180 ml/kg/día, en la

etapa juvenil de 120-200 ml/kg/día.

La vía IO se usa en emergencias, se utiliza cuando es imposible el acceso IV y

es necesario una terapia rápida de líquidos, debe ser cambiada a IV tan pronto sea

posible. Puede administrarse cualquier tipo de líquido o medicamento que se use IV.

La deshidratación debe reemplazarse con cristaloides, en caso de choque

hipovolémico, se pueden utilizar combinaciones con coloides, lo que permite

disminuir las dosis y aumentar su efecto. Durante la resucitación inicial, pueden

administrarse coloides a dosis de 5 a 10 ml/kg en 5 o 10 minutos (justo o

inmediatamente seguido por cristaloides) y posteriormente de 10 y 30 ml/kg/día.

El hematocrito se debe mantener por encima del 20% y por debajo del 50%.

Además, es común que las frecuentes tomas de muestras desemboquen en anemia

iatrogénica.

La limitada capacidad para controlar su presión arterial los hace también más

propensos a sufrir extravasación de líquidos (especialmente en pulmones) si se

produce una sobrecarga. Tras administrar un volumen determinado, debemos

controlar la respuesta del paciente, en caso de sobrehidratación se observa descarga

nasal serosa, taquipnea, esfuerzo respiratorio y se auscultan crepitaciones en

campos pulmonares. Debemos actuar de inmediato disminuyendo el ritmo de fluidos

(o interrumpirlos por completo) y administrar un diurético.

Los desordenes electrolíticos se suelen solucionar en parte (o totalmente) al

llevar a cabo una correcta resucitación de volumen. Las alteraciones en el potasio

son probablemente las más frecuentes, por ello es aconsejable suplementar todos

los fluidos con 5-20 mEq/250 ml si no es posible llevar a cabo un análisis.

Hipoglucemia: Los requerimientos de glucosa deben siempre considerarse ya que la

gluconeogénesis hepática se considera insuficiente (por inmadurez de los sistemas

enzimáticos), los almacenes de glucógeno son limitados, existe poca cantidad de

grasa que provea de ácidos grasos como substrato y los requerimientos metabólicos

de glucosa son mayores (2-4 veces más que un adulto), lo que los hace incapaces

de mantener la homeostasis de la glucosa. En caso de hipoglucemia observamos

debilidad, tremores, convulsiones, estupor y coma. Podemos suplementarla PO 1-2

mL de glucosa 5-15% si la hidratación y temperaturas se encuentran en rangos de

referencia o administrar vía IV/IO en pacientes con signología neurológica, choque o

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