Cultura Politica
Enviado por lucoma • 7 de Abril de 2013 • 2.305 Palabras (10 Páginas) • 385 Visitas
PARADIGMAS:
¿QUÉ ES UN PARADIGMA POLÍTICO?
El término paradigma proviene de la palabra griega paradeigma que significa
"modelo" o "ejemplo". El significado contemporáneo del término se debe a Thomas
Kuhn quien lo adoptó para referirse al conjunto de prácticas que definen una
disciplina científica durante un período específico de tiempo. En el libro “La
Estructura de las Revoluciones Científicas” se encuentran las referencias del
término.
Los paradigmas pueden ser entendidos como un conjunto de conocimientos y
creencias que forman una visión del mundo (cosmovisión), en torno a una teoría
hegemónica en determinado periodo histórico. Los paradigmas se imponen luego
de una revolución científica que aporta respuestas a los enigmas que no podían
resolverse en el paradigma anterior, siendo la oportunidad de pasar de un
paradigma a otro mejor que cuenta con el consenso de la comunidad científica
que los representa. Según Thomas Khun: "Un rasgo característico, es la
importancia dada al carácter revolucionario del progreso científico, donde una
revolución implica el abandono de una estructura teórica y su reemplazo por otra,
incompatible con la anterior”. El progreso de la ciencia se daría en el siguiente
sentido: Presencia – Ciencia Normal – Crisis – Revolución – Nueva Ciencia
Normal – Nueva Crisis.
De esta forma, el paradigma, está constituido por supuestos teóricos, leyes y
técnicas de aplicación que deberán adoptar los científicos que se mueven dentro
de una determinada comunidad científica. Si en el intento por explicar el
comportamiento de aspectos del mundo mediante los supuestos teóricos resultan
dificultades inmanejables, se desarrollará un estado de crisis que se resuelve con
el surgimiento de un nuevo paradigma que, el cual cobrará cada vez mayor
adhesión o aceptación por parte de la comunidad científica, hasta que finalmente
se abandone el paradigma original. Dentro de este esquema, se justifica el hecho
de que sin "revoluciones" la ciencia quedaría estancada en un solo paradigma y
no se avanzaría más allá de él. De esta forma, se concibe un paradigma como un
instrumento para resolver enigmas.
E. Neira propone un ejemplo sencillo para comprender el concepto de paradigma:
“Lo que es un paradigma puede entenderse mejor en términos de los modelos de
universo que representaron Ptolomeo y Copérnico. Por 13 siglos, la humanidad
asumió — como lo enseñó Ptolomeo– que el sol giraba alrededor de la tierra. Era
un paradigma que funcionaba. Pero se volvió Viejo Paradigma cuando Copérnico
propuso el Nuevo Paradigma de que la tierra gira alrededor del sol53.
Así pues, en el terreno de la política, un paradigma tendría la siguiente dinámica:
“Aplicando dicha teoría a la política, podemos afirmar que las
revoluciones socio–políticas en la historia de los pueblos no
es sólo un cambio o relevo de élites (de categorías
dirigentes) –como lo han sostenido Taine y Tocqueville–, sino
que es, a la vez, un cambio de paradigma, de modelo, o de
matriz ordenadora. Una verdadera revolución política no es el
simple cambio de fichas y nombres en la conducción del
país, ni siquiera el relevo de una generación por otra o del
conjunto de minorías que venían ejerciendo el poder por
otras. Es sobre todo, el cambio de paradigma político, es
decir, de modelo, de ‘pattern’, de ejemplo a seguir por la
sociedad. Pero no puede pasarse por alto que en todos los
procesos evolutivos, tanto científicos como sociales y
políticos, puede darse una entremezcla de paradigmas. Lo
nuevo va tomando consistencia y vigor mientras lo viejo va
cediendo y derrumbándose. Como ocurre en el avance y
predominio de la modernidad sobre la tradición. Hay
sociedades como la nuestra donde conviven ambas por largo
tiempo. Y hay que advertir que un Viejo Paradigma no es
necesariamente malo; y un Nuevo Paradigma no es
necesariamente bueno”54.
LECCIÓN 2: PARADIGMA TRADICIONAL.
Nos aproximamos en esta lección a los postulados generales de Aristóteles (384
a.C-322 a.C) acerca de la política. Estos se condensan en su obra “Política”. Se
destaca la idea de que el poder estatal no debe estar en manos de los ricos ni de
los pobres, sino pertenecer a la capa media de los esclavistas, pues según se
admite, la virtud de halla en término medio. Divide las formas de gobierno en
normales (monarquía, aristocracia, politeia) y anormales (tiranía, oligarquía y
democracia); tomando por partido por la politeia como la forma ideal de Estado, en
la que se define el bien común, la felicidad. Aristóteles consideraba a la sociedad
ateniense como Koinonie Politike, comunidad constituida políticamente, en ella, los
derechos políticos solamente podían adquirirlos los hombres, ya que las mujeres
eran consideradas seres inferiores. Dentro de los hombres, unos eran
considerados superiores a otros por una determinación también natural, física e
intelectual: los esclavos pertenecían al género de los inferiores, ya que la
naturaleza los había dotado solamente de fuerza pero no de inteligencia.
La primera asociación se da entre muchas familias, conformando el pueblo, y
de la asociación de muchos pueblos, se forma el Estado.
El fin del Estado debe ser siempre, no sólo la existencia material de todos los
asociados, sino también su felicidad y su virtud.
Un Estado es virtuoso sólo cuando todos los ciudadanos que lo componen lo
son. El Estado, para gozar de paz, debe ser prudente, valeroso y firme.
Tres elementos constituyen los Estados: el primero, que delibera sobre los
negocios públicos, está constituido por la Asamblea General. El segundo lo
forma el cuerpo de magistrados, cuya naturaleza, atribuciones y modo de los
magistrados, es preciso fijar. Y el tercero, que se dedica a las labores de
rendición de cuentas, es el cuerpo judicial.
La justicia es una necesidad social, porque el derecho es la regla de la vida
para la asociación política, y la decisión de lo justo es lo que constituye al
derecho.
La característica distintiva del ciudadano es que goza de funciones
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